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Descanso con gusto a poco

Vacaciones o trabajo…, o ambas al mismo tiempo: ir a la playa, tomar sol, bañarse en el mar. Luego, subir al parador, conectarse a Internet, revisar mails y estar informado, hasta el último detalle, de lo que sucede en la oficina. Esa es la imagen que se repite con fuerza en los lugares de veraneo.

Es que este año, para muchos ejecutivos las vacaciones tienen gusto a poco. Y los que pueden realizar una escapada lo hacen a medias. A la escasa capacidad de delegar y la necesidad de estar conectado, vía Internet o celular, se suma un ingrediente, más bien amargo: la crisis mundial.

“Pasan diferentes cosas en los distintos niveles, sea uno empleador o empleado. Lo que es común es la angustia. La del colaborador que no sabe si va a poder mantener su puesto y la del empresario que duda si podrá mantener la nómina de sus empleados. Ninguno está contento en estas circunstancias y en ese clima se toman sus vacaciones”, precisa Eduardo Press, especialista en psicología organizacional y comportamiento humano, y director de la consultora que lleva su nombre.

La tecnología también aporta lo suyo para acercar el trabajo a las vacaciones. Muchas ciudades turísticas reciben hoy a visitantes que son mitad veraneantes y mitad ejecutivos. De ahí que los corredores Wi-Fi, que permiten acceder a la Web de forma gratuita, sean una realidad en muchas localidades.

Por ejemplo, el Partido de la Costa, con la ayuda de la Facultad Regional Buenos Aires (FRBA), de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), instaló una red de conexiones inalámbricas a Internet en restaurantes, bares, hoteles y balnearios con objeto de incrementar valor a la oferta turística. Las empresas de telefonía y celulares se suman a la tendencia: en Mar del Plata y Pinamar, la mayoría de los paradores ofrece conectividad. En Internet se pueden encontrar mapas que indican dónde están disponibles las conexiones inalámbricas. Por ejemplo, en www.soscapazdetodo.speedy.com.ar , ingresar a la sección Speedy Zone.

Lo cierto es que cada vez es más fácil seguir el minuto a minuto de la oficina, más allá de las distancias. Según un informe de Carrier y Asociados, el año último el negocio de los smartphone (teléfonos celulares inteligentes), que permite enviar y recibir correo, creció un 170%, para alcanzar las 365.000 unidades vendidas durante 2008.

La venta de notebooks se suma a la lista de los productos que atentan contra las vacaciones: durante 2008 marcó un nuevo récord histórico de ventas de PC, en total 2,3 millones de unidades, de las cuales 567.000 fueron portátiles, un 77% más que en 2007, según informa Carrier. Una de cada cuatro máquinas vendidas fue una notebook. Este aumento fue impulsado tanto por el segmento residencial como el profesional y el corporativo.

El miedo a perder la fuente de ingreso o la necesidad de tomar decisiones estratégicas inmediatas conspira contra el merecido descanso de verano. Y hay más. Muchos colaboradores sienten que deben duplicar sus obligaciones para justificar su permanencia en la empresa.

“En el último período se nota un mayor volumen de trabajo, es decir, la misma persona tiene más carga laboral. También las vacaciones son más cortas, muchos utilizan la notebook y se conectan a Internet por medio de Wi-Fi (conexión inalámbrica). Existe un nivel de tensión continua donde los ejecutivos no pueden desconectarse del mundo del trabajo”, explica Daniel López Rosetti, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés.

Para Cristina Bomchil, directora de Valuar, la crisis agravó la situación. “Muchos ejecutivos planearon su descanso a último momento para ver cómo avanzaba la situación, y los que partieron lo hicieron con la consigna de que ante cualquier contratiempo iban a volver por la necesidad de estar conectados y para seguir de cerca la marcha de los acontecimientos y estar cerca si se los requería en sus trabajos”, opina la especialista.

A medias
Micaela Amato es una joven diseñadora que se fue de vacaciones en enero a Itapema, Brasil. Pero durante su estada no fue una típica turista playera, dedicó en promedio tres horas por día a realizar trabajos desde su teléfono BlackBerry y desde su laptop.

“Al tener todo en el celular, siempre lo llevo conmigo y chequeo a cada rato. Mi responsabilidad es la coordinación de las tareas. Trabajo con dos diseñadores y dos programadores, pero en muchas ocasiones también me siento a diseñar o programar”, comenta.

La historia de Hernán Molina es similar. Este analista de sistemas decidió irse a Villa Gesell junto con su familia. Llevó dos notebooks y se conectó por medio de Wi-Fi para responder a las demandas de algunos clientes.

¿Moda o necesidad?
“Se observa un fuerte aumento del uso de las BlackBerry y notebooks en los lugares de veraneo. Por muchas razones: la tecnología es cada vez más barata y está más difundida; el uso de Wi-Fi está muy extendido y es práctico, económico, y lo encontrás en todos lados. Además, hay una especie de moda por la cual uno debe estar siempre conectado, no sólo con el trabajo, sino con las amistades, a través de los e-mails y mensajes de texto. Hay un código tácito, que los correos se deben contestar con rapidez cuando uno está trabajando, y por extensión, cuando no”, explica Bomchil.

¿Las personalidades más afectadas? López Rosetti es categórico: “El común denominador es la personalidad proestresora, es decir, son personas dinámicas, con tendencia al logro y competitivas. Se las conoce como personalidad tipo A y tienen mayor facilidad para pasar el umbral el estrés”, explica.

Hay perfiles propensos a no poder relajarse. “Nunca se desconectan, y el trabajo les resulta como una droga que no pueden dejar de consumir. Si la dejan, se deprimen y les baja la autoestima”.

Por otro lado, está el nivel de la posición. “Naturalmente, para la más alta y de mayor responsabilidad es más difícil mantenerse ausente durante unas semanas, sobre todo cuando se atraviesa una crisis. Además, las posiciones relacionadas al área financiera y de RR.HH. tienen más demanda ya que por el tema sindical y la necesidad de reestructuraciones deben hoy mantenerse en contacto con la oficina”, agrega Rosetti.

Indeseadas consecuencias
Ya sea por moda o por necesidad muchos paradores y bares de la costa argentina se nutren de la tecnología adecuada para que usuarios estén cerca del trabajo y de sus familiares. Pero qué ocurre cuando se resignanlos días de esparcimiento.

“Al no existir un descanso adecuado aparecen síntomas de estrés: cambios de humor, incapacidad para divertirse, trastornos de tipos emocional, alteración del sueño, ansiedad, y ataques de pánico, dolor de cabeza y acidez gástrica”, precisa López Rosetti.

“Es importante darle valor a estos mensajes porque es una época delaño donde no debería haber tantos ataques de pánico como los que se registraron durante enero. Un síntoma siempre brinda información de que algo está pasando”, agrega.

Para el especialista, el estrés es un proceso normal. “Es como una cuerda de una guitarra, cuando está lo suficientemente tensa, suena bien. Hoy veo pacientes con cuerdas más tensas que en otras vacaciones”, manifiesta.

Según Press, “tanto el cuerpo como la mente necesitan descanso después de una actividad. Si no, aparece la fatiga. Esto sucede en todos los órdenes de la vida. Algunas consecuencias son: dispersión mental, es decir, cuando a una persona le cuesta mantener un tema; dificultad para disfrutar el momento porque la cabeza está en otro lado; sensación de que siempre está faltando algo de lo que había que hacer , lo que genera más ansiedad”. Claramente, efectos indeseados para la empresa.

Ante esta situaciones, el conocido refrán el trabajo es salud cae en desuso. El escenario está planteado…pero, ¿cuál es la solución?

“Parte de lo que sucede en las vacaciones tienen que ver con la forma en que se trabaja durante todo el año. Una ayuda enorme es administrar los tiempos y planificar de las tareas”, explica Press.

“El trabajo es un medio para vivir, no es el fin. Se recomienda buscar espacios de tiempo propio y tener un proyecto. Para las personas sedentarias una de las opciones es la actividad física cardiorespiratoria. Mejora muchísimo el estado anímico”, sugiere López Rosetti.

“No es una actividad deportiva, es decir no implica una competencia. Se trata de una caminata para disfrutar solo o con amigos, pero es una salida absolutamente recreativa”, aclara.

Otra opción es elaborar un proyecto que nunca pudo realizar. “Saber decir que no es una barrera contra el estrés importante. Saber poner limites. En salud, todo lo que hoy se sobrecarga en algún momento se paga”, concluye.