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Derrumbe de las importaciones refleja un desplome superior al 10% de la economía argentina

La brutal caída en importaciones, reflejo de un desplome superior al 10% de la economía argentina”La economía argentina, que hace un año se encontraba supuestamente “desacoplada” del tsunami, recibió uno de los golpes más fuertes desde la salida de la convertibilidad, producto del cóctel que combina el adverso contexto internacional con un panorama interno sumamente complejo.

En efecto, si bien antes de noviembre del año pasado se encendieron las primeras luces de alerta por la mala performance que comenzaban a exhibir variables como el consumo y la actividad industrial, fue en las últimas semanas que el efecto del entorno “tóxico” se manifestó en toda su magnitud.

Tal como lo sintetizó Pablo Rojo, director de Río Bravo Inversiones, en diálogo con iProfesional.com: “El desplome de todas las variables del comercio exterior es para alarmarse, pero no para sorprenderse”.

Con una caída del 36% de las exportaciones en enero, la mayor en dos décadas, y un también histórico desplome de las importaciones, del orden del 38% -tal como informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC)-, quedó de manifiesto que la época de vacas gordas que garantizaba la supervivencia de lo que algunos economistas llamaron el círculo de crecimiento virtuoso, es una desteñida postal del pasado.

Al respecto, desde la consultora Finsoport explicaron que “la crisis internacional penetra en la economía Argentina principalmente por el comercio exterior”, situación que se ve agravada por la “debilidad en algunos frentes, como el fiscal”.

En tanto, el analista internacional Jorge Castro, director del Instituto de Planeamiento Estratégico, aseguró a iProfesional.com que “los datos del comercio exterior revelan que la Argentina se encuentra en los dos primeros meses del año en una situación de recesión, es decir, una contracción efectiva del Producto Bruto Interno (PBI)”.

En la misma línea, desde Finsoport agregaron que “la economía argentina ha ingresado plenamente en un sendero de desaceleración profunda”.

Importaciones: por qué la caída es una mala noticia
Al analizar el frente externo, uno de los mejores termómetros para medir la actividad industrial es observar el movimiento de contenedores que se apilan en los puertos argentinos con destino al mercado doméstico: el dato es clave, ya que apenas el 14% de lo que ingresó al país en enero fueron bienes de consumo, mientras que casi un 80% estuvo conformado por bienes de capital, insumos y piezas y partes para maquinaria.

De este modo, si bien los tres meses de caída consecutiva de las importaciones relejan, por un lado, el fin del crecimiento del consumo a tasas chinas, también funcionan como un espejo de la mala situación de la actividad industrial y las flojas perspectivas para la industria.

Al respecto, el economista Tomás Bulat explicó a iProfesional.com que “el dato es muy preocupante. Normalmente la relación entre PBI y la importación es de entre 2,5 y 3. Esto implica que si la economía crece 1%, las importaciones subirán 3%. Por lo tanto, una caída muy fuerte de las importaciones por encima del 35% como vimos en enero, implicaría una caída superior al 10% del PBI, lo cual hablaría de una desaceleración de la actividad económica muy preocupante”.

El especialista si bien aclaró que “un punto no hace tendencia”, alertó que es una señal alarmante porque, de continuar este indicador a lo largo del tiempo, “puede ser que esté adelantándonos el fuerte impacto que puede tener la crisis internacional en la economía argentina”.

En la misma línea, desde Econométrica, Ramiro Castiñeira sostuvo que “las importaciones dependen de lleno del nivel de la actividad. Esta caída tiene un lado positivo y el negativo. Lo bueno es que, al bajar tan fuerte las importaciones, el saldo comercial quedaría en terreno positivo. Lo malo es que esta dramática caída significa que se está desplomando la actividad económica”.

Menos consumo, menos inversiones
En efecto, en Finsoport explicaron que, al profundizarse el deterioro de la confianza de los consumidores y con la sistemática compra de dólares asociada al aumento de la incertidumbre y que se sustentó en el retiro de depósitos del sistema financiero local, esto motivó una desaceleración de los préstamos al sector privado no financiero, principalmente para las empresas.

Esto llevó a que el ingreso de bienes de capital del exterior –componente clave de la inversión- mostrara cuatro meses consecutivos de caídas.

En lo que se refiere al consumo privado, uno de los principales motores de la economía de los últimos años, se apreció un cambio de tendencia parcial en su dinámica durante el último trimestre de 2008 y el primer mes de este año, y esto arrastró a la importación de bienes finales.

Al respecto, Diego Pérez Santisteban, director de la Cámara de Importadores (CIRA), sostuvo que “los planes de otorgamiento de créditos al consumo a tasas razonables no parecen todavía madurar y lo que se ha hecho hasta ahora en automóviles y electrodomésticos no ha podido torcer la balanza”.

De este modo, “los importadores al no ver que hay un movimiento de consumo fuerte, directamente bajaron el número de operaciones”.

Un mal momento para el sector exportador
¿A qué respondió el desplome del 36% de las ventas al exterior?

Según Castro, ”la caída está provocada por cuatro factores principales”:

* Disminución de la demanda general
* Menores precios internacionales
* El fracaso de la cosecha de trigo que no dejó saldos exportables
* La contracción del comercio con Brasil, que anualmente “aspira” casi 20% de las exportaciones argentinas.

En diálogo con iProfesional.com, Jorge Vasconcelos, economista del IERAL, explicó que “en Brasil la producción venía aumentando por encima de las ventas entonces esto hizo que las importaciones de ese país se desplomaran”.

Tal como sostiene un amplio abanico de analistas, la “brasildependencia” está a la orden del día. Y si el mayor socio del Mercosur estornuda, la Argentina corre serios riesgos de contraer una gripe.

Al respecto, Vasconcelos estima que “como mejoró la demanda interna brasileña, esperamos que las exportaciones a ese país también mejoren y, por lo tanto, se desacelere el desplome del comercio exterior argentino”.

Sin embargo, alertó que la suerte de las empresas locales estará en gran parte atada a las políticas en materia impositiva que decida la administración del presidente Lula: “El consumo de Brasil está empujado por el plan de reducción de impuestos que se extenderá hasta el 31 de marzo. Así que debemos estar muy pendientes si este beneficio continúa, hay que seguir esta noticia día a día, porque va a definir parte de la performance exportadora de la Argentina”.

Empresas expuestas al shock externo
Más allá de los grandes números del agro y de la performance de las multinacionales, la demanda internacional se había convertido en una fuente de ingresos clave para las empresas argentinas.

Según un estudio del Observatorio Pyme, el 30% de las firmas industriales realiza ventas al exterior que equivalen a casi 19% de sus ventas totales, dos puntos más que en 2005.

De este modo, para Jorge Todesca, director de Finsoport, “las empresas que más dependen de la demanda del exterior son las que, en mayor medida, pueden salir más perjudicadas”.

De acuerdo a datos oficiales, la actividad industrial cayó 4,4% en enero en relación al primer mes del 2008 y los sectores más castigados fueron, justamente, los que más dependen de negocios en el exterior.

Entre ellos se encuentran:

* Industria automotriz: experimentó una caída de casi 50%. Según el INDEC, “la performance del sector automotor en enero de 2009 se vincula fundamentalmente con las dificultades que atraviesan los mercados externos, lo que ha repercutido en una menor demanda internacional para las terminales locales”.

* Siderurgia: la producción de acero crudo exhibió una reducción del 29%. Esto se debe a que “el consumo de acero a nivel mundial presenta una fuerte disminución como consecuencia de la caída en la actividad económica de los principales países desarrollados”.

* Industria del neumático: la producción presentó una caída del 9%, “producto de la reducción en las exportaciones por la crisis que está afectando a las principales plazas de este producto”.

Nulo crecimiento o caída del PBI para 2009
En relación a estos números negativos, desde Finsoport explicaron que “la secuencia de deterioro de los diferentes indicadores que miden el nivel de actividad está mostrando una lógica coincidente con otros ciclos depresivos de la economía argentina”.

En función de esta dinámica, “puede proyectarse un crecimiento nulo en 2009, asociado a caídas de las exportaciones, importaciones e inversión, que serían compensadas por el consumo privado y por el gasto público”.

En tanto, Vasconcelos proyectó un escenario que se moverá entre crecimiento cero y un PIB con una variación negativa del 1,5 por ciento.

Coincidiendo con el resto de los analistas, prevé que la economía será castigada con una baja de la inversión en construcción del 5% y con una disminución de la demanda de bienes de capital del 15%, mientras que el consumo se mantendría en los mismos de 2008.

Industriales quieren delinear un plan con el Gobierno
Ante este panorama oscuro, José Ignacio de Mendiguren, vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) aseguró a iProfesional.com que “hay mucha preocupación en el sector porque los datos del comercio exterior no hacen más que confirmar el complejo escenario que estamos atravesando”.

En este contexto, sostuvo que “a partir de este martes vamos a comenzar a trabajar en un análisis del impacto de la crisis a nivel sectorial”.

Si bien destacó que aún no hay un pedido formal, De Mendiguren adelantó que se abre la posibilidad de generar una mesa de trabajo con el Gobierno “para comenzar a buscar soluciones para los rubros más afectados por el temporal”.

“Primero hay que estudiar cómo es la situación de cada uno de los sectores. Es un mapa complejo y las consecuencias son muy variadas: hay algunos como alimentos y plásticos que tienen un nivel de actividad aceptable. Pero otros como la automotriz, textiles y siderurgia que están muy golpeados. No podemos generalizar”, explicó.

Los exportadores ya pidieron auxilio
Por su parte, alertados por la crisis que cierra mercados y desploma rentabilidades, la Asociación de Importadores y Exportadores (AIERA) acaba de presentar sus propuestas al Ministerio de la Producción para crear un plan nacional de comercio exterior, “con el objetivo de fortalecer y potenciar el desarrollo de la economía nacional.

Desde la entidad, que participó junto a delegaciones de 18 provincias, incluyendo a más de sesenta representantes de cámaras y federaciones empresarias, explicaron que “los objetivos de la propuesta buscan diversificar y ampliar la matriz de exportaciones argentinas, elevar la participación de las exportaciones industriales y de mayor valor agregado”.

AIERA puso énfasis en algunos temas “que requieren rápida solución y podrían ponerse en práctica”, como por ejemplo:

* Resolver el problema de financiación de las exportaciones.

* La fijación y aporte del Estado en cuanto a la estrategia de penetración en el mercado externo.

* Suprimir la exportación de impuestos nacionales, provinciales y municipales que gravan a los productos.

Las arcas del Estado, más flacas y con menos cintura
Este último punto propuesto por la AIERA es sumamente conflictivo, al igual que el pedido de eliminación de las retenciones que exige el agro.

Sucede que en plena crisis internacional, es cuando el Gobierno más necesita de un flujo constante de divisas para sostener el superávit primario y la financiación de inversiones reales que permitan amortiguar el impacto en la industria y el empleo.

Sobre este punto, los economistas del IERAL, Marcelo Capello y Néstor Grión, explicaron que “el comercio resulta fiscalmente importante no sólo por lo que se recauda vía impuestos a las exportaciones e importaciones, sino también por la recaudación de IVA y Ganancias que se asegura en la AFIP”.

Así, “al existir menos posibilidades de incumplir ambos impuestos en las transacciones con el exterior que en las internas, al caer la participación del comercio en el PBI afecta también en forma relevante la recaudación de los impuestos más tradicionales”.

Por el lado de las importaciones, según alertaron desde la Cámara de Importadores a iProfesional.com, esto se traducirá de manera automática en una menor recaudación vía aranceles y tasas de estadísticas, los dos impuestos directos que el gobierno obtiene por las importaciones.

Según estimaciones de la entidad, el escenario más probable para 2009 es que el nivel de compras externas experimente una caída de hasta el 25% y que de los u$s57.413 M alcanzados el año pasado se pase a unos u$s43.000 M.

En este contexto, teniendo en cuenta que la recaudación fiscal por importaciones fue de alrededor de u$s7.000 M de en 2008, según la CIRA, una baja del 25% implicaría que dejen de ingresar a las arcas del Estado poco más de u$s1.700 M a lo largo del año.

Retenciones, otra mala noticia para el Gobierno
En este contexto difícil, se suma una variable extra: según estimaciones de la consultora Econométrica, los recursos tributarios vía retenciones se desplomarían un 50% en dólares.

Esto implica que de los u$s11.000 M que recaudó el Estado en 2008 se pasaría a unos magros u$s5.500 M, equivalente a una pérdida de recursos del 1,7% del PBI.

Castiñeira explicó que la mayor parte de la caída va a estar dada por los menores precios del petróleo, el verdadero talón de Aquiles de la recaudación fiscal. Sucede que el Gobierno sólo se queda con lo que supere los u$s42 el barril, “por lo tanto, aún cuando el crudo llegue a los u$s60, la pérdida va a ser de u$s4.000 M”.

De este modo, sumando las mermas por recaudación en importaciones y exportaciones, el Estado dejaría de percibir cerca de u$s7.200 M.

Problemas para cumplir con el presupuesto
Este agujero que se podría abrir a causa de la menor recaudación choca contra las intenciones de aumentar el gasto para sostener el empleo y actividades como la industria y la construcción.

En el IERAL estiman que si se mantiene en pie el plan oficial de incrementar para este año el gasto primario en un 13,6% respecto de los valores de 2008 –por inversión real directa, transferencias y gastos en personal y jubilaciones- esto “da cuenta rápidamente de la importancia que reviste la trayectoria que en última instancia muestre la recaudación, aún suponiendo un sendero moderado para el gasto”.

Al respecto, Capello y Grión explicaron que “ante el rumbo mostrado por la recaudación en el pasado enero, lo más prudente sería ubicarse ahora en el escenario de aumento moderado para los recursos en 2009”, del orden del 10 por ciento.

En este caso, luego del Canje 1, surgiría una necesidad neta de financiamiento del orden de los u$s4.688 millones. Concretando el Canje 2, esa brecha se reduciría pero se mantendría en un nivel cercano a los u$s3.329 millones.

De este modo, con la recaudación en baja, los economistas destacaron que para “cumplir con el plan anunciado de obras se debería recurrir a fuentes adicionales de financiamiento”, ya sea refinanciación de servicios con organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), solicitar préstamos adicionales a ANSES o utilizar reservas del BCRA.

Sin embargo, para el IERAL, lo que resultaría más probable en este caso es cortar por lo sano y que se desacelere más el gasto.

“La experiencia indica que los mayores candidatos pasarían a ser las transferencias al sector público (principalmente provincias) y la inversión real directa, morigerando o impidiendo el rol movilizador que se reclama del sector público en épocas de desaceleración o caída en la actividad económica”, alertaron.