La que iba a ser la mayor adquisición de una compañía china por parte de un rival extranjero, se fue por la borda. Ayer el gobierno del gigante asiático rechazó la oferta de US$ 2.400 millones que presentó en septiembre la estadounidense Coca-Cola por el principal fabricante de jugos del país, Huiyuan Juice Group.
El ejecutivo hizo pública su decisión, argumentando que, “en virtud de la ley antimonopolio, el ministerio de Comercio decidió prohibir” la operación, ya que ésta habría tenido “una influencia negativa en la competencia”.
La legislación ha generado polémica por los términos vagos en que está redactada, y porque según observadores fue diseñada con fines proteccionistas. “Beijing quiere proteger sus marcas”, dijo Renee Tai, analista de CIMB-GK Securities. “Las bebidas no son productos políticamente sensibles, pero esto es pura política”.
La noticia hizo caer las acciones de Huiyuan 19% , su mayor retroceso desde que se abrió a bolsa en 2007.
El rechazo a la transacción impedirá a Coca-Cola, el mayor fabricante de refrescos a nivel mundial, cumplir su objetivo de elevar su participación en el mercado de jugos de China en más de 20%.
Según estimaciones de Euromonitor International las ventas de jugos podrían aumentar en un quinto en China este año a US$ 14.000 millones, casi el doble que las de gaseosas.
