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Ambientes libres de humo, clave para evitar que los chicos empiecen a fumar

Nadie dudaría por un segundo en adherir a propuestas tan nobles como prohibir la venta de productos del tabaco a menores de edad o, en las escuelas, enseñarles a decirle que no al cigarrillo. Pero si lo que se quiere es mantener a los chicos alejados de los dañinos efectos del tabaco, mejor probar con estrategias efectivas.

“Prohibir la venta de cigarrillos a menores no funciona. Según mostró una encuesta, más del 90% de los jóvenes argentinos de entre 13 y 15 años dicen comprar ellos los cigarrillos aun cuando está prohibida la venta”, dijo a LA NACION la doctora Verónica Schoj, consultora regional en control de tabaco de la Fundación Interamericana del Corazón. “Tampoco han sido efectivos los programas que en las escuelas han tratado de enseñar a los chicos a resistir la presión del grupo de pares.”

Schoj acaba de realizar una revisión de más de 400 estudios sobre estrategias antitabaco, cuyos resultados aún no han sido publicados, pero cuyas conclusiones adelantó: “Las únicas estrategias efectivas para evitar que los chicos empiecen a fumar o, si ya comenzaron, reduzcan su consumo son los ambientes 100% libres de humo, el aumento del precio de los cigarrillos y la prohibición de la publicidad del tabaco”.

Junto con destacados expertos en estrategias antitabaco de la talla de Valentín Fuster o Eduardo Bianco, la doctora Schoj participó ayer de una conferencia de prensa realizada en el marco del XVI Congreso Mundial de Cardiología, que finaliza hoy en Buenos Aires. Allí, Bianco presentó resultados que avalan las conclusiones de Schoj.

Tras la ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaco, impulsado por la Organización Mundial de la Salud, Uruguay prohibió la publicidad de los productos del tabaco fuera de los puntos de venta, aumentó el precio de los cigarrillos en más del 100% y prohibió fumar en ambientes cerrados, contó Bianco. “En Uruguay -agregó-, la tasa de menores de edad que fuman bajó significativamente, según una reciente encuesta.”

Aprender del fracaso
De los fracasos también se aprende, ésa es la enseñanza que aporta el proyecto Rayuela, que adoptó como modelo programas antitabáquicos promovidos por organizaciones sanitarias internacionales. Así, se trabajó con docentes de 45 escuelas secundarias de la ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires y La Plata, en la información y la promoción de la fortaleza de los niños para que pudieran decirle que no al tabaco.

Pero el programa no demostró ningún beneficio. “Veíamos una situación esquizofrénica: dábamos un programa basado en que los chicos tengan habilidades para vencer la presión del grupo de pares de fumar, pero al mismo tiempo los docentes seguían fumando abiertamente en los pasillos, en la sala de profesores e incluso en las aulas”, comentó Schoj, que participó del proyecto.

“Hay que trabajar con los maestros y con los chicos sobre el peligro del tabaco, pero esa estrategia sin una prohibición del 100% de fumar en la escuela, que no sólo alcance a los chicos, sino también a maestros y a todo el personal que allí trabaja, es inútil.”

“La promoción de ambientes libres de humo es fundamental: hace que los chicos tengan una percepción de que la mayoría de las personas no fuma y al mismo tiempo reduce la aceptación social del cigarrillo que perciben los jóvenes”, concluyó la investigadora.