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Condicionan la llegada de inversión automotriz

Si la industria automotriz logra superar con éxito los desafíos que le plantea su desarrollo, su bonanza se acentuará en los próximos cuatro años. Con una proyección de inversiones de US$ 3500 millones desde el año pasado hasta 2013, la producción de automóviles alcanzaría la meta de 1,2 millones de unidades. Así lo indicó ayer el economista Dante Sica, en un seminario sobre la inversión sustentable en el sector, organizado por la Asociación de Fabricas Argentinas de Componentes (AFAC), en el que también participaron empresarios y representantes del Gobierno y de entidades bancarias.

“Desde 2007 comenzó una etapa en la que, por primera vez, la producción supera la demanda”, dijo Sica. Y explicó que en el período que abarca su proyección “la Argentina se posicionará como una plataforma de exportación con vehículos en su mayor parte medianos”. Mientras, Brasil producirá vehículos pequeños que vendrán el mercado argentino.

No obstante, Sica alertó: “Este proceso debe ir acompañado por la atención a las falencias que hoy son desafíos”. En el informe elaborado por el economista de la consultora abeceb.com para la Asociación de Fábricas de Automotores de la Argentina (Adefa) se destaca que el país “debe vigilar su competitividad y el proceso inversor”, con apuestas “basadas en políticas de largo plazo y un aumento de articulación en la cadena productiva”.

El presidente de Ford Argentina, Enrique Alemañy, coincidió en la importancia de mantener la competitividad, porque “ya no están dadas las condiciones de 2005, debido a la revaluación del peso”. Alemañy propuso “profundizar acuerdos comerciales” para atraer inversiones al sector autopartista.

En busca del largo plazo
El vicepresidente de la Asociación Argentina de Componentes (AFAC), Fabio Rozenblum, señaló la “volatilidad en la visión autopartista que queda impresa en los inversores”. El presidente de la fabricante de aluminio Aluar, Javier Madanes Quintanilla, garantizó la disponibilidad de insumos: “El sector está preparado para afrontar los desafíos”. Según informó, las inversiones de “2000 millones de dólares” realizadas en la última década lo hacen posible.

Todos los disertantes hablaron del papel del Estado: la semana pasada, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner giró al Congreso un proyecto para dar reintegros a las empresas que compren autopartes y motores nacionales. Desde la Secretaría de Industria se “trata de avanzar en un acuerdo con Brasil para brindar estabilidad a inversores”, según expuso el jefe de esa dependencia, Fernando Fraguío.

Los presidentes de los bancos Nación, Mercedes Marcó del Pont, y Santander Río, Enrique Cristofani, presentes en el seminario, ofrecieron líneas de financiamiento a los distintos actores de la cadena de producción automotriz. “Hay 5000 millones disponibles para pymes con tasas fijas del 12 por ciento a cinco años”, dijo Marcó del Pont. La presidenta de la Agencia Nacional de Desarrollo de Inversiones, Beatriz Nofal, habló de una “oportunidad de negocios e inversión para proveedores de autopartes”.

El informe de abeceb.com reveló que, a pesar del superávit comercial de automóviles con Brasil en 2007, aún hay un gran “déficit” y una fuerte “dependencia” en autopartes. Sica definió como “inmejorable” la situación del sector, aunque advirtió: “La economía del sector público sumida en el corto plazo entorpece la inversión”.

“Es difícil explicar en las matrices que hay que invertir en energía cuando lo que tienen que hacer son autos”, dijo. Y agregó: “El aumento de demanda energética subirá de los 70 megavatios actuales a 110 en 2013”.

La caída cíclica de la Argentina cada cinco años, la volatilidad del producto bruto interno (PBI), la disponibilidad y el costo de la energía, la escasez de operarios calificados y la falta de infraestructura, son, según el estudio, algunas fuentes de incertidumbre para los inversores. Sica también destacó “la pérdida de los beneficios del efecto devaluatorio”, medible en comparaciones: “El costo de un trabajador es igual en Buenos Aires que en San Pablo”.

“[El conjunto] da idea del proceso de inversión necesario para acompañar el crecimiento. Sin políticas regulatorias y estructura de financiamiento, las perspectivas quizás no se puedan concretar”, concluyó.