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¿Cómo afectan las emociones el dolor de espalda?

El concepto de columna refiere al soporte vertical que permite sostener el peso de una estructura. Vertebral, por otra parte, es lo perteneciente o relativo a las vértebras (los huesos cortos y articulados entre sí que forman el espinazo de los animales vertebrados). Es el verdadero eje del cuerpo humano, que permite sostener el peso de una estructura.

La espalda representa el apoyo en la vida, es el sostén del cuerpo, el pilar de la estructura ósea y muscular. Simboliza sobre todo lo que “soportamos” de los dilemas de la vida.

Existe una importante relación entre la espalda y muchas enfermedades. De hecho, se cree que el 90% de los padecimientos tienen alguna conexión con la columna vertebral, ya sea que pequeños desplazamientos de las vértebras opriman los nervios que alimentan a nuestros órganos y a distintas partes del cuerpo, dañándolos indirectamente, o que un problema en el cuerpo ocasione una tensión que termine por dañar al sistema nervioso y, en consecuencia, a la columna vertebral.

Por lo tanto, las emociones se guardan: acumulamos tensiones en diferentes zonas del cuerpo especialmente en el hígado, estómago, riñones, hombros y espalda. Esta tensión deforma los órganos y el propio cuerpo, afectando de esta manera a la columna vertical en forma de tensión y músculos agarrotados. El dolor es en realidad el resumen final de una calidad de vida con deterioro, uno no llega a padecerlo fortuitamente, sino por el acumulo de situaciones.

Vemos con frecuencia, como estos estados emocionales pueden repercutir en el resto de nuestro cuerpo y sin duda alguna que a nivel de la espalda le generaran un trabajo mecánico importante , condicionando la respiración, por ejemplo, tornando a nuestro tórax rígido, impidiendo que volúmenes de aire necesarios para nuestra vitalidad, sean en cantidad suficiente.

Las situaciones de stress van minando nuestra capacidad de funcionar correctamente, así al perder funciones, vamos notando como las mismas se traducen en impotencias musculares, orgánicas y hasta mentales.

Nuestra musculatura superior envuelve nuestros hombros y cuello, reflejan nuestro estado emocional: si estamos contentos eso hará que nuestro cuello se presente erguido, nuestro rostro distendido, relajado, sin tensiones pero por el contrario, las personas tristes, traducen en una mirada baja, cansina, un cuello proyectado hacia adelante, todo le pesa…

Nos sentiremos cansados, cuando en realidad no hemos hecho un esfuerzo físico, sino que hemos estado funcionando mal a nivel respiratorio, ya que un tórax deprimido en sus movimientos difícilmente pueda recibir el aporte neurológico en forma adecuada. Nuestro diafragma no recibe la orden nerviosa de manera adecuada de su nervio frénico que desciende desde el cuello, el cual esta rígido, contracturado.

Nuestras funciones orgánicas se verán indefectiblemente afectadas, en una musculatura rígida. Difícilmente la circulación de sangre será eficiente: así nos dolerá la cabeza, tendremos pesadez de vista, las tensiones repercutirán sobre nuestro sistema digestivo. Pruebe comer con bronca, tendremos dolores, mala digestión acidez estomacal

Las emociones y sentimientos ocultos, reprimidos, terminan en enfermedades como la gastritis, úlcera, pero también dolor lumbar y de la columna. Si en toda actitud externa se esconde una actitud interna, todo problema emocional tendrá su síntoma físico: una columna alineada es clave para conservar la salud. Todas ellas tienen un factor común qué es el mal funcionamiento de nuestro sistema nervioso, derivada por estar inmerso en situaciones emocionalmente adversas.

Cuando queremos realmente tener éxito, terapéuticamente hablando, debemos entender el contexto en el cual estamos inmersos, una profesión o terapia por sí sola carecerá de efectividad sino se observa y se atiende al ser humano en la globalidad en incluir a la persona no como una entidad enferma sino como el producto de los avatares diarios a los que está expuesto, si así lo podemos ver nuestro éxito radicará en lograr cambiar nuestro estilo de vida.

Con chequeos regulares con el quiropráctico, una profesión sanitaria que se ocupa de las alteraciones biomecánicas de la columna vertebral y su repercusión en el sistema nervioso y en la salud.

Se enfoca en mantener o restablecer el funcionamiento integral del cuerpo humano, del análisis, detección y corrección de las subluxaciones vertebrales. La quiropraxia no busca sustituir la atención de la medicina. Por el contrario, el propósito es hallar una forma de eliminar una de las principales formas de interferencia al esfuerzo innato del cuerpo para estar bien y es totalmente complementaria con otras prácticas que mejoran la salud. La columna vertebral, verdadero eje del cuerpo humano.