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Dell, ¿más que una compañía de PC?

Ordenadores portátiles y de sobremesa. Equipamiento para centros de datos (servidores, almacenamiento, redes). Software y sistemas de seguridad. Servicios. Cuatro son las patas que sostienen a Dell en la actualidad, aunque gran parte del público siga identificando a la compañía como gigante por excelencia de la industria de PC y su fundador, Michael Dell, se haya cansado de repetir frases como “hace cinco años que hemos cambiado de rumbo” o “ya no somos una compañía que fabrica ordenadores”. Ahora es una compañía que fabrica, vende y da soporte a ordenadores de sobremesa… y estaciones de trabajo, portátiles y ultrabooks, impresoras, servidores, unidades de almacenamiento y switches, accesorios y periféricos, proyectores, y un largo etcétera de productos electrónicos. Se ha atrevido incluso con los smartphones. Ha lanzado varios modelos de tabletas, y ahora ultima el salto a Windows 8.

La única categoría de hardware que parece no interesarle son los netbooks. Esto es, los miniportátiles con pantalla de apenas 10 pulgadas de tamaño que gozaron de cierto éxito tras su lanzamiento hace unos cuatro años y que actualmente atraviesan su propia crisis existencial. Incapaz de competir con el resto de PCs tradicionales en cuanto a potencia y rendimiento, y con iPad y similares en cuanto a funcionalidades y atractivo, la familia Inspiron Mini ya ha sido abandonada a su suerte. Porque Dell ha decidido no malgastar esfuerzos en netbooks con chip Intel Atom en su interior, ni dinero en adaptarlos a la última generación “Cedar Trail”.

En cambio se está centrando cada vez con mayor ímpetu en la comercialización de programas informáticos, tecnologías de virtualización, así como ideas para alimentación y refrigeración, administración de información y soluciones para bases de datos. Se calcula que durante todo 2011 llegó a invertir 1.000 millones de dólares en materia de cloud computing y abrió más de una decena de centros de soluciones, donde se ofrece asesoramiento con expertos e información detallada sobre sus propuestas. ¿Por ejemplo? Acerca del paquete vStart conformado por servidores PowerEdge, sistemas de almacenamiento EqualLogics y switches PowerConnect, que permite ejecutar hasta 200 máquinas virtuales. O Dell Cloud, su primer gran órdago para dar servicio público, privado o híbrido en la nube, y Dell OpenStack Cloud Solution, una novedosa infraestructura como servicio que permite esquivar las licencias de software propietario.

Eso sin contar con la reciente creación de Software Group, una unidad autónoma que engloba toda la propiedad intelectual de Dell, para asegurar integración e interoperabilidad, y cuyos designios son controlados por el antiguo CEO de CA Technologies, John Swainson. Sí, el mismo hombre que entre 2005 y 2009 consiguió mejorar márgenes operativos, ingresos y satisfacción de clientes en la firma neoyorquina, además de trabajar durante más de 26 años en ambiciosos proyectos como WebSphere dentro de las filas de IBM. Eso sí, al contrario de lo que ocurrió con el Gigante Azul, que acabó vendiendo su división de PC a Lenovo, y de lo que estuvo a punto de hacer Hewlett-Packard hace un verano, barajando el spin-off de la unidad PSG, Dell ha comenzado a transformarse en un proveedor de global de servicios y soluciones TI sin olvidar su esencia.

¿Qué tal le está yendo en su empeño? De momento, las cifras le avalan. Las soluciones y servicios corporativos representaron el 50% de su margen bruto en el primer cuarto del año fiscal 2013. Los ingresos por software se sitúan en 1.500 millones de dólares (el objetivo es alcanzar los 5.000 millones en años venideros) . Y 45.000 de los 110.000 empleados de la organización pertenecen a este grupo. Las distribuciones trimestrales de ordenadores con pegatina del “Yours Is Here”, por su parte, superan los 9 millones de unidades pese a haber caído hasta el puesto número cuatro del ranking mundial y perdido punto y medio en doce meses. Por estos y otros motivos el consejo de administración ha aprobado como colofón su primera política de dividendos para realizar pagos en efectivo sobre las acciones comunes a partir del tercer trimestre del ejercicio en curso.

El apetito voraz de Dell adquiriendo otras compañías

Esto no habría sido posible sin la apuesta por (múltiples y millonarias) inversiones durante los últimos tiempos. La más sonada es la del especialista en soluciones empresariales Quest Software, que cuenta con 1.500 expertos en ventas, 1.300 desarrolladores y una cadena de 100.000 clientes en todo el mundo, y que ha sido valorado en la friolera de 2.400 millones de dólares. Tras varias semanas de dimes y diretes, Dell conseguía cerrar el pacto el 2 de julio, reforzando su cartera de seguridad, protección de datos y gestión de sistemas. Ya antes, entre el 2 y el 5 de abril, firmó acuerdos con tres compañías de forma consecutiva: Wyse Technology, rival de Citrix y VMware en el desarrollo de combos de hardware y software que permiten a los usuarios corporativos acceder a escritorios virtuales alojados en un servidor remoto; Clerity Solutions, una organización que, al igual que figuras como Micro Focus, se centra en migrar y modernizar aplicaciones; y Make Technologies, ídem de ídem. También en 2012 ha comprado el proveedor de software de backup y replicación de datos AppAssure y el de gestión unificada contra amenazas SonicWALL.

Es obvio que los chicos de Round Rock van a por todas, lo que no significa que lo vayan a tener fácil. Grandes fabricantes de equipamiento como los anteriormente citados IBM y HP o Cisco Systems están creando sus propias infraestructuras convergentes, junto con sólidos centros de datos y extensos servicios en la nube. Por no hablar de los tres gigantes del cloud computing: Amazon, Microsoft y Rackspace. Las cartas están echadas sobre la mesa, ¿quién ganará la partida?