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“Alfred, compre bonos del tesoro”, ¿cómo gestionan sus inversiones las familias más ricas del planeta?

El común de los mortales deposita sus ahorros en bancos o fondos de inversión. No obstante, aquellos con un patrimonio superior a los 100 millones de dólares pueden elegir otras opciones.

Una de ellas es fundar una SFO (Single Family Office), una pequeña organización que se ocupa no sólo de administrar el portafolio financiero de la familia sino que también presta otros servicios como la gestión de su personal doméstico y de la flota de jets privados.

Estas pequeñas entidades, de no más de 15 trabajadores, se manejan en la más absoluta reserva y pocos saben de su existencia y funcionamiento.

Una investigación de la escuela de negocios de Wharton nos introduce en el exclusivo mundo de la gestión de riquezas astronómicas. Veamos algunos de los datos más relevantes…

1) Existen unas mil SFOs alrededor del mundo. Más de la mitad gestiona activos superiores a los mil millones de dólares.

2) Los clientes de las SFOs son, básicamente, fundadores de corporaciones globales y herederos de capitanes de la industria del siglo XX. En general, estas familias son grandes accionistas de compañías multinacionales.

3) Una SFO promedio gestiona los activos de 13 hogares de un mismo grupo familiar (incluyendo el portafolio de padres, hijos, primos, etc).

4) Sostener una de estas oficinas exige una inversión anual de unos tres millones de dólares.

Ahora bien, con tantas opciones de administración de riqueza en el mercado, ¿por qué una acaudalada familia querría fundar su propia oficina de inversiones?

En primer lugar, señala la investigación de Wharton, las opciones tradicionales de servicios financieros no siempre responden a las necesidades de las familias multimillonarias.

En efecto, una de las principales razones para crear una SFO radica en contar con un “cerebro común” para consolidar la contabilidad, los asuntos tributarios y el planeamiento de inversiones entre todos los hogares de la misma familia.

En segundo lugar, muchas familias desconfían de bancos y fondos de inversión tradicionales donde su dinero se convierte en parte de una gran masa que es invertida de acuerdo con la estrategia de la institución (que no siempre se encuentra alineada con los intereses de la familia).

Este problema no existe en el caso de la SFO, que tiene a la familia como único cliente.

Ahora bien, si usted tiene más de 100 millones de dólares y está planeando fundar su propia SFO, hay un punto crucial a definir: ¿quién estará al frente de la oficina?

Desde luego, el administrador debe ser de su absoluta confianza.

Según la investigación de Wharton, un 43 por ciento de las familias pone a un miembro del clan al frente de la oficina de inversiones. El resto, por el contrario, elige a un profesional externo.

En general, mientras más rica sea la familia, mayor es la propensión a contratar administradores profesionales para “separar las aguas”.

En definitiva, las SFOs no son masivamente conocidas. Estos fondos no hacen publicidad y, en muchos casos, les incomoda que se sepa de su existencia.

Pero, más allá de ser una incógnita en las finanzas globales, lo cierto es que manejan activos colosales que dejarían pálidos a muchos de los principales administradores de fondos de la Tierra.