Inicio Empresas y Negocios Con la llegada de inversiones al país, se consolida la avanzada mexicana

Con la llegada de inversiones al país, se consolida la avanzada mexicana

Después de varios intentos fallidos, 2008 promete finalmente ser el año de Starbucks en la Argentina. Pero a pesar de lo que podría pensarse tras de la llegada del café más famoso del mundo a Buenos Aires, no se encuentra un grupo norteamericano sino la empresa mexicana Alsea, que tomó la licencia de esta marca y de Burger King para la región.

El desembarco con sabor mexicano de Starbucks es sólo un ejemplo de la avanzada de inversiones de ese país sobre la economía argentina, que incluye tanto la importación de licencias o marcas internacionales como la compra de empresas locales o el desarrollo de negocios desde cero. Según estimaciones privadas entre proyectos concretados y anunciados, en lo que va del año las inversiones mexicanas en la Argentina ya suman más de 300 millones de dólares y abarcan rubros tan diversos como la petroquímica, los electrodomésticos, las autopartes, los medios de comunicación, los bancos y la hotelería.

A la hora de explicar esta ola de inversiones aztecas, los analistas y empresarios de ambos países coinciden en destacar dos hechos clave: la decisión de Carlos Slim –el mexicano que acaba de desplazar a Bill Gates como el hombre más rico del mundo– de invertir en la Argentina, aun en un momento en que la economía local generaba grandes incertidumbres, y la apuesta del gobierno argentino a estrechar los lazos económicos con el país del norte, que quedó expresada en los dos viajes que hizo este año la senadora y candidata oficialista Cristina Fernández de Kirchner a la capital mexicana.

En el caso de Slim, su llegada a la Argentina fue considerada una especie de caso testigo por el resto de los hombres de negocios mexicanos, que más allá de una lógica competitiva le reconocen al dueño del grupo Carso un liderazgo incuestionable dentro del empresariado de su país.

Slim, que cuenta con una fortuna valuada en US$ 67.800 millones, es visto como el pionero y, en gran medida, el ejemplo por imitar, que se atrevió a invertir fuerte en la Argentina cuando el país apenas estaba saliendo de la crisis de 2001.

En los últimos cuatro años, el magnate lleva desembolsados US$ 3000 millones en el país, incluidas las compras de CTI, Techtel, AT&T Latin America, Metrored y Ertach (que todavía está pendiente de la aprobación por parte de la Justicia).

En un primer momento, todos sus esfuerzos estuvieron canalizados en el rubro telecomunicaciones, incluso un frustrado intento por quedarse con Telecom, aunque fuentes cercanas al empresario sostienen que ahora la intención de Slim es diversificar sus inversiones locales mediante el ingreso al país de su controlada Ideal, que se especializa en proyectos de infraestructura.

“En el renovado interés de las empresas mexicanas hay un efecto demostración que es indudable, a partir del momento de que cada vez más empresarios ven que a sus colegas que ya están invirtiendo en la Argentina les está yendo bien, lo que genera más interés por venir al país”, señaló Beatriz Nofal, presidenta de la Agencia Nacional de Inversiones, que en el último viaje de los Kirchner a Ciudad de México mantuvo encuentros con los principales grupos económicos mexicanos interesados en invertir en la Argentina.

Por una cuestión de cercanía, las empresas mexicanas históricamente canalizaron sus inversiones en el exterior en los países de América Central, aunque ahora sostienen que esos mercados les están quedando chicos y que, por esta razón, pusieron la mira más hacia el Sur. Otra de las características que se valoran de los empresarios mexicanos es el rápido proceso de toma de decisiones que exhiben.

Un ejemplo de la capacidad para actuar en forma expeditiva es el de la cadena de locales Elektra, que sin hacer grandes anuncios ya opera localmente. Su negocio combina la venta de electrodomésticos con el otorgamiento de la financiación para la compra en cuotas, para lo cual el grupo cuenta con su propia financiera: el Banco Azteca.

El plan de la empresa controlada por el poderoso grupo Salinas (dueño, entre otras empresas, del canal TV Azteca) incluye más de 60 aperturas entre negocios de electrodomésticos y sucursales bancarias, con una inversión de US$ 60 millones. Las primeras inauguraciones ya se concretaron en localidades del primer y segundo cordón del conurbano bonaerense, como Laferrère, San Justo, Merlo y Lanús, lo que deja en claro que, al menos en una primera etapa, Elektra apunta al público no bancarizado.

“Las dos sociedades muestran niveles de bancarización muy bajos, lo que permite pensar que en la Argentina se puede replicar el modelo de expansión del Banco Azteca en materia de créditos para el segmento de bajos ingresos”, explicó desde Ciudad de México el analista de la consultora Actinver, Mauricio Brocado.

Con la apertura de sus primeros locales, Elektra busca anticiparse aunque sea unos meses a su competidor Copel, que también está por llegar al país, aunque en este caso mediante la compra de una cadena local. La operación que ya se encuentra muy avanzada incluye la adquisición de la marca y el fondo de comercio de la empresa Rodó, a cambio de una cifra que rondaría los US$ 17 millones. Coppel es uno de los tres grandes jugadores en la venta de electrodomésticos en México, con casi 600 sucursales distribuidas en su país y Canadá, y ventas por US$ 2600 millones.

En el rubro de los electrodomésticos, además, el grupo Mabe planea invertir US$ 20 millones para levantar una fábrica nueva de cocinas y ampliar su planta de heladeras en la Argentina. “La idea es abastecer tanto al mercado interno como comenzar a exportar desde la Argentina a países de la región como Bolivia, Paraguay, Uruguay y Brasil”, explicó Angel Burgos, gerente de general de Mabe Argentina, que opera con las marcas Patrick y General Electric.

Mabe llegó hace diez años como parte de una primera ola de inversiones mexicanas en la Argentina que también incluyó a la panificadora Bimbo y la constructora ICA. “Hoy somos el mayor fabricante de electrodomésticos de América y número uno en el mundo en la producción de cocinas, así que no podíamos no estar presentes industrialmente en la Argentina”, explica Burgos.

En la lista de ingresos mexicanos también hay que incluir al grupo industrial Alfa, que con apenas unos meses de diferencia concretó la compra de dos empresas locales. La primera fue la autopartista cordobesa TK Aluminum, mientras que el último lunes anunció un acuerdo para quedarse con la planta petroquímica que tiene Eastman en Zárate y en la que elabora envases de PET.

Como parece una regla entre las empresas mexicanas, Alfa puso un pie en el mercado local con un perfil bajo, a pesar de que es uno de los principales holdings industriales de su país, con una facturación anual superior a los US$ 7000 millones -es decir, prácticamente lo mismo que Techint, que es el grupo más poderoso de la Argentina- y una presencia diversificada en telecomunicaciones, alimentos, petroquímica y autopartes.

La cadena hotelera Mayan ya inició las obras para levantar un hotel de lujo en el dique 1 de Puerto Madero, con una inversión de US$ 50 millones. El hotel que funcionará con la marca Mayan Resorts contaría con 150 habitaciones y abrirá en 2011.

En la lista de empresas mexicanas con proyectos de inversión o crecimiento en la Argentina también hay que incluir a la embotelladora Femsa, que pujó sin éxito para comprar las marcas de cervezas (Imperial) de las que se desprendió Quilmes, y a Bimbo, que tiene cerrado un acuerdo para quedarse con Fargo, aunque la operación está trabada por la Justicia, debido a la convocatoria de acreedores que enfrenta la panificadora argentina.

La avanzada mexicana también se hizo sentir en el negocio de los medios, En este caso, la operación más resonante se cerró hace unas semanas con la compra de Editorial Atlántida (dueña de las revistas Gente y Billiken ) por parte del poderoso multimedios mexicano Televisa, a cambio de US$ 60 millones.

Los mexicanos estaban financieramente muy líquidos por la reciente venta de su participación en la cadena norteamericana Univisión -por la que embolsaron más de US$ 1000 millones- y desde hace varios meses estaban sondeando el mercado argentino.

La adquisición de la editorial de la familia Vigial se sumó a la que había concretado a principios de año otro empresario mexicano, Angel González, que tomó el control de Canal 9, a cambio de US$ 70 millones, y que según fuentes del mercado ahora es uno de los candidatos a quedarse con las radios que puso en venta el grupo CIE (ver recuadro).

Las compras de medios de comunicación argentinos igualmente no constituyen operaciones fáciles de cerrar, ya que la ley de protección a las industrias culturales, sancionada en julio de 2002, impone un techo del 30% en la participación de capital extranjero en este tipo de empresas. Para estos casos, en las empresas mexicanas confían en que la llegada de Cristina Kirchner al poder termine de allanar el camino y eventualmente les permita sortear los obstáculos en materia regulatoria que enfrentan para crecer localmente.

La apuesta de los Kirchner por México es indudable y quedó claramente expresada en el último viaje que hizo Cristina al país del Norte, del cual se trajo firmado un acuerdo de asociación estratégica y promesas de inversiones por más de US$ 1000 millones para los próximos tres años, que los empresarios mexicanos se están encargando de cumplir.

Empresas mariachis

Angel González

US$ 70 millones
Compró parte del Canal Nueve Mabe

US$ 20 millones
Tiene una planta de cocinas Elektra

US$ 60 millones
Venta de electrodomésticos CTI

US$ 250 millones
Opera una firma de telefonía celular Mayan

US$ 50 millones
Participa en un proyecto hotelero Televisa

US$ 60 millones
Adquirió la Editorial Atlántida