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De la actitud del vendedor y cómo crear experiencias memorables

Una experiencia memorable es la que hace que los clientes salgan de la tienda sintiéndose especiales y únicos. Una clienta de una firma de cosméticos nos comentaba de su visita: “Ha sido la mejor experiencia que he tenido comprando cosméticos. Los halagos y consejos de la vendedora eran sinceros y ha sabido entender mis necesidades. Me he sentido muy a gusto”.

Esta cliente ha tenido una experiencia memorable porque la vendedora, ha conectado con ella con una actitud de cercanía, escuchado con empatía y valorando sus opiniones y gustos. Esta actitud es la clave para una experiencia memorable y una completa satisfacción.

¿Qué necesitamos hacer para conseguir un vínculo emocional que lleve a una experiencia única y especial?

Creemos que uno de los factores más poderosos para estimular el comportamiento de compra es “encontrar en el comprador a un amigo”. Un amigo que nos aconseja con honestidad, merece ser escuchado y merece toda nuestra credibilidad.

Además, un amigo se involucra personalmente y nos cuenta y argumenta con sus vivencias personales lo que le gusta. A los clientes nos encantan que “nos cuenten historias personales”. Un amigo, nos sonríe y transmite energía positiva, ¿cómo no vamos a seguir sus consejos?

Si bien la “actitud de un amigo”, es fundamental para dar un tono de cercanía y confianza mutua a la relación del empleado con el cliente, es necesario profundizar más en los comportamientos concretos que despliegan los grandes vendedores.

Cuando analizamos lo que nos dicen los clientes que han tenido excelentes experiencias, comprobamos que la actitud de los vendedores de diferentes sectores es muy similar. Podríamos definirla de una actitud emocionalmente honesta y abierta a las necesidades del cliente.

El vendedor que impacta positivamente , es aquel que le gusta acercarse al cliente y hablar con el.

Es un vendedor, que nos da la bienvenida con una actitud de “me gusta que vengas”. Es un vendedor que cuida la tienda, que nos abre la puerta y muestra una actitud atenta y solicita cuando entramos. ¡Esta es la Bienvenida Memorable!

El vendedor memorable, actúa como si no le importase que el cliente comprase. Se acerca a nosotros porque le interesamos, pensando “únicamente” en como puede ofrecernos su mejor consejo. La regla de oro es una amable actitud de escucha, sintonizando con nuestro ritmo. ¡Esta es la Acogida Memorable!

El vendedor memorable, solo pregunta una vez que ha creado un vínculo con nosotros. Es curioso y tiene ganas de ayudar, por eso ofrece respuestas inmediatas y hace importantes nuestras opiniones. Explora con nosotros soluciones que encajen en nuestra necesidad, pero está dispuesto a reconocer que lo que el cliente necesita no lo tiene en su tienda. Así, refuerza nuestra conexión. ¡Está es la Indagación Memorable!

El vendedor memorable tiene en cuenta nuestros intereses y nos da ilusión cuando presenta sus soluciones. Porque existe una verdadera vinculación, el vendedor ya puede actuar con decisión mostrando su conocimiento e iniciativa, asociando sus productos con nuestras necesidades. Porque vivimos con emoción nuestra compra (un vestido, un perfume, un ordenador, etc.) el vendedor debe sintonizar con nosotros, valorizando empáticamente el producto y usando un lenguaje emocional. ¡Esta es la Presentación Memorable!

Y ya al final del proceso de venta, el vendedor memorable, tiene que asegurarse que el cliente seguirá satisfecho cuando haya usado el producto. Por esto, este es el momento para crear una conexión más duradera. Las explicaciones adicionales sobre el producto son altamente apreciadas por el cliente. ¡El vendedor memorable es el que transforma la incertidumbre inicial del cliente en profundo agradecimiento! ¡Este es el Cierre Memorable!

Este es mi fórmula para una Memorable Experiencia, ¿cuál es la tuya?