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Coface advierte un empeoramiento del índice de riesgo regional para el norte de África y Oriente Próximo y Medio

Coface, la empresa francesa especialista en la gestión, protección y financiación del crédito comercial, dio a conocer en su boletín sobre riesgo país mundial del mes de septiembre, la reducción de la calificación de Irán de B a C, causando un empeoramiento del índice de riesgo regional para el norte de África y Oriente Próximo y Medio.

Para los países exportadores de petróleo, el bajón en este mercado ha dado lugar a un menor crecimiento del PIB y a una reducción de los excedentes externos y fiscales, que habían alcanzado niveles máximos en 2006. Pese la tendencia a la baja, los precios del petróleo continuaron altos, respaldados por los ajustes en la producción, particularmente en Arabia Saudita, fiel a su papel de “swing producer” (país productor que aumenta o disminuye su producción para modificar el precio del petróleo).

En los últimos años, esos países han sido capaces de reducir sus deudas (particularmente Argelia y Arabia Saudita) y acumular “holdings” financieros sólidos. En esas condiciones, la dinámica de inversión debería mantener su ritmo en la mayoría de los casos.

El sector de la banca parece no haber sufrido daño alguno, mostrando excelentes resultados relativos a 2006. La tendencia, sin embargo, de las deudas sin interés podría afectar al rendimiento de sus ganancias en 2007.

Aún en dicho contexto positivo, Irán se ha mantenido al margen. La política fiscal radicalmente expansionista, intensificada por el Presidente Mahmoud Ahmadinejad desde su elección en 2005, ha reducido los excedentes financieros del sector público a pesar de los altos precios del petróleo de los últimos años y ha limitado el crecimiento de las reservas del Fondo de Estabilización del Petróleo. En medio de los moderados precios del petróleo de 2007, los nuevos probables excesos en el gasto público deberían dar lugar a un déficit fiscal estimado de 2,8%. Por otra parte, las tensiones mantenidas con la comunidad internacional respecto al tema nuclear y a las restricciones impuestas por las Naciones Unidas en diciembre de 2006 han debilitado el clima económico y han impedido las inversiones. El creciente recelo de los bancos extranjeros y la ausencia de financiación nacional podrían afectar a los pagos corporativos. Esta situación lleva a Coface a reducir la calificación de Irán de B a C.

En cambio, Arabia Saudita mantiene su calificación A4. Pese a que la ralentización de la demanda externa, significativa desde el segundo semestre de 2006, sigue afectando a la producción del sector del petróleo, los elevados precios de los hidrocarburos han dado lugar a un clima propicio para la inversión (infraestructuras, industria, inmobiliaria). El sector no petrolero ha sido, de nuevo, el mayor impulsor de crecimiento, sostenido por el gasto público y la abundante liquidez del mercado. Las ganancias corporativas han sido buenas y el índice Coface de incidentes de pago se ha mantenido bajo la media mundial.

Por su parte, en Argelia (calificado A4), los altos precios de los hidrocarburos se han convertido en excedentes externos y fiscales significativos. La ganancia inesperada debida al petróleo ha permitido al país acelerar la cancelación de deuda externa y la construcción de reservas de divisas. En 2007, el crecimiento debería beneficiarse de la mayor producción de gas, de la aceleración de las inversiones públicas y del firme consumo de los hogares, estimulado por los incrementos en los salarios de los funcionarios. Es, sin embargo, aconsejable, mantener la vista puesta en la situación de seguridad.

La economía en Israel (calificado A4) creció un 4,8% en 2006, limitándose las repercusiones del conflicto en Líbano a una pérdida inferior a un punto durante todo el año. En 2007, la economía debería crecer a una tasa del 4,5%, fortalecida por el gasto público en defensa y reconstrucción y por las inversiones. El índice Coface de incidentes de pago para las empresas israelíes se ha mantenido por debajo de la media mundial.

Con respecto a las previsiones para Egipto (categoría B) en 2007, siguen siendo excelentes. Las mejoras extras en la capacidad de producción de gas han beneficiado los sectores del petróleo y las manufacturas. La situación financiera externa ha ido mejorando, en medio de tendencias favorables para las fuentes tradicionales de ganancias de divisas e incrementos en la inversión directa extranjera, estimulados por las privatizaciones. En ese contexto, el entorno comercial ha mejorado y el índice Coface de incidentes de pago se ha mantenido bajo la media mundial. El déficit de los sectores fiscal y público, sin embargo, sigue siendo preocupante. La consolidación de las finanzas públicas será un objetivo crucial.

Por último, en Líbano (calificado C con vigilancia negativa), la inestabilidad política ha afectado la fuerza de la recuperación tras la recesión económica producida en 2006 por el conflicto de julio/agosto con Israel. Líbano, cargado con una deuda récord del sector público que representa el 180% del PIB, consiguió obtener donativos muy importantes de ayuda internacional en la conferencia de ayuda al Líbano que se celebró en París en enero. Sin embargo, dicha ayuda vendrá condicionada por la implementación de reformas estructurales, lo cual es difícil debido a las tensiones políticas.