El interés por las Maratones en Argentina comenzó hace más de 10 años. En un principio, se organizaron recorridos “cross countries” en circuitos no convencionales, a campo abierto y en contacto con la naturaleza. La actividad prendió, se convirtió en tendencia y se fue transformando en urbana, con trayectos diseñados especialmente para la ciudad.
Hoy día ya se corren varias decenas de Maratones y Media Maratones al año – prácticamente todos los fines de semana hay convocatorias – y se han sumado también opciones de carreras más cortas de 3, 5 y 10 km.
Cada vez hay más compañías interesadas en organizar o sponsorear estas competencias, porque participar en una Maratón significa mucho más que “salir a correr”: para los fanáticos ya se trata de un estilo de vida.
La propuesta es adoptar hábitos de entrenamiento que luego se pueden capitalizar. Se trata de “uno contra el tiempo” – algo que resume toda una filosofía de superación personal – y donde el participante se encuentra con miles de personas que tienen un mismo objetivo: cruzar la meta, de una manera que sin duda se mejora la calidad de vida, ya que se está realizando una actividad aeróbica (cardio-vascular).
Además se trata de un evento en el cual se puede socializar fuera de lo que es el ámbito laboral, y en el que la disciplina adquirida para prepararse adecuadamente se desplaza al plano personal, generando orden y responsabilidad extra.
Quizás por eso quienes organizan las carreras ya no son solamente las marcas deportivas.
Las empresas han entendido la importancia de incluir en su planificación de RR.HH estas actividades. Hoy en día gran cantidad de firmas de primera línea del mercado argentino tienen su propia Maratón, algo que resulta útil de muchas maneras: sirve para fidelizar a sus empleados, como acción de marketing (por ejemplo para dar a conocer productos y/o servicios) e incluso como una manera de generar publicidad en la vía pública con costos mucho más reducidos.
Además se enrola dentro de las propuestas de “Life Balance”, la tendencia que asocia a las empresas con la búsqueda del equilibrio entre la vida laboral y personal de sus empleados con el objetivo de mejorar su calidad de vida.
Finalmente, el participar en estas actividades alienta el compañerismo, el estar a la par del otro sin status jerárquicos de por medio, y también la inclusión familiar (ya que los recorridos cortos son ideales para realizar junto a la pareja y los chicos).
¿De qué manera puede involucrarse una empresa?
Muchas compañías organizan maratones para sus empleados, o en forma abierta al público. En algunas carreras participan varias decenas de miles de personas, que vienen especialmente desde el interior – e incluso el exterior – del país.
Pero además de participar como organizador, hay empresas que tienen su “running team”, y facilitan el entrenamiento para que tengan un buen desempeño.
Otra opción es auspiciar servicios en el momento de la carrera, por ejemplo programas de entrenamiento que incluyen desde personal trainers para el equipo de corredores, el montaje e instalación de puestos de hidratación en los circuitos, profesores de educación física para la entrada en calor al inicio y para la elongación en la finalización de la maratón, o masajistas pre o post carrera.
Hay compañías que participan ocupándose del aprovisionamiento de los competidores, en aspectos que puede abarcar desde barritas de cereal, bebidas isotónicas o frutas naturales, hasta una taza de café en la llegada.
En definitiva, un claro ejemplo donde el concepto de “ganar” comprende mucho más que cruzar la línea de llegada.
