Inicio Empresas y Negocios Comportamientos ineficaces para resolver problemas en la empresa

Comportamientos ineficaces para resolver problemas en la empresa

Actualmente, las empresas se desempeñan en un ambiente de negocios conflictivo, signado por una compleja realidad institucional, la aparición de nuevos competidores, el endurecimiento de las exigencias de consumidores y la escasez de capital humano calificado.

Empresarios y ejecutivos necesitan toda su creatividad para superar estos desafíos.

Y, sin embargo, muchos utilizan esquemas mentales y practican conductas que derivan en soluciones pobres, repetidas, erráticas y alejadas de los objetivos.

1) Tendencia a la queja

La tendencia a la queja es sumamente frecuente en las organizaciones. En lugar de analizar y solucionar los obstáculos, muchos directivos tranquilizan su conciencia expresando su disconformidad.

Pero cuando la queja se vuelve cotidiana, aumenta la actitud reactiva hacia los problemas y se anula la posibilidad de generar proactivamente ideas innovadoras.

La queja hace que se pierda la visión positiva del problema: proponer soluciones y aprender lo que no sabíamos.

En este marco, nadie se responsabiliza por la parte que le toca en el problema. Las propuestas sólo surgen cuando se abandona el estado de queja.

2) Tendencia a generalizar sin fundamentos claros y precisos

Solemos agrupar o encasillar elementos en forma vaga e imprecisa.

Así, acostumbramos emitir opiniones como “no se está vendiendo nada” y “los consumidores no quieren gastar”.

Estos juicios, además de su efecto multiplicador negativo, inhiben el potencial creativo y llevan a repetir decisiones tomadas en el pasado para resolver otras crisis, que podrían tener características muy diferentes de la actual.

De esta forma, las generalizaciones infundadas impiden aprovechar formidables oportunidades para adaptarse al nuevo marco competitivo repensando estratégicamente la agenda, intercambiando experiencias externas y conociendo las nuevas tendencias del mercado.

Para salir de una generalización imprecisa, es fundamental chequear la información recibida, ubicar el problema en su escenario genuino y evaluar.

Sólo entonces podremos operar con creatividad y eficiencia en la solución de diferentes problemas.

3) Tendencia a manejarse con supuestos

Los supuestos son estructuras mentales que se arman a partir de percepciones limitadas de los hechos y las personas.

Movidos por el apuro, las presiones y la competencia, muchos ejecutivos aceptan informaciones o sugerencias sin corroborar su veracidad, procedencia o alcance.

De esta forma, suelen tomar por verdaderos, juicios probables sobre costos, riesgos, beneficios y tendencias de mercado.

En última instancia, esta actitud deriva en un análisis erróneo de los problemas y la formulación de soluciones estrechas o equivocadas.

Para evitar estos errores de gestión, es fundamental que el ejecutivo pregunte constantemente a sus colaboradores: “¿Desde qué idea se propone este plan? ¿De dónde salió esta propuesta?”

La pregunta abierta es la herramienta clave para detectar y analizar supuestos. Utilizarla con frecuencia evita errores, sobresaltos, mal uso de los recursos y pérdida de oportunidades.

Las reuniones periódicas con el personal también ofrecen un ámbito adecuado para blanquear supuestos ineficaces, analizar los errores y recuperar la creatividad perdida.