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Dassault Systemès diseña por el medio ambiente

El contexto indica que en los próximos años, toda empresa relacionada con el medio ambiente crecerá un 50% más rápido. En este sentido, el ecodiseño se ha convertido en un factor central.

El fabricante debe atender al aspecto ecológico de un producto a lo largo de todo el ciclo de vida, desde la definición del concepto inicial, hasta el uso de la materia prima, el modo en que se produce y será utilizado por los consumidores y una vez desechado, la viabilidad de su reciclaje.

La presión que se ejerce sobre los fabricantes para que sean socialmente responsables en toda la cadena de valor va en aumento, ya que la conciencia entre la gente en cuanto al calentamiento global se ha generalizado, por lo tanto, el discurso supuestamente ecológico de las empresas que no se traduzca en cifras o estadísticas concretas no servirá.

Desafíos en verde
El diseño de productos supone una complejidad adicional en el proceso de desarrollo global, en comparación con los métodos clásicos.

Los fabricantes deben proponer productos más complejos, sin que esto acarree un aumento global de los costes. La simulación 3D ayuda a dimensionar todo impacto producido por un cambio en un producto, así como el efecto que tendrá en el medio ambiente, lo que supone la manipulación de una cantidad de datos que no pueden generarse de la manera tradicional.

Las soluciones PLM de Dassault Systemès respetan al medio ambiente a lo largo de toda la cadena de valor del producto, desde las materias primas y piezas que se adquieren, hasta el modo en que el producto se construye e incluso es utilizado por el consumidor. Asimismo, promueve la colaboración con proveedores y clientes. Los productos ecológicos sólo pueden fabricarse cuado se sabe cómo el proveedor ha fabricado sus propias piezas, cómo se han obtenido las materias primas y cómo el cliente utiliza el producto durante el ciclo de vida.

En cuanto al consumidor, pasará cierto tiempo hasta que esta temática repercuta de manera permanente en los hábitos de consumo. Para ello, las empresas utilizan nuevos argumentos de marketing, para incitar al consumidor a comprar productos ecológicos que generalmente son más costosos, argumentando que pese al elevado precio, la fabricación del producto requiere menos energía y a la larga, su vida útil será más prolongada.