L. J. Ramos, empresa que se dedica al rubro inmobiliario, realizó un informe del mercado en donde se destaca que “la demanda para comprar y alquilar espacios para depósitos y fracciones ha crecido durante el primer cuatrimestre de 2007 con relación a los últimos meses de 2006”.
De acuerdo con la empresa, las compañías, tanto de producción industrial como centros logísticos, y conforme a su categoría (PyME o grande), están en la búsqueda de espacios que cumplan con requisitos óptimos acordes a la dinámica de la economía argentina actual: espacios con buenos accesos, medios de transportes, seguridad, provisión de energía eléctrica y gas, variables intervinientes ineludibles a la hora de elegir un nuevo predio o relocalizar una compañía.
“Un relevamiento de L.J. Ramos, llevado a cabo en los principales parques industriales y zonas de incidencia, permite establecer índices de alta aglomeración industrial en rubros tales como metalurgia, industria plástica, química y alimenticia. Las ventajas de estar en un parque industrial y zonas netamente fabriles son vastas: desde fomentar economías intrasectoriales, hasta constituir, los rubros industriales asentados, fuerzas dominantes que tienden a estructurar el espacio interno en forma de polo industrial”, señala el informe.
Un análisis microeconómico de la localización óptima, permite determinar los polos de crecimiento para las aglomeraciones. La existencia de una economía en escala creciente, como se presenta en nuestro país,permite comprender la verdadera dimensión: a mayor expansión, mayor concentración de la producción cerca de los grandes mercados, como la ciudad de Buenos Aires y el conurbano.
Otros factores reactivos a tener en cuenta, para L. J. Ramos, a la hora de asentarse son: concentración demográfica, alcance local o internacional, naturaleza tecnológica o de servicios, carácter estático o dinámico de las industrias y la factibilidad de la relación inter e intraindustrial. Y, agrega el informe, que es indudable que la aglomeración industrial genera fuerzas que producen efectos sobre los territorios, en especial sobre la urbanización: un grupo de compañías -aunque pertenezcan a diferentes rubros- pueden ser más eficientes si están agrupadas y no aisladas.
