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Bushi acompaña a las mamás con los consejos de su consultorio de lactancia

Hoy sabemos científicamente que la leche materna es el alimento más completo que puede recibir el bebé. Sus nutrientes adecuadamente balanceados se adaptan en todo momento a las necesidades del niño. Es un “tejido vivo” que le brinda protección contra enfermedades e infecciones.

Protege a la madre de cáncer de mama y ovario, disminuye el riesgo de hemorragias post-parto, hay menos frecuencia de osteoporosis y enfermedades autoinmunes. Amamantar supone un estímulo psicológico muy positivo que le permite continuar con el vínculo establecido durante el embarazo, etapa en la que el bebé depende de ella.

Pero existen mitos que generan desconfianza en la madre y pueden poner en riesgo la continuidad de la lactancia materna. Estos son algunos de los más habituales:

– Amamantar es doloroso.
El dolor está asociado a una inadecuada técnica de lactancia. Mamá y bebé deben estar cómodos, el pezón y gran parte de la areola dentro de la boca del bebé y su lengua envolviendo al pezón. Variar las posiciones para amamantar. Esto evitará lastimaduras y dolor.

– Si hay cesárea la leche tarda en bajar.
El contacto temprano con el bebé después del parto y mamadas frecuentes facilitará la bajada de la leche entre el segundo y quinto día post-parto. Si no fuera posible la madre puede extraerse calostro para estimular y reemplazar la succión del bebé.

– Los pechos pequeños producen menos leche.
La producción de leche depende del estímulo, la frecuencia e intensidad de la succión. A mayor succión mayor producción.

– El bebé no aumenta de peso, mi leche no lo alimenta bien.
Todas las mamás producen leche que cubren las necesidades de su hijo. Si el bebé se duerme mientras toma, hace muchas pausas, es retirado del pecho antes de ablandar el primero donde está la leche más grasa, tendrá dificultades con el peso.

Los bebés que nacen con bajo o mucho peso necesitan tomar fórmula para crecer adecuadamente. El cuerpo de la madre está preparado para producir la cantidad de leche que cada bebé necesita.

– Los bebés que toman fórmula se “llenan” y duermen más que los que toman pecho
Las fórmulas tienen componentes que tardan más en digerirse. La leche materna se digiere rápido en el estómago del bebé porque respeta su maduración.

– Usa el pecho de chupete.
El bebé succiona para saciar su hambre y para calmar su angustia, como consuelo. En la leche materna hay sustancias que calman el dolor y le producen bienestar.

– Después de las mamadas hay que lavar los pezones para que la saliva del bebé no los perjudique.
El baño diario, sin jabones ni esponjas es suficiente para mantener saludable los pezones. Después de cada mamada pasar leche materna, que es bactericida y dejar secar.

Si hay molestias colocar un poco de crema de caléndula. Si es atóxica no es necesario retirarla para que el bebé vuelva a mamar.

– Las mamás que trabajan no pueden seguir amamantando.
La leche materna se puede conservar en la heladera por tres días, en el freezer por tres meses. Con una pequeña reserva y extracciones en el trabajo se podrá continuar amamantando.

– Después de los seis meses la leche materna ya no alimenta bien.
A esta edad los bebés comienzan a recibir otros alimentos, pero la leche materna le aporta nutrientes esenciales para el desarrollo del cerebro y su sistema de defensas.

Hay muchas más opiniones que generan dudas y confusión, por esto es necesario contar con el apoyo de la familia y la sociedad toda para prevenir dificultades y disfrutar plenamente de esta etapa.