Todos los 4 de febrero se conmemora el día de la lucha contra el cáncer, cuyo objetivo es promocionar diferentes formas de disminuir la carga mundial de esta enfermedad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo, las estadísticas de 2008 indican que causó 7,6 millones de defunciones.
Si bien el organismo prevé que estas muertes sigan aumentando en todo el mundo y alcancen la cifra de 13,1 millones en 2030, al mismo tiempo sostiene que al menos un tercio de todos los casos de cáncer pueden prevenirse.
En Argentina, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) estimó que en 2008 se produjeron 104.859 casos nuevos de tumores malignos, y en relación al resto del mundo, se encuentra en un nivel medio-alto de incidencia de esta enfermedad.
La importancia recae entonces en preocuparnos por tomar las precauciones necesarias para poder prevenirlo. Entre ellas se encuentran:
• intensificar la evitación de los factores de riesgo: índice de masa corporal elevado, ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de tabaco y consumo de alcohol.
• controlar los riesgos ocupacionales;
• reducir la exposición a la radiación solar.
El trabajo en la concientización de los factores de riesgo, y de aquellas acciones que permiten el aumento de la calidad de vida de las personas son la variable diferencial para luchar contra este flagelo. En los últimos años se ha avanzado muchísimo en la eficacia de los tratamientos para combatir el cáncer, presentando nuevos desafíos para la medicina como el de la calidad de vida de quien lo ha superado.
Es sabido que estos procedimientos pueden afectar el funcionamiento del ovario o del testículo, es por ello que, en este contexto, la preservación de la fertilidad es un tema central. Cuando se realiza una consulta por fertilidad en un caso oncológico es indispensable analizar cuál es el problema, cuál es el estado general del paciente y cuál el estadio de la enfermedad para evaluar la mejor opción en cada caso. No toda persona que consulta por un tema de oncología puede preservar su fertilidad, sin embargo, es importante que se asesore en el lugar adecuado para considerar todas las posibilidades. Lo fundamental es siempre trabajar en equipo con el oncólogo para evaluar los efectos y las dosis de las drogas sobre el sistema reproductivo y así decidir cuál es la mejor opción.
Otro punto relevante es que no siempre se agota el tiempo para preservar una vez comenzado el tratamiento. Muchas veces es posible recuperar óvulos o espermatozoides para criopreservar una vez iniciado el tratamiento correspondiente.
Las opciones para la preservación de la fertilidad existentes:
* La criopreservación de embriones en caso de una pareja estable.
* La técnica de criopreservación de óvulos es una alternativa válida para aquellos casos en los que la mujer va a ser sometida a tratamientos que van a afectar el funcionamiento del ovario, que no tiene pareja y se puede recurrir a la estimulación de los ovarios para obtener los óvulos y criopreservarlos.
* La preservación de tejido ovárico es una alternativa para aquellos casos de pacientes que van a perder su función ovárica y que no reúnen las condiciones para criopreservar embriones/óvulos.
* En el hombre, el congelamiento de semen y de tejido testicular son opciones viables. Este procedimiento de preservación en frío está puntualmente dirigido a pacientes que van a ser sometidos a tratamientos que puedan comprometer su futura fertilidad
Lo fundamental es saber que debemos concientizarnos para prevenir el Cáncer, y sino que nuestra calidad de vida puede ser muy alta. Sólo hay que asesorarse.
