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Combustibles: el Gobierno anunció acuerdos pero el mercado revela un caos de precios en los surtidores

Con el anuncio que hiciera ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof, respecto a un acuerdo de precios para fijar en un nivel máximo de 6% el incremento de las naftas aplicado el último mes, el Gobierno sinceró su ansiedad por contener la inflación.

En efecto, esta avanzada -que autoriza subas pero con topes-, se inscribe en un contexto en el que viene negociando con diversos sectores, con el fin de evitar que se disparen aun más los precios.

El ministro ya hizo lo propio con las cadenas de retail, que comercializan tecnología y artículos del hogar, así como también con los grandes productores de los llamados “insumos difundidos”, es decir, materia prima clave para diversos procesos productivos, tales como plásticos o metales.

Sin embargo, las intenciones oficiales de llevar cierto orden a los surtidores vienen chocando contra la realidad.

Sucede que, el descontrol en los surtidores que se dio en los últimos meses, sumado a la enorme variabilidad que exhiben los valores en distintos puntos del país, revelan las dificultades que tuvo y tendrá el Gobierno para controlar un negocio marcado a fuego por el caos de precios.

“Las diferentes empresas estaban tomando sus propias políticas. Aquellos que superaron ese nivel de aumento acordaron reducir el precio de las naftas con un techo de 6 por ciento. Incluye a las líderes del mercado, como YPF, Shell, Petrobras, Oil y Axion Energy”, señaló Kicillof durante la conferencia de prensa, para luego subrayar que “es un acuerdo voluntario de las partes”.

El problema no es sólo controlar y contener las subas, sino establecer cuál será el criterio que se tomará a nivel nacional, considerando que en el interior los valores de la nafta pueden llegar a estar un 20% o 30% por encima de los precios que exhiben los surtidores de Capital y el Conurbano.

“Fuera de Buenos Aires hay una distorsión que es imposible de determinar. Lo único seguro es que el litro está subiendo todas las semanas. A tal punto que hay algunas ciudades del interior donde el valor de la premium está a un paso los $15”, aseguró a iProfesional Raúl Castellano, vicepresidente de CECHA, la cámara que aglutina a los empresarios del expendio de combustibles.

“En algunas localidades de Chaco, Misiones o Corrientes, por ejemplo, los valores están hasta un 30% por encima de lo que se ve en Capital Federal”, recalcó el dirigente.

Según pudo corroborar iProfesional, hasta el día de ayer, la súper en los puntos de venta Shell en la Ciudad cotizaba a razón de $10,50, mientras que el mismo combustible en algunos puntos del Conurbano se ofrecía a $11.

¿Cuánto costaba hasta este miércoles el litro de súper de esa misma petrolera en otros puntos del país? El detalle, a continuación:

• Salta: $11,30
• Catamarca: $11,50
• Misiones: $12
• Santa Fe: $12
• Tucumán: $12
• Entre Ríos: $12,30
• La Rioja: $12,40

En cuanto a la nafta premium, en estaciones de servicio Shell el litro presenta la siguiente variabilidad:

• Capital Federal: $11,90
• Tucumán: $12
• Catamarca: $12
• La Rioja: $12,10
• Salta: $12,20.
• Gran Buenos Aires: $12,40.
• Entre Ríos: $13,80.
• Santa Fe: $14.
• Misiones: $14,10.

Por debajo de los valores de la compañía que en la Argentina comanda Juan José Aranguren se ubican competidoras como Axion, la ex Esso, y Oil.

En un escalón inferior se encuentra YPF, que hasta este miércoles estaba vendiendo el litro de premium a $9,99 pesos dentro de Capital Federal, al tiempo que comercializa el mismo producto a $10,50 del otro lado de la General Paz.

Chaco: el precio más alto
Aunque el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, condenó esta semana la “codicia” de Shell por el incremento que la petrolera anglo-holandesa aplicó a los precios de sus combustibles en todo el país, en el Chaco una red estatal de estaciones de servicios creada durante su gestión como gobernador se mantiene como la más cara del mercado local, ya que vende cada litro de nafta premium a 16,49 pesos.

Se trata de los valores que cobra a los consumidores Secheep Combustibles, un servicio que se creó dentro de la empresa estatal de suministro eléctrico, que lleva el mismo nombre, en junio de 2008, medio año después de que Capitanich asumiera como gobernador del Chaco.

Según trascendió, aunque los funcionarios de la compañía siempre justificaron el ingreso al negocio de los hidrocarburos como una forma de “resolver un problema de desabastecimiento y desequilibrio de precios”, como respondieron ante un requerimiento del Tribunal de Cuentas, las estaciones de Secheep nunca dejaron de ser la opción más costosa.

Esa circunstancia se mantiene aun después del incremento aplicado por Shell, que en Resistencia vende el litro de nafta premium a 13,50 pesos, es decir, tres pesos menos que los 16,49 que fijó Secheep ya a comienzos de año para su nafta de mayor octanaje.

El problema de los costos
Horas antes de la conferencia de Kicillof, empresarios vinculados con el expendio de combustible, ya daban por descontado que sobrevendrían nuevos aumentos, especialmente en el caso de YPF,

“De no hacer alguna modificación en sus precios, la petrolera estatal deberá absorber una demanda cada vez más amplia porque, obviamente, todo el mundo quiere cargar nafta en el lugar más barato. Y, hoy por hoy, eso corresponde únicamente a YPF”, señalaba Castellano, de CECHA, antes de conocer la nueva medida oficial.

La advertencia del dirigente igualmente no pierde vigencia tras el acuerdo anunciado durante el día de ayer, dado que, según su óptica “en caso de que se mantengan las diferencias entre YPF y el resto, esto puede derivar en un escenario de faltantes y desabastecimiento porque la compra se concentrará en sus puntos de venta”.

Otro punto que preocupa es la política de precios en un contexto de fuerte suba de costos.

Consultado el peso que tendrán las negociaciones salariales en el valor de la nafta, el empresario anticipó que “se discutirán aumentos que, por lo que sabemos, los gremios quieren llevar al 35 por ciento. Esto, por supuesto, está fuera del alcance de los expendedores, que vienen operando con complicaciones desde hace años”.

“Lamentablemente, si los sindicados exigen porcentajes muy altos no quedará otra que trasladar parte del porcentaje de suba salarial y de costos en general al precio final del libro de combustible”, había anticipado el dirigente, una advertencia que claramente entra en conflicto con las últimas medidas oficiales.

¿El litro a 20 pesos?
Días atrás, antes de que entrara en vigencia este nuevo acuerdo, no faltaron los referentes de la actividad que pronosticaban un ascenso estrepitoso de la nafta por la suba de costos en general y la devaluación del peso.

Al respecto, Luis Malchiodi, presidente de la Federación de Entidades de Combustibles de la provincia de Buenos Aires (FECOBA), no descartaba nuevos aumentos, al tiempo que aseguraba que el precio de las naftas premium debería estar en 20 pesos.

“Es posible que haya otro aumento. Este fin de semana no, pero seguramente van a tener que hacerlo. Los precios actuales fueron fijados con un dólar a 6,80 pesos, y ahora está cerca de los 8 pesos”, advertía el empresario.

Al ser consultado sobre el precio de los combustibles para el resto del año, Malchiodi afirmó: “Hay que pensar en los 20 pesos. El fundamento es muy sencillo: hay que mirar el valor del crudo y cuánto tiene de precio en los países limítrofes, que tienen situación de dependencia como el nuestro, como Uruguay, Paraguay y Chile”.

Por ese motivo, dijo que hay “desabastecimiento en las fronteras”, porque los desde los países limítrofes ingresan a la Argentina a llenar los tanques. “Es mucho más barato y genera que la gente haga este tránsito”.

Malchiodi analizó la actual situación petrolera y lanzó duras críticas al Gobierno nacional.

“Esta década que transcurrió nos dejó un país sin autoabastecimiento. Se permitió el lujo de tener precios para los crudos diferenciados para la producción interna y, a su vez poder exportar cerca de 2.500 millones de dólares por año en combustibles, en un país totalmente dependiente”, señaló.

“Las petroleras -continuó- aprovecharon las explotaciones e investigaciones territoriales que había hecho YPF y ahí pusieron las bombas y no hicieron ni un pozo. Y ahora nos encontramos con una crisis energética”.

Paralelamente, al trazar un horizonte de precios, desde CECHA fueron más cautos: “Con llegar a 15 pesos ya estaríamos en un nivel alto de aumento. Para algunas zonas imponer un valor como 20 pesos sería algo así como aumentarles la cotización del combustible un 80 por ciento. Un exceso. Hay que ver cómo evoluciona la discusión en las paritarias, pero veo poco probable alcanzar un precio tal elevado durante 2014”.