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Cada médico con su librito…….

Es bien conocida  la influencia de la sugestión en la conducta humana: un poder tan grande que según las palabras del médico, el paciente puede provocar su mejoría o todo lo contrario.

Es necesario saber para cada paciente cual es el límite entre lo que puede y de lo que debe escuchar.

Las mentiras piadosas no sirven, siempre se debe ir por el camino de la verdad, pero  es necesario dejar abierta la posibilidad de imaginación para que el paciente elabore ideas positivas que colaboran siempre con su mejora.

Los errores de comunicación en su mayoría son de incomunicación. El dialogo hace que el medico conozca a su paciente, por ello es mejor que esto lo hagan los profesionales de cabecera y, no los profesionales, tipo guardia que lo ven esporádicamente. Esa tarea la debe de cumplir en general el médico de familia.

Hay palabras prohibidas?
Hay palabras que deberían nombrarse, según los momentos, pero igualmente son personales. Así para algunos será “Cirugía” para otros “muerte” o para otros “internación”, pero de saber esto para cada persona en particular, se puede dar una información evitando la palabra no tolerada.

Habrá que decirle al paciente  lo que quiere escuchar? No hay que decir lo que quiere escuchar el paciente, pero si hay que decir lo que el paciente puede y debe escuchar, la forma es fundamental y nunca hacer afirmaciones futurísticas, ni malas ni buenas. Solo se habla de pronósticos y, según el caso solo se habla del presente.

Cada médico con su librito
Los análisis o estudios varían las respuestas de los médicos porque los criterios generales son diferentes. Un paciente no es un estudio, es algo mucho más complejo, es un todo, cuerpo, mente, medio intimo, social, económico y hasta político!

Dar una indicación a un hombre de 40 años de una villa miseria que esta con un cáncer y que tiene 4 hijos, es muy diferente que dárselo a un señor mayor, soltero de buena situación económica y sin hijos.

Los dos se tendrán que operar, pero el primero será de urgencia y se hará lo mínimo indispensable y con el señor mayor seguro se harán medidas de soporte con tiempo de preparación más lenta para una cirugía más conservadora, motivada por la edad,  las condiciones sociales y los requerimientos personales de los pacientes con nivel de opinión sobre su patología.

Seguro que el cáncer era el mismo pero los pacientes muy diferentes, así los médicos valoraran en forma subjetiva el panorama total.

La medicina es una ciencia y allí podremos estar de acuerdo pero es un arte a la par y en ese nivel cada medico es muy particular.

El paciente puede juntar mas de una opinión pero a la hora de elegir lo hará de la mano del medico que mas lo conozca y en el que mas confíe.

Los médicos siempre deben hablar con el hemisferio izquierdo, o sea la razón, pero con el derecho, el corazón debe envolver sus mensajes con empatia es decir, poniéndose por unos minutos, al menos en los zapatos de su paciente.

Iatrofobia
Muchas personas no van al médico a lo largo de toda su vida, porque le temen a los médicos, muchos encubren este miedo, diciendo que el médico no sabe mas que ellos acerca de su salud, de cómo se sienten, aluden a que les van a encontrar algo y con los tratamientos los van a  enfermar mas.

Muchos no temen a la presencia de un médico ni a los tratamientos que pueda aconsejar; sin embargo, otros necesitan una alta dosis de valentía para pisar un consultorio, aunque requiera de la atención médica especializada.

Iantrofobia, es básicamente el miedo incontrolado, anormal, persistente e injustificado a los médicos, con la consecuencia de no acudir a las consultas de revisiones cotidianas, por lo que pueden aparecer problemas médicos que no se detecten a tiempo.

Se lo asocia a alguna experiencia de consultas anteriores, alguna situación traumática en la infancia, al contagio de enfermedades, o al resultado de los exámenes.

En mas de una oportunidad no se equivocan, porque lamentablemente en la medicina de hoy, rápida , superficial, y fundamentalmente dividida, se pueden cometer muchos errores, dado que el cuerpo humano y en general el cuerpo de los animales, todo, es una unidad, por lo tanto, no se puede actuar en forma completamente aislada, tratando por un lado un riñón, por otro lado un estomago, por otro lado un cerebro, es totalmente una unidad, y la falta de un verdadero clínico que pueda ser un director de orquesta es lo que genera estos errores que muchas veces justifican por lejos el miedo, que los pacientes puedan llegar a sentir.

El miedo a los médicos hoy creo que es mas la consecuencia de la despersonalización de la medicina, de la robotización de la medicina, por la cual al perder al director de orquesta, que salvando las distancias, es el que mas sabe de música entre los músicos, aunque no sepa tocar destacadamente un instrumento. Esa carencia es la justificadamente lleva a la población, a muchos pacientes a alejarse de le medicina y a quedarse solos, muchas veces buscando una solución que no pueden llegar a encontrar. Volver al médico de cabecera, el que nos da esa confianza, esa afectividad, que es muy necesaria, va a colaborar enormemente con el tratamiento mejor elegido, para que el 50% de la cura este en la confianza que el paciente deposita en su propia salud y en el médico.

El viejo médico de cabecera, el médico de familia, es esa persona que media entre las ciencias duras y el paciente, una llegada de esta ciencia absolutamente paternal, llena de confianza, que hace que el paciente se entregue al médico.