Inicio Empresas y Negocios Con la camiseta de Lula, casi 400 empresarios argentinos ya se instalaron...

Con la camiseta de Lula, casi 400 empresarios argentinos ya se instalaron en Brasil

A la hora de analizar las causas por las cuales Brasil es un gigante regional, se suele apelar a un dicho popular que dice: “no hay empresario más nacionalista que el brasileño”, en referencia a la histórica apuesta de los hombres de negocios del país vecino por el desarrollo de las fuerzas productivas.

Sin embargo, con la economía liderada por Luis Inácio Lula da Silva pugnando por convertirse en una de las potencias mundiales en el corto plazo, el dicho hoy podría reformularse: “no hay empresario más brasileño que un argentino”.

Las razones son muy simples: con un tipo de cambio absolutamente favorable, una economía “verdeamarelha” que aspira a crecer a tasas chinas -apalancada en un consumo interno récord-, y un clima no tan propicio para invertir en la Argentina, los directivos de compañías nacionales están poniendo el pie en acelerador para desembarcar en el país vecino.

En diálogo con iProfesional.com, el analista Jorge Castro, director del Instituto de Planeamiento Estratégico, fue tajante: “Los empresarios esperan lo peor en la Argentina. Hay una profunda crisis de confianza y la expectativa entre los hombres de negocios es que el conflicto político y social tienda a profundizarse en los próximos meses, todo lo contrario a lo que ocurre en Brasil. Por eso, muchos ahora apuestan a desarrollar más ese mercado que el doméstico”.

En efecto: según datos de la consultora internacional Center Group, dirigida por Gustavo Segré, actualmente hay casi 400 empresas 100% argentinas con un pie puesto en Brasil.

Lo destacable es que –gracias fundamentalmente al real por las nubes y un peso super competitivo- los empresarios locales mantienen toda su estructura productiva de este lado de la frontera. Sin embargo, mediante la apertura de representaciones comerciales, buscan poder explorar de manera más agresiva ese mercado y obtener una tajada del fenómeno económico y comercial que comenzó a vivir ese país.

Gustavo Segré dialogó con iProfesional.com desde sus oficinas en San Pablo y confirmó que la avanzada argentina “es un verdadero boom, algo sin precedentes”.

“La cantidad de consultas que hay por parte de empresarios que buscan desembarcar en Brasil se multiplicó exponencialmente”, recalcó el consultor internacional, quien agregó que, en los últimos meses trabajaron para que se instalen más de 15 nuevas compañías.

“Desde 1993, constituimos unas 130 sociedades de empresas argentinas en San Pablo y otras ciudades. Es decir que, en apenas unos meses, hicimos más del 10% de lo que logramos en 16 años”, disparó Segré.

En diálogo con este medio, Pablo Rojo, director de Río Bravo Inversiones y ex presidente del Banco Hipotecario, avaló el número de empresas instaladas allí y destacó que, en el corto plazo, va a profundizarse la cantidad de hombres de negocios que se pongan la camiseta brasileña: “Cada vez va a haber más casos de compañías que busquen radicarse en ese país para aprovechar todo su potencial”.

“Para la Argentina, tener un socio comercial con estas características es una extraordinaria oportunidad, por eso no hay que sorprenderse si un número cada vez más importante de compañías nacionales abre oficinas comerciales allí”, recalcó.

La alegría de ser potencia mundial, “não tem fim”
Este creciente interés por aprovechar el boom de los vecinos está basado en varios factores. Pero para los analistas, en líneas generales, hay uno que sobresale: el gobierno de Lula hizo bien los deberes.

“El tamaño de Brasil hoy es cinco veces el de la Argentina. Y después de esta crisis financiera compleja, está emergiendo como uno de los países con mejores perspectivas de crecimiento hacia delante y con todos los requisitos como para asegurar grados sostenibles de crecimiento”, explicó Rojo, al tiempo que agregó que, gracias a esto, “se está convirtiendo en la plataforma a través de la cual el capital extranjero invierte en el resto de los países de América latina”.

Este optimismo se palpa entre sus funcionarios: en momentos donde el mundo evalúa los daños que dejó el tsunami financiero, el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, acaba de adelantar que prevén cerrar 2009 con un crecimiento de la economía del 1,2% y alcanzar una tasa de variación del 5% para 2010.

“Entramos en la crisis en una posición sólida y hemos salido incluso más fuertes”, aseguró el ministro.

En este contexto, Lula busca dejar en carrera a su país -que actualmente es la novena mayor economía por volumen de PBI- para que se convierta en la quinta potencia mundial en pocos años.

Para Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Internacional y miembro del consejo académico de la Fundación Standard Bank, “que Brasil crezca a este nivel, tiene una única traducción para el empresariado argentino: es una bendición”.

El real “por las nubes” alienta negocios
Por otra parte, Rojo destacó que Brasil es investment grade, recibe un ingreso de capitales descomunal y va camino a ser una gran nación petrolera. En síntesis, “la tendencia es hacia la revaluación de su moneda y esto implica que la Argentina va a tener ventajas significativas”.

Así, los reclamos de los industriales locales, que hasta hace poco pugnaban por un “tipo de cambio más competitivo”, están hoy en el freezer y todas las variables apuntan a que el escenario se mantendrá así por largo tiempo.

De hecho, el economista destacó que, en los próximos dos años la relación entre las monedas va a ser de $3 por cada real, “o sea que esto le va a permitir a nuestro país convertirse en el distrito industrial suburbano de Brasil”.

En este contexto, Segré aseguró que “estamos recibiendo, desde agosto, un promedio de 30 consultas por mes de directivos que quieren hacer negocios o abrir oficinas aquí, y todo esto se gestó fundamentalmente a partir de la ecuación del tipo de cambio, que es inmejorable”.

El experto agregó que a fines del año pasado, la relación era de 2,35 reales por dólar y las mejores proyecciones, las más optimistas, daban un promedio de 2 reales por billete verde promedio para 2009. “Pocos preveían que iba a pasar lo que finalmente sucede hoy”, destacó.

Mauricio Claverí, economista de Abeceb.com, coincidió: “Ningún industrial argentino se puede quejar hoy. En un mundo donde hay una depreciación constante del dólar, por más que la divisa se haya planchado en nuestro país, la competitividad se mantiene. Por eso actualmente estamos teniendo una paridad cambiaria como pocas veces en la historia”.

La economía también juega a favor
Raúl Ochoa manifestó que “el tipo de cambio es una parte importante”, pero que también hay que considerar la enorme tracción del consumo”.

En efecto, el mercado interno de Brasil hoy funciona como una “aspiradora” de la producción nacional y del exterior. Así es como hoy la Argentina le vende al país vecino 9 de cada 10 autos que envía al mundo.

El experto destacó que “el consumo brasileño no bajó nunca, incluso se espera que este año esté 2,8 puntos por encima de los niveles del año pasado, que ya había sido récord. Tener este comportamiento en pleno escenario recesivo mundial es una muestra clara de cómo lograron salir fortalecidos y explica por qué hay tanta avidez por parte de los empresarios argentinos por desembarcar en Brasil”.

Entre las decisiones acertadas que permitieron que el gobierno de Lula deje lo peor de la crisis atrás, se destaca:

1. Se apostó a líneas de crédito vía BNDES para sostener el nivel de actividad. Así, mientras en la Argentina se incentivaba la venta de calefones, heladeras y hasta bicicletas, “allí lanzaron créditos por 100.000 millones de reales”, destacó Ochoa. La mayor parte de este monto se dirigió a fortalecer la producción destinada al mercado interno y compensar el desplome de las exportaciones.

2. El año pasado se incrementó el salario mínimo en casi un 10%. Esto impactó de lleno en el consumo de alimentos y productos diversos como indumentaria, artículos para el hogar, perfumería y limpieza.

3. Esto se consolidó con una baja del Impuesto a los Productos Industriales (IPI), que permitió lograr que, en lo que va del año, se vendieran 2,5 millones de autos, 6% más que en el mismo período del año pasado y 7 veces más que en la Argentina. La baja de impuestos también alcanzó a electrodomésticos y electrónica.

4. A esto se suma una de las jugadas más osadas de Lula: el faraónico plan que lanzó este año para construir y comercializar 1 millón de viviendas hacia fines de 2010, con tasas subsidiadas y plazos largos, de modo de cubrir, sobre todo, la demanda de segmentos medios y medios bajos.

“Todo esto es una muestra clara de que Brasil es, hoy por hoy, una de las mejores oportunidades para crecer que tienen los argentinos”, sostuvo Ochoa.

En tanto, Rojo destacó que “si uno tiene un socio que es cinco veces más grande que nosotros y a ese socio le va bien, entonces nosotros deberíamos aprovecharlo porque nos podría ir muy bien”.

Claves, para sumarse al boom
A la hora de analizar en qué áreas están desembarcando los argentinos para hacer negocios, Segré detalló que, de las últimas siete compañías que están trabajando para abrir su primera oficina comercial allí antes de fin de año, dos corresponden al sector autopartista, dos a la construcción, una al sector gráfico e impresión, otra al sector papel y la última está vinculada a bienes de capital.

Sin embargo, entre las más de 100 consultas acumuladas en los últimos cuatro meses, destacó que “abundan las empresas de la rama alimentos. Aquí se están abriendo grandes oportunidades para todo lo que es productos gourmet, como el aceite de oliva, un nicho donde la Argentina tiene grandes posibilidades dado que es un mercado aún poco explorado. Pero también hay lugar para productos más básicos, que van desde fideos hasta galletitas”.

Sin embargo, aseguró que “el terreno de oportunidades es muy amplio” y puso como ejemplo a los insumos industriales.

“Los propios fabricantes están volviendo a importar una enorme cantidad de productos. Y la razón es simple: cuando al brasileño le baja el dólar, el salario y costos como la energía se le mantienen altos en reales. Entonces, la única manera que tiene de cubrir esta apreciación de su moneda es importar algunos productos, porque los va a pagar con un dólar ventajoso. Por eso algunas empresas argentinas del rubro metalúrgico y plástico están analizando seriamente instalarse en territorio brasileño”, explicó.

Paso a paso
Ahora, ¿cómo poner un pie en la “locomotora” que maneja Lula?

Desde Center Group destacaron que “en los últimos dos años cambió todo. Antes era un verdadero problema constituir una sociedad en Brasil pero ahora el proceso legal y administrativo se ha simplificado sustancialmente”.

A modo de ejemplo, explicaron que “antes había que invertir un mínimo de 50.000 dólares, se dependía de un socio brasileño y adquirir la residencia podía ser un dolor de cabeza. Por suerte hoy hacer negocios ya no es difícil y esto es clave para capitalizar el crecimiento de este mercado”.

El trámite, desde que la empresa decide instalarse, hasta que está efectivamente constituida, actualmente no dura más de 120 días. Para ello, los empresarios argentinos deberán:

* Hacer un poder a una contraparte brasileña. La ventaja es que puede ser un argentino, previa obtención de una residencia provisoria, que se tramita en apenas dos días y permite operar una compañía. Se requiere partida de nacimiento, pasaporte y no tener antecedentes penales. Si en dos años no surgen problemas, se renueva provisoriamente por el mismo período hasta que se otorga la residencia permanente.

* Luego, hay que presentarse ante la Junta Comercial de Brasil, el equivalente a la Inspección General de Justicia (IGJ) argentina.

* Una vez que se obtiene el CNPJ, -lo que sería el CUIT-, se debe gestionar la inscripción estadual, que es el alta para el pago del ICMS -Impuesto a la Circulación de Mercaderías y Servicios-, que fija cada Estado en Brasil.

* Acto seguido, hay que conseguir el registro municipal, otro permiso para poder operar.

* Finalmente, una vez logrados todos estos puntos, y previa apertura de una cuenta corriente en una entidad bancaria, la empresa debe tramitar el RADAR –siglas de Rastreamiento de Actuación de los Intervinientes Aduaneros-, el sistema que le permite importar sus productos.

Costos y beneficios
En este contexto, Segré detalló que todos estos trámites para poder operar tienen un costo total de 3.140 dólares.

Pero, ¿cuánto deberá invertir una firma, en promedio, para tener una oficina en ese mercado? Según el experto, los valores varían dependiendo del tamaño de mercado que se intenta cubrir. Sin embargo, destacó que una empresa mediana argentina, que necesite implementar una estructura comercial, una administrativa y costear el alquiler de oficinas, por ejemplo, en San Pablo, “requiere de unos u$s10.000 dólares fijos mensuales”.

A esto habrá que agregarle los costos variables, como el almacenaje, que es un servicio tercerizado y su valor depende del flujo de importaciones que realice.

Con respecto a los beneficios, para Segré, las ventajas son claras: por un lado, el cliente pasa a ser del empresario argentino, con lo cual, tiene un control absoluto sobre su canal de distribución.

Sin embargo, lo más importante para el especialista es que “se logra bajar el costo de venta, porque si bien se tiene un costo financiero y operacional para mantener en funcionamiento una estructura en ese mercado, el argentino ya gana con la exportación, es decir que puede resignar parte de lo que ganaría su importador brasileño si él no estuviese con un pie en ese país”.

“Entrar con un precio más bajo es igual a ser más competitivo y esto es vender más”, explicó Segré, quien agregó que “en la mayoría de los casos, los que tomaron esta decisión lograron incrementar su nivel de exportación en un 30%, como mínimo”.

Nubarrones en el horizonte
A pesar de las excelentes perspectivas, los analistas encendieron una luz de alerta por el creciente conflicto comercial bilateral a raíz de las medidas proteccionistas, que tendrá una etapa decisiva la semana próxima, en el marco de la cumbre entre Cristina Kirchner y Lula.

Para Rojo, “en cinco años, va a ser mucho más importante lo que pase en Brasil que lo que pase en EE.UU. y así es como para nosotros va a pesar más el Bovespa que el Wall Street. No hay marcha atrás”.

Sin embargo, criticó la “miopía” del Gobierno argentino al elevar la tensión innecesariamente cerrándole las puertas a los productos brasileños.

En la misma línea, Mantilla aseguró que será clave para las empresas argentinas “hacer lo posible para sumarse al boom brasileño”, pero criticó la poca “creatividad puesta en las relaciones bilaterales desde el lado argentino”.

Frente a esto, Segré consideró “obligatorio para la Argentina ponerse de acuerdo con el gobierno brasileño, porque se les acabó la paciencia y esto podría significar perder mercado en nichos específicos pero con un potencial enorme”.