El gobierno checo ha comenzado a planificar la privatización de uno de los grandes emblemas de ese país: la cervecera Budejovicky Budvar NP, productora de la popular Budweiser checa. Uno de los posibles aspirantes a la compra de la compañía es su gran rival, la estadounidense Anheuser-Busch, con quien mantiene una batalla legal desde el siglo XIX por los derechos de la marca.
La compañía, una de las últimas cerveceras estatales de Europa, podría caer en manos extranjeras, según citó la CNN de fuentes oficiales. Los amantes de esta cerveza temen que pudiera ser comprada por Anheuser-Busch, su peor rival por las razones apuntadas.
El director general de Budvar, Jiri Bocek, y el ministro de Agricultura checo, Petr Gandalovic, señalaron no obstante que el proceso de privatización ha comenzado, por lo que es pronto para hablar de posibles compradores de la compañía. Bancos de inversión y grandes compañías cerveceras” han expresado su interés en comprar Budvar, indicó Gandalovic, por lo que todavía “no hay nada a lo que atenerse para discutir seriamente”.
Las posibles interesadas serían, de momento, InBev, Anheuser-Busch, Carlsberg y Heineken, según el responsable en Praga de la consultora First Key, Tony Fletcher.
El gobierno checo busca, mientras tanto, una reforma legal que permita la conversión de Budvar de empresa estatal a corporación, fórmula que daría la totalidad del capital inicial al Estado. Gandalovic aseguró que esta transición comenzaría “en torno a septiembre de 2008”.
Budvar ha firmado hasta ahora diversos acuerdos de distribución con empresas rivales. Carlsberg reparte su cerveza en los países nórdicos, Croacia, Bulgaria y Serbia, entre otros, aunque el pacto más polémico fue el firmado con Anheuser-Busch para la distribución de la Budweiser checa en Estados Unidos.
