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Cómo evitar reforzar algo denominado neofobia en los más chicos

Así como para disfrutar y divertirse, las vacaciones escolares de los más chicos pueden utilizarse también para pasar tiempo en familia procurando brindarle a los niños algún “plus” que luego puedan usufructuar durante el resto del año.

Es por eso que los meses de enero y febrero resultan propicios para la puesta en marcha de actividades como fomentar la lectura o las actividades deportivas aunque también y por qué no la incorporación a la dieta de alimentos más sanos y nutritivos.

Sin embargo, ésta iniciativa puede encontrarse con un obstáculo al que los padres deberán hacerle frente con insistencia y consistentemente: la neofobia. Este trastorno que fue descripto por el psicólogo estadounidense William James se caracteriza por el miedo o el rechazo a aquello que se desconoce, y si bien puede aplicarse a distintos aspectos de la vida, su desarrollo en relación a la alimentación es muy frecuente durante los primeros años de vida durante los cuales los más chicos se muestran reticentes a “salir” de aquellas rutinas de alimentación que les resultan seguras.

“La neofobia en los niños es una de las principales causas de inapetencia. Frente a esta situación, los padres deben procurar en primer lugar no forzar al chico a que coma determinado alimento, y en segundo término, probar la incorporación de éste progresivamente y cada tanto”, explica Valeria Hirschler, médica pediatra integrante del servicio de Nutrición del Hospital Durand de la ciudad de Buenos Aires, en la Argentina.

“Si lo que se quiere lograr es que un chico adopte determinado grupo de comidas o un alimento en particular -continúa Hirschler-, lo primero que hay que hacer es buscar formas de presentación novedosas, llamativas, coloridas y atractivas; y en segundo lugar evitar cualquier asociación entre el alimento en cuestión y situaciones traumáticas como puede ser un vómito o una enfermedad.”

Otro punto para destacar es la cuestión del ejemplo. Desde éste punto de vista es especialmente relevante que los padres no sólo insistan con la adopción de determinados alimentos, sino que además ellos también los coman procurando evitar expresiones de disgusto o reprobación.