El Gobierno firmará hoy, en el despacho de la presidenta Cristina Kirchner, con la presencia del directorio de Aerolíneas y un representante de cada gremio, un acuerdo con la fabricante brasileña de aviones Embraer para comprar 20 aeronaves de esa marca, modelo 190, que empezarían a ingresar paulatinamente a Aerolíneas Argentinas en febrero del año próximo.
“La idea es que estén todos entregados en 2010”, se entusiasmó ayer el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, después de un acto en el que recibió un contingente de vagones y locomotoras adquirido a la española Renfe, que será destinado a “reforzar el servicio ferroviario”.
El Gobierno dice que comprará los aviones en US$ 585 millones. Para la operación, recibirá un crédito del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) de Brasil por el 85% de ese monto. El resto, unos 88 millones, deberán ser desembolsados por Aerolíneas Argentinas o el Tesoro nacional en el momento de la entrega. Mientras tanto, la empresa deberá resolver una deuda de US$ 20 millones que mantiene aún con las compañías de leasing, las que le alquilan los aviones.
El Gobierno ha hecho una apuesta fuerte con la operación: si se concreta, la compañía de bandera no sólo tendría aviones de una marca que no han alcanzado aún las brasileñas TAM, Varig o Gol, sino que, dicen en el Gobierno, estarían equipados con pantallas individuales en cada asiento de la clase turista, algo ausente en todas las aeronaves de Aerolíneas Argentinas. “¿Por qué no vamos a tenerlas, si LAN las tiene?”, dijeron anoche en un despacho gubernamental.
¿Por qué compran aviones cuando siempre los incorporaron con leasing?, preguntó LA NACION en la empresa. “La idea es agregarle valor a la compañía; Aerolíneas, toda la vida, compró aviones hasta que fue privatizada”, contestaron. De todos modos, el elemento que mayores críticas suscitó fue el precio de los Embraer. Según el Gobierno, por cada unidad se pagarán entre 29,5 millones y 30 millones de dólares, a los que habría que agregarles “dos o tres millones de opcionales”, es decir, de equipamiento adicional.
Sin embargo, ejecutivos que tuvieron acceso al contrato afirmaron que el precio final es de US$ 35 millones por aeronave, lo que multiplicó en estos días los cuestionamientos en el sector: el Boeing 737-700 que compró este año Aerolíneas, unidad que tiene 60 asientos más y de mayor alcance, fue adquirido en 39 millones, y el contrato que había firmado el año pasado Marsans con Airbus fijaba el precio de los A320 en 37 millones.
El Embraer 190 es un avión de 104 plazas (si se le incluye área ejecutiva, como se pretende, serán 96), por lo general utilizado para distancias cortas y con escaso lugar en bodega, aunque moderno y confiable. Lo utilizan, por ejemplo, empresas como COPA Airlines, Air Canada o Alitalia Express.
Jaime se preocupó ayer por justificar los precios. “Lo importante es que el mantenimiento y la capacitación se hagan en la Argentina. Si esto es así, no es tal lo que se decía sobre los costos. Hoy ni siquiera se puede pintar un avión en el país. Toda una capacidad instalada que tenía la Argentina se fue perdiendo y tenemos que recuperarla”, dijo. El acuerdo con Embraer, recordó ayer el funcionario, incluiría “que partes de esos aviones y de los futuros puedan ser fabricados en el Area Material Córdoba”, la fábrica hasta ahora concesionada a la norteamericana Lockheed Martin y que será próximamente reestatizada.
