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Aluvión importador aplana a la industria automotriz local

¿Cuánto más durará el dólar barato? ¿Hasta marzo, cuando concluyan los ingresos de blanqueo + cosecha? Cualquiera sabe que la paridad se encuentra muy atrasada y que las cuentas públicas son preocupantes. Por lo tanto, o se cambia la política cambiaria por las buenas… o se espera la explosión. Mientras tanto, el que puede, aprovecha. Los últimos datos difundidos por la Asociación de Concesionarios (Acara) y la Asociación de Fábricas (Adefa) revelan que culmina un buen año para los vendedores -aunque hayan tenido que resignar ganancias para no bajar el ritmo- pero uno malo para las terminales locales, afectadas en especial por la crisis de Brasil, principal socio comercial del país. Pero quedó un sesgo importador que traslada sus efectos a los lanzamientos programados para 2017, casi todos de model os producidos en el exterior. El 80% de los lanzamientos previstos para 2017 será de autos importados.


Una amplia brecha se abrió en 2016 entre la producción y la venta de automotores en la Argentina y la culpa la tiene la cantidad de modelos importados que ingresaron: la fabricación nacional va camino de caer cerca de 10%, contra similar porcentaje, pero de alza, que alcanzarán los patentamientos gracias a que los vehículos traídos del exterior representan nada menos que el 60% de las ventas al mercado interno.

La balanza se viene revirtiendo como consecuencia de la crisis brasileña, que la empuja para el lado argentino, y de la eliminación del cepo y restricciones aduaneras que dispuso el gobierno de Mauricio Macri.

De este modo, 2017 presenta como novedad automotriz que casi todos los lanzamientos proyectados son de vehículos importados, muchas veces a precios más que competitivos con los de producción nacional, por el efecto que en algunos segmentos ejercen los impuestos internos.

En números redondos, el año culmina con 500 mil automotores salidos de las fábricas del país, de los cuales se exportaron 200 mil, según cálculos de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA). Pero fueron patentados 700 mil en total en los registros nacionales, contando los más de 400 mil que entraron del exterior, de acuerdo con las estimaciones de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA).

A simple vista surge que fue un buen año para los importadores, relativamente aceptable para las concesionarias y más que regular para las terminales.

El vector de ventas de los modelos fabricados en el país apunta de igual a peor en el acumulado hasta noviembre. Por ejemplo, el Classic de Chevrolet mostró una baja interanual de 20,3%; el Renault Fluence retrocedió 9,6% y el Fiat Siena 15,6%. El Volkswagen Fox había vendido hasta el mes pasado un 31,1% menos que en 2015 y el Ford Focus repuntó apenas 1,3%, unas 250 unidades más que el año pasado.

Distinto fue lo sucedido con los importados, en los que hubo incrementos que promedian el 50% en las ventas. Entre los de menor rango de precio se destacan el Onix y Prisma de Chevrolet, que catapultaron 61% las ventas, en tanto que marcas como BMW, Subaru o Suzuki saltaron hasta 425%, si bien hay que tener en cuenta que en muchos de estos casos el año pasado había transcurrido prácticamente en blanco.

Gonzalo Kriger, analista sectorial de la consultora Abeceb, lo toma como parte de un proceso de normalización que recién este año se empezó a n otar en el mercado argentino, dado que históricamente el porcentaje entre importados y nacionales era de 60% a 40%, y la venta de autos argentinos era casi igual a la de los brasileños.

El sesgo hacia la venta de autos de origen nacional se venía evidenciando desde 2014, con las trabas a las importaciones y el impuesto a autos de lujos.

Pero hoy, las ventas están repartidas entre las de Argentina (41,1%), las de Brasil 49,1%, las mexicanos 5,4% y el resto 4,3%.

La preponderancia de los importados se refleja sobre todo en el crecimiento del 112,8% que tuvo el segmento de autos de gama alta -mayoritariamente de origen extranjero-, mientras que el de las pick ups -en el que se destaca la fabricación nacional- lo hizo 10,1%.

La caída de la producción se explica casi enteramente en la debilidad del mercado vecino, ya que sigue la curva de las exportaciones, principalmente a Brasil, cuya industria actualmente cuenta con una capacidad ociosa del 50% y un merca do interno deshecho.

Qué hay detrás de Brasil

Un análisis por el estilo efectuó Luis Ureta Sáenz Peña, presidente de la Asociación de Fábrica de Automotores (ADEFA), apunta a que esa concentración altamente dependiente de la demanda por parte de Brasil “obliga a mantener en nuestra agenda el trabajar y promover la apertura de nuevos mercados que permitan a nuestras plantas poder sustituir el impacto del principal socio comercial”, señaló.

Agregó que se aguarda con expectativa un nuevo encuentro con autoridades de Colombia para avanzar en la elaboración de acuerdo comercial, y en el mismo orden, se prevé avanzar en la materia con países de África durante el primer trimestre de 2017.

El directivo considera importante que se haya anunciado el aumento de los reintegros a la exportación, lo que permitirá recuperar los impuestos indirectos acumulados a lo largo de la cadena productiva. Pondera asimismo que se haya avanzado en las mejoras de procesos para promover las inversiones, algunas ya operativas tales como el Sistema de Importación de Planta llave en mano, Bienes de Capital usados, y otras que lo harán próximamente como la reducción de tiempos en la obtención de la Licencia de Configuración de Modelos (LCM).

“Resta aguardar la definición de la modificación de las bases imponibles del impuesto interno que vence el 31 de diciembre, a los efectos de que no se vean perjudicados los vehículos de producción nacional”, dijo Sáenz Peña.

El titular de ACARA, Dante Álvarez, expresó que, “tal como habíamos advertido hace algunas semanas, estamos finalizando el 2016 con un nivel de actividad que ha superado las expectativas planteadas al comienzo, donde era incierto el nivel de patentamientos anual que se podía proyectar. En breve difundiremos las cifras finales pero nos parece trascendente que ya se hayan alcanzado las 700 mil unidades, lo que le da al sector un buen impulso para comenzar el año con buenos niveles de actividad, y nos genera expectativas positivas”, completó Dante Álvarez.

Los concesionarios se fijan en primer lugar en los talonarios de facturas y recién después tienen en cuenta la composición de las ventas, de qué nacionalidad son los vehículos que entregan.

Gonzalo Kriger, analista sectorial de la consultora Abeceb, puso sobre la mesa los números de enero a noviembre que demuestran el rebalanceo del mercado automotor: se vendieron 280 mil vehículos fabricados en el país, casi la misma cantidad que en ese periodo del año pasado. En cambio, se patentaron 390 mil importados, un 17% más que en igual lapso de 2015, y la exportación un 25,3% menos.