¿Como hacer para cambiar eso que ya esta firmemente inculcado en la mente y hábitos de la gente? Primero se debe establecer que dicho cambio es bueno. Sino, todo el proceso que implica la transformación no se debe iniciar.
En artículos previos hemos presentado los beneficios que el teletrabajo ofrece a su organización. Lo que no hemos enfrentado directamente es el desafío mas grande que esta metodología presenta a las organizaciones: “el cambio cultural”. El modelo de organización de trabajo tradicional se fija principalmente sobre el cumplimento de horarios antes que en los resultados. Esta modalidad origina de la vieja escuela de pensamiento y nos induce a pensar que lo mas importante es “estar” antes que “hacer”.
Nadie tiene la culpa de ver el mundo de esta manera, ya que es esta la realidad que nos enseñaron toda nuestra vida y esta muy fuerte arraigado a la cultura actual. No hay que olvidar que durante mucho tiempo la población general pensaba que el mundo era plano.
Vemos el mundo por los lentes que nos dieron, y la velocidad con la que remplazamos los paradigmas depende de cada uno de nosotros.
El teletrabajo es revolucionario porque rompe con el esquema tradicional de cumplimiento de horarios y lo remplaza por uno de realización de objetivos. Este es uno de los primeros cambios culturales que se observan cuando organizaciones implementan programas de teletrabajo. Esto implica un cambio tanto de los empleados como los jefes ya que son estos los que deben exigir resultados a sus teletrabajdores.
Este cambio puede sonar difícil, pero con un buen plan y asesoramiento este desafío es sumamente factible para cualquier organización. Los cambios culturales son temas sensibles y deben ser acompañados por procedimientos controlados y experiencias replicables, además de un monitoreo controlado del proceso.
Por suerte contamos con la experiencia de empresas como Jobing para ayudarnos navegar por estas aguas desconocidas.
Termino con una cita de Albert Einstein que me parece apropiada: “la educación es lo que queda luego de que uno se olvida todo lo que aprendió en la escuela”. Si bien ésta idea suena bastante extremista, debemos entender que cuando se habla de cambios culturales, se debe desaprender ciertas cosas para poder aprender nuevas.
Dejemos de ver las empresas como un lugar donde los empleados deben llegar antes de las 9, y empecemos a verlo como un espacio donde a las empresas tienen que llegar los resultados de las gestiones de sus empleados. Antes de las 9 o de cuando se requieran. Si como empresarios generamos esta cultura, mejoraremos tanto la productividad de la empresa como la satisfacción laboral y calidad de vida de nuestros empleados.
El teletrabajo es la modalidad de trabajo del futuro. Pero la primer estación es hoy y acá. ¿Te subís al tren?
