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Decisiones bajo incertidumbre: previsión y percepción

Ya desde Adam Smith, en el siglo XVIII, la toma de decisiones bajo condiciones de incertidumbre ha suscitado gran interés y ha sido objeto de numerosos estudios teóricos y empíricos. Aunque la mayor parte de la información existente procede de estudios experimentales en los que los sujetos han de elegir entre unas opciones pensadas por los conductores del estudio, los pocos estudios de campo suelen centrarse en ámbitos concretos o son cualitativos.

En un original estudio titulado “Framing and Stakes: A Survey Study of Decisions under Uncertainty” (“Previsión y actitud ante el riesgo: un estudio-encuesta sobre las decisiones bajo incertidumbre”), la investigadora de posdoctorado Cristina Rata y el profesor Manel Baucells del IESE analizan 261 decisiones bajo incertidumbre reales con el objetivo de investigar la naturaleza de la actitud ante el riesgo (preferencia o aversión) y comparan sus hallazgos con los de las investigaciones experimentales. Asimismo, relacionan la importancia de las decisiones con diversos factores como la frecuencia, el ámbito o el grupo.

Los teóricos de la decisión han señalado numerosos aspectos que favorecen una actitud de riesgo: previsión, ámbito de decisión, procedimientos de licitación, uso de beneficios hipotéticos frente a los reales, diferencias entre consecuencias económicas y no económicas, estado emocional vivido en el momento de la toma de la decisión, diferencias puramente individuales en la preferencia por el riesgo.

Entre éstos, la previsión está considerada un factor de primer orden. Solemos percibir los resultados como diferencias respecto a un punto de referencia psicológicamente importante en lugar de niveles de riqueza absoluta. El punto de referencia nos induce a prever los resultados en términos de pérdidas o ganancias en vez de niveles de riqueza final. De este modo, los resultados previstos como ganancias inducen a la aversión al riesgo, y los previstos como pérdidas incitan a la preferencia por el mismo.

El ámbito de la decisión (profesional o privada, u otras clasificaciones más concretas, como inversión, carrera, ocio, etc.) también es un elemento importante a la hora de explicar la actitud de riesgo.

Movidos por su afán de realizar un estudio de campo sobre los factores que influyen en las decisiones bajo incertidumbre, Rata y Baucells contactaron con tres grupos de sujetos -estudiantes universitarios, estudiantes de MBA y ejecutivos-, y les pidieron que describieran una de sus últimas decisiones. Las descripciones incluían dimensiones cualitativas (por ejemplo, tipos de consecuencias, ámbito), cuantitativas (cálculos de probabilidad, estimaciones económicas de la magnitud de las consecuencias, frecuencia con la que se toma una decisión) y subjetivas (previsión y statu quo). Por último, los sujetos dieron a conocer su elección final entre dos opciones, una segura y otra arriesgada.

Los autores descubrieron diferencias entre los tres grupos respecto a los tipos de consecuencias y los ámbitos de decisión. Mientras que los estudiantes de MBA y los ejecutivos muestran un mayor interés por las decisiones profesionales que implican resultados económicos, los estudiantes universitarios eligen decisiones en su mayoría privadas, sin resultados económicos. Curiosamente, no se dan diferencias de grupo en actitudes de riesgo, tal y como indica el porcentaje de sujetos que elige la alternativa de riesgo.

El estudio también revela que la previsión, ámbito y probabilidad de éxito son factores que explican la preferencia por el riesgo: ésta aumenta considerablemente cuando la alternativa segura es percibida como una pérdida, cuando el ámbito de la decisión es profesional (y no privado) y al aumentar las probabilidades de éxito. Sin embargo, otros factores como el grupo, la importancia de la decisión y si las consecuencias son económicas o no, no parecen influir en las actitudes de riesgo.

El análisis de la importancia de una decisión revela que la frecuencia con la que se toma una decisión es una variable fundamental. Los resultados indican que los efectos acumulativos de las decisiones frecuentes y sin importancia son mayores que los de las decisiones menos frecuentes pero más importantes.

Al mismo tiempo, se pone de manifiesto que los ejecutivos toman decisiones seis veces más importantes que los estudiantes de MBA, quienes a su vez afrontan decisiones dos veces más importantes que los estudiantes universitarios. Del mismo modo, las decisiones profesionales resultan, de media, ocho veces más importantes que las privadas, mientras que las estrictamente económicas no parecen más importantes de promedio que otros tipos de decisiones.