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Vivir para trabajar o trabajar para vivir

¿Es importante separar la vida laboral y personal? ¿Agrega valor a la organización esta separación? A decir verdad, ambas áreas son las dos caras de una misma moneda y son aspectos imprescindibles de nuestra realidad.

Y entonces, ¿por qué sentimos la necesidad de separarlas? Quizá porque lo laboral invade nuestra vida personal y porque acabamos sin tener tiempo para hacer las cosas que deseamos hacer, que también nos gratifican y son base de nuestro desarrollo: dedicarles tiempo a nuestros hijos, a nuestros amigos, leer un libro o hacer actividad física.

Este año resultó difícil no sólo para gerenciar, sino también para alinear los equipos de trabajo. Los trabajadores afrontaron una alta tensión por las demandas y exigencias. La situación generó elevados niveles de estrés, insatisfacción laboral, ausentismo; impactó negativamente en el clima laboral, y los trabajadores se expusieron a un escenario que no facilita su realización.

Día a día, la demanda de una mejor calidad de vida, de soluciones y respuestas no sólo a las exigencias laborales sino también a los requerimientos diarios de nuestra vida, está creciendo y es tema de discusión y análisis en las empresas.

Liderar es inspirar mediante la coherencia, el respeto, la visión, la pasión, el coraje y el compromiso. El líder no predica, actúa desde su dimensión humana, desde el diálogo y la escucha, desde la humildad, desde la acción coherente. Y éste es un buen ejemplo. Las organizaciones deben apuntar a generar un ambiente de respeto y oportunidades, de progreso y de desarrollo. Deben crear las ganas de “venir a trabajar”.

Hacia ese objetivo apuntan las responsabilidades de las organizaciones y de los jefes, haciendo foco en la satisfacción de las necesidades de los empleados, teniendo como eje la calidad de vida en el trabajo.

El agrado por el trabajo desarrollado, la posibilidad de proyectarse en el futuro, los beneficios ofrecidos y el ambiente psicológico y físico saludable son factores fundamentales para que un trabajador disfrute y esté bien en su entorno laboral y, de esta forma, colme sus necesidades.

Empresas líderes, aquellas que generan un entorno adecuado y motivante, están elaborando políticas y prácticas innovadoras en este campo, que reflejan y respetan las necesidades de todos los trabajadores, de acuerdo con el conjunto de objetivos de la compañía, y que incluyen la atracción y fidelización de los equipos de trabajo.

Algunos indicadores de que la calidad de vida laboral está afectada son:

* Los empleados se comunican mal y se irritan con facilidad.

* Existen muchos conflictos y discusiones innecesarios.

* El nivel de quejas y ausentismo es elevado.

* La productividad de la empresa es baja.

Un clima organizacional negativo repercute directamente en los objetivos de cada empresa y, por más invisible que pueda parecer su influencia, tarde o temprano un mal clima laboral es sinónimo de alta rotación, baja productividad, aumento de la conflictividad interna, caída de la imagen de la marca y pérdida de rentabilidad.

Es así como encontramos que los resultados del balance vida/trabajo están significativamente asociados con un buen gerenciamiento, lo que hace que estén tan ligados, emparejados y sus efectos sean una mejor productividad y un buen y atractivo ambiente laboral.