Inicio Empresas y Negocios Chimeneas sin humo: fábricas argentinas ahora optan por importar para bajar costos

Chimeneas sin humo: fábricas argentinas ahora optan por importar para bajar costos

Con las estadísticas en la mano, el entorno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se muestra sumamente preocupado por el efecto que el crecimiento de las importaciones podría generar en la industria local.

En este sentido, el secretario de Industria aseguró que recibió la instrucción del Ejecutivo para llevar a la mitad el plazo que hoy requiere la gestión y aplicación de una medida antidumping.

Esta iniciativa no es un caso aislado, forma parte de una estrategia integral del Gobierno en pos de un mayor proteccionismo, una postura que promete levantar polvareda durante los próximos meses.

En este contexto, el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), entidad que impulsa un pedido de protección para más de 300 productos ante Industria, aseguró a infobaeprofesional.com que “estamos en presencia de un efecto devastador, reeditando lo que pasó en la década del `90, cuando fue destruida la industria nacional”.

La preocupación de los industriales se centra en la erosión del tipo de cambio competitivo, la “marca registrada” del modelo de las últimas dos administraciones K.

La suba de costos de la producción, sumado a la baja nominal del dólar que lleva adelante el Banco Central desde hace dos meses, genera que algunos especialistas prevean para fin de año un Tipo de Cambio Bilateral de $1,25 por dólar.

Se agota la sustitución de importaciones
En diálogo con este medio, Rodrigo Álvarez, jefe de Economía de la consultora Ecolatina, explicó que “el proceso de sustitución de importaciones descansó, en una primera etapa, en el colchón de competitividad que daba el tipo de cambio. En numerosos casos importar era muy caro y se volvía más rentable producir localmente”.

Sin embargo, según el especialista, “esta ventaja prácticamente se agotó. La competitividad sólo queda en los sectores donde la Argentina tiene muchas ventajas, como la agroindustria”.

A la hora de analizar los números, se destaca que en el primer semestre del año, las importaciones totales crecieron 45% respecto al mismo período del año anterior.

En esta fuerte dinámica que exhiben juega un papel clave el efecto inflacionario. De hecho, de ese total, el 28% correspondió a volúmenes y el resto se explicó por alza de precios.

A la hora de analizar los mercados de origen, se destacan las importaciones desde China, que registraron un aumento de 63% en el mismo período. Así, superaron ampliamente las compras provenientes del Mercosur, que exhibieron una tasa del 40% interanual.

Del container a la góndola
Más allá de esta fuerte suba, desde Ecolatina destacaron que, más allá de este crecimiento global, preocupa la aceleración de importaciones que generan rivalidad con el “made in Argentina”.

De hecho, según un estudio de la consultora, el 63% de lo que importa el país compite con los bienes nacionales. El nivel de participación se incrementó 3 puntos porcentuales respecto de 2007.

Así, de los u$s28.300 M que se importaron en la Argentina durante el primer semestre, u$s17.838 correspondieron a bienes que, de acuerdo a Ecolatina, suplantaron mano de obra local. A su vez, esta cifra significó un crecimiento del 53% con respecto al mismo período de 2007.

Algunos ejemplos de productos industriales nacionales que se ven amenazados por las crecientes importaciones son: autopartes, productos de hierro y acero, grupos electrógenos, televisores, maquinaria agrícola, productos textiles y fertilizantes químicos, entre otros.

* En el caso del calzado, las importaciones pasaron de u$s92 M a u$s129 M, un 41% más.

* A su vez, el ingreso de textiles creció un 51% y pasó de u$s198 M a u$s299 M.

* Por su parte, las manufacturas de cuero treparon hasta los u$s28 M, con un alza de 49 por ciento.

”El problema que tenemos con la sustitución de bienes que pueden ser fabricados en el país por importados es altísimo. Es un fenómeno que va en aumento”, se quejó Vacca.

Chimeneas sin humo
En este contexto, Álvarez aseguró que “lo que estamos viendo entre los empresarios es temor a la hora de invertir”.

“Entre volver a apostar a un proyecto e importar, muchas empresas están optando lamentablemente por la segunda opción, porque evalúan que las perspectivas son inciertas, no pueden prever un entorno de negocios de acá a cinco años y les resulta fijar costos”, agregó el especialista.

El experto de Ecolatina agregó que “esto es negativo, porque al compensar la brecha que se le genera a la industria con importaciones, se está apostando a la sustitución de producción local y empleo local con producción extranjera”.

Al respecto, según un informe del Observatorio Pyme, el 80% de los empresarios considera que se trata de un mal momento para llevar a cabo inversiones en maquinaria y equipos.

En la misma línea, Mauricio Claverí, economista de Abeceb.com, explicó “en muchos sectores de la producción, las tasas de inversión no siguieron el mismo ritmo del crecimiento del consumo. Esto generó una brecha que ahora sí o sí tienen que complementarla con bienes importados”.

Por su parte, Ramiro Prodan, presidente de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (Cadieel), se lamentó de que “los fabricantes estén reemplazando parte de la producción nacional con importaciones”.

”Los empresarios se niegan a hacer una enorme inversión en bienes de capital debido a la incertidumbre de no poder amortizarla. Por eso, muchos fabricantes importan como complemento de su línea productos que satisfacen la necesidad del mercado y sin costos extra”, agregó Prodan.

Según el directivo, en su sector esto sucede con productos de electricidad, iluminación y electrónicos, “que se fabricaban en el país, pero de a poco empieza a abandonarse su producción”.

Por otra parte, Álvarez destacó que el reemplazo por importaciones afecta a las piezas y partes y no sólo al bien terminado: “Hay una búsqueda por tratar de proteger al eslabón nacional, pero en la medida que los costos no dan, optan por el proveedor más barato”.

Del mismo modo, Prodan sostuvo que, en el caso de las materias primas, los fabricantes del sector eléctrico “se ven obligados a importar y optar por productos brasileños en lugar de los fabricados en el país”.

“El peor de los escenarios”
Según el Observatorio Pyme, el 71% de las industrias estima que la rentabilidad empeoró con respecto a un año atrás. Esta cifra contrasta con el 58% que se registraba en agosto de 2007.

Como contrapartida, hoy por hoy, apenas el 17% asegura que la rentabilidad se mantiene igual y solo 11,5% señala que su rentabilidad mejoró.

En este contexto, desde Ecolatina aseguraron que en la medida en que crece la percepción de riesgo, lo que aumenta en definitiva es el costo de capital, la tasa de descuento que se le imprime a un proyecto.

“Una rentabilidad para Europa del 10% podría ser considerada excelente, en la Argentina no paga el riesgo que se genera los proyectos. Si la rentabilidad tiende a disminuir en el tiempo, tendría que bajar la percepción de riesgo, pero acá se da el peor de los dos escenarios: baja la rentabilidad y aumenta la percepción de riesgo”, aseguró Álvarez.

Perspectivas
A la hora de trazar proyecciones, desde Abeceb.com destacaron que las importaciones cerrarían en 2008 en el orden de los u$s62.600 M, un 40% más que en 2007.

Del mismo modo, desde Ecolatina advirtieron que “la tendencia es que siga creciendo la penetración extranjera. Los fundamentos que están alimentando este proceso siguen estando operativos y la incertidumbre está creciendo”.

Álvarez agregó un dato más preocupante: las filiales locales tienen cada vez menos chances de salir a competir contra las filiales de Latinoamérica para captar inversiones. Por lo tanto, los proyectos de ampliación o greenfield que no se hacen en el país.

“Brasil y Chile siempre fueron focos de concentración, pero ahora estamos perdiendo inversiones en manos de países que podría pensarse estaban en un segundo plano frente a la Argentina, como Perú y Colombia”, sostuvo Álvarez.

Al respecto, alertó que “hay un proceso de falta de crédito muy grande y las filiales no pueden convencer a las casas matrices de que sigan apostando. En la medida en que no hay apuesta para aumentar la producción esto se va a traducir en mayores importaciones”.