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Cuidar las emociones desde la cosmética

Muchas veces escuchamos decir que ser feliz es la mejor cura para labelleza, ¿es posible que este simple hecho sea la cura para estar siempre bellas?, las vibraciones positivas que las emociones dan a la piel se encuentran en investigación.

La cosmética está cambiando, las terápias de masajes, las técnicas de bienestar, los tratamientos holísticos, a veces cuentan con un poder único. Buscamos la unión perfecta entre lo físico y lo psíquico, entre la belleza que poseemos dentro con la exterior, entre lo que se palma y lo que no se ve, y la aromaterápia o el simple hecho de usaraceites esenciales, la cromoterápia o la influencia de los colores, que resultan capaces de aplacar los ánimos crispados y relajar los espíritus más inquietos.

Los gestos que realizamos al aplicarnos una crema, el aroma o el talco aumentarán nuestra pequeña cuota de placer, este simple hecho nos producirán una dulce sensación de placer y bienestar.

Para cuidarse no hay que descartar los viejos hábitos, pero sí abrir la mente a novedades que reflejan los cambios de rumbo de la sociedad y los avances imparables de la tecnología.

Según las predicciones se consolidará la cosmética emocional, con propuestas que mejoren la imagen, proporcionen satisfacción psicológica e induzcan al optimismo; cremas de noche antiedad que también favorezcan el relax y aumenten la calidad del sueño; perfumes para levantar el ánimo.

La belleza sale de dentro y se proyecta al mundo con una piel radiante que no necesita de demasiados artificios para mostrar su atractivo. La palabra clave es bienestar; el resto es sencillo: piel luminosa, labios brillantes y ojos vivos casi desnudos.

¿Qué más esperar? La alianza de la cosmética verde, con sus ingredientes orgánicos, con activos sintéticos como el colágeno o las ceramidas, y un maquillaje que, además de dar color, cuide la piel con el mimo de un producto de tratamiento.

Se detecta el deseo de las mujeres de apostar por una cosmética más respetuosa con el medio ambiente, tanto en sus ingredientes como en su empaquetado. No es sólo una cuestión de conciencia social, también es una manera inteligente de dar soluciones a personas con piel sensible – más del 60% de las mujeres afirman tenerla– que suelen presentar alergias a ingredientes poco naturales.

A los cosméticos no se les pide sólo que resulten confortables para la piel y resalten el atractivo; también se les reclama cuidados, como hidratación, protección contra el sol y hasta prevenir el envejecimiento.