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Competitividad: ¿cuán lejos se estará del 1 a 1 a partir de los incrementos salariales?

Mientras el debate se centra en los futuros pedidos de aumento por parte de los sindicatos de cara a las paritarias, un interrogante se abre paso en medio de esta discusión: ¿las subas salariales pueden hacer peligrar la competitividad de las empresas en 2008?

La mayoría de los analistas estiman que los aumentos salariales este año serán de entre un 15 y un 25%, es decir, un punto promedio por encima del año pasado.

A su vez, de acuerdo con el Barómetro de Empresas Argentinas, realizado por la consultora Deloitte, un 67,2% de los empresarios espera incrementos de sueldos para los próximos 3 meses, cifra que se eleva al 96,6% según las perspectivas de aquí a un año.

Los aumentos esperados van desde un 12 hasta más del 25%, y apenas un 3% de los consultados considera que sus costos serán iguales. Además, hay una gran coincidencia entre lo que vivieron en 2007 y lo que esperan para el año que recién comienza.

Asimismo, en cada uno de los sectores más activos de la economía hay diferentes variables que marcan un piso y un techo previsto por los empresarios.

Para Jorge Vasconcelos, analista del IERAL, del análisis de los costos de inversión y los costos laborales surgen, al menos, señales de alerta para la competitividad de las empresas.

Según el economista, tomando una base 100 en 1997/1998, el costo laboral unitario (que está definido por el aumento de los salarios, la evolución de la producción, el empleo y los precios mayoristas) se ubicó en 2007 – año en que los salarios se incrementaron un 24%- en 79,3, un 20,7% por debajo de los niveles anteriores a la devaluación.

En base a esto, si efectivamente en 2008 –tal como estiman los analistas- se alcanzase una suba salarial de 25% y de 14% para los precios mayoristas, el índice de costo laboral unitario pasaría este año a 84,4%, es decir, un 15,6% por debajo del promedio de 1997/1998.

Esto significaría que, en términos de precios mayoristas y salarios, corregido por productividad, “este año habríamos regresado no al 1 a 1, pero sí a niveles muy cercanos: 1,2 a 1”, estima Vasconcelos.

Aumento del costo de inversión
Según datos del IERAL, en 2007 para el conjunto del país (no sólo las grandes áreas urbanas) se requirió una inversión de u$s67.700 por cada nuevo puesto de trabajo, mientras que, por ejemplo, en 2004 -cuando aún existían importantes niveles de capacidad ociosa-, crear un nuevo puesto de trabajo implicaba una inversión de 28.800 dólares.

Este significativo aumento del costo de inversión por empleado refleja el creciente esfuerzo de inmovilización de dinero por cada nuevo puesto.

Para Vasconcelos, de acuerdo a estos datos, todo indica que en 2008 crear un nuevo empleo requerirá una inversión promedio cercana a los 82.000 dólares.

En este mismo sentido, un informe elaborado por Deloitte demuestra que este incremento de los costos salariales, sumado al aumento de los insumos a nivel industrial, está generando una pérdida de rentabilidad en las empresas locales, que se refleja en una importante caída en las ganancias por unidad vendida.

De acuerdo a los datos elaborados en la consultora, la ganancia por unidad entre el tercer trimestre de 2001 y el mismo período de 2007, cayó un 45%, alcanzando su nivel más bajo en cinco años. Por otro lado se encuentra el índice de ganancias por unidades totales vendidas que, si bien está cayendo, lo hace en un nivel menor, del orden del 13%, lo que hace que se mantenga un 83% arriba de los datos de 2001.

Martín Apaz, gerente del departamento de Economía de la Consultora Deloitte, explica que esta importante caída en el margen por unidad vendida sufrido por las empresas se debe a diferentes factores, entre los que se destacan: los aumentos salariales y los aumentos de insumos a nivel industrial.

Según señalaron desde la consultora, lo que sucede en este momento es que los niveles de ganancias por unidad de producto se ven limitados porque el aumento de salarios durante estos últimos años fue mayor al de los precios.

En 2007, el costo laboral fue especialmente alto, ya que se situó por encima de la inflación, que cerró el año con un promedio de entre 16 y 18%, en tanto que los salarios crecieron entre un 22 y un 24 por ciento.

“El crecimiento en término de salarios reales se sitúo en 8 por ciento. Para este año puede que no sea tan fuerte, pero en términos reales podría llegar al 3 o 4%”, señaló Apaz.

Costos por sector
Durante 2007, algunos sectores se vieron más perjudicados en sus costos salariales por las renegociaciones de salarios que otros.

Entre los más afectados se ubicó el sector servicios, debido a que en este rubro la incidencia de los costos laborales se hace más fuerte y las empresas no cuentan con márgenes para aumentar su productividad.

Por el contrario, las empresas productoras de bienes fueron las menos perjudicadas, ya que tienen un amplio margen para afrontar estos incrementos.

“El sector servicios siempre fue mano de obra intensiva y en la estructura de costos el costo laboral es muy alto. En cambio en el sector industrial el costo de la mano de obra se pierde entre otros gastos importantes tanto de insumos como de materia prima”, explicaron en Deloitte.

Recomposición salarial
Según el informe “Salarios, Dólar e Inflación”, elaborado por Fiel, para fines de 2008 varios sectores tendrán salarios en dólares por arriba de lo que pagaban a fines de la convertibilidad, lo que demuestra una gran recuperación después del fuerte impacto que sufrieron con la devaluación del peso.

El estudio analiza la evolución de los pagos a partir de 2002, año en que el salario promedio formal en dólares corrientes cayó casi 70% respecto del año anterior, y muestra cómo se fueron recomponiendo las remuneraciones luego de la crisis.

De acuerdo al informe, los dos factores que colaboraron en esta recomposición fueron la apreciación cambiaria y el aumento de los salarios nominales.

Al dividir la recomposición por secuencias, se pueden distinguir tres etapas:

* En 2003 comenzó la recomposición salarial en dólares, básicamente por la apreciación cambiaria. Ese año el 74% de la recuperación se debió a la caída del tipo de cambio desde sus máximos de mediados del 2002, mientras que sólo 26% fue producto del aumento de los salarios nominales.
* En 2004 las remuneraciones en dólares crecen más por la diferencia de velocidad con que se ajustan los salarios nominales que por los cambios en el valor del dólar (la excepción fue el año 2005, de leve apreciación nominal).
* Entre 2005 y 2007 el crecimiento de los salarios en dólares fue de 20.3% anual, luego del 48% acumulado en los primeros dos años post-crisis. Aún después de estos aumentos, a fines del 2007 la remuneración formal promedio era todavía 21% inferior al nivel de 2001.

El estudio de Fiel indica que, con estos datos, si en 2008 se verifica un aumento nominal de salarios similar o ligeramente inferior al del 2007 y una devaluación del peso algo inferior al 3%, las remuneraciones medias en dólares cerrarán muy cerca de su nivel pre-crisis.

Juan Luis Bour, economista jefe de Fiel, considera además que esta apreciación de los salarios en dólares podría continuar en 2009, y que existen razones para plantear este horizonte en el contexto del mercado laboral:

* La negociación colectiva y el marco político favorecen la hipótesis de que los salarios seguirán superando la inflación doméstica (bien medida), tal como lo hicieron en los últimos años.
* En cuanto al tipo de cambio, cabe esperar que se mantenga la apreciación real, producto del fuerte superávit de cuenta corriente (precios mediante), y la escasa probabilidad de que la política monetaria se torne menos expansiva, al menos por algún tiempo.

“En este escenario, la apreciación cambiaria y salarial son dimensiones duales del mismo proceso inflacionario”, explica.

El informe de Fiel además señala que, de acuerdo a los datos de los últimos 3 años, la recuperación salarial no fue un fenómeno limitado sólo a algunos sectores, sino generalizado.