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Desinformados y “a ciegas”: así está la clase media frente a las góndolas del súper en pleno acuerdo de precios

El acuerdo de precios entre el Gobierno y las principales cadenas de supermercados del país está a punto de cumplir su tercer mes.

Pero los expertos en consumo ya advierten algunos “desajustes” entre la versión oficial del que sería el nuevo escenario que se les presenta a los argentinos a la hora de comprar y lo que realmente ocurre cuando éstos están frente a las góndolas.

En este contexto, desde el Ejecutivo aseguran que el acuerdo traerá sus frutos porque hará que los consumidores estén más atentos, críticos y defensores de sus derechos.

Y hasta habilitaron un canal de denuncias para receptar posibles casos de supermercados incumplidores a través de un 0800 cuyo manejo se encuentra bajo la órbita de la subsecretaria de Defensa al Consumidor, María Lucila “Pimpi” Colombo.

Inclusive, hasta llegaron a hablar de hacer un boicot a las marcas que aumenten el precio de sus artículos pese a la vigencia del convenio.

Pero un panorama distinto es el que plantean como “real” las organizaciones que llevan años trabajando en la defensa de los consumidores.

Estas entidades se muestran escépticas respecto de esta medida y destacan la creciente incertidumbre que viven los argentinos cuando tienen que llenar el carrito de compras.

“Venimos de casi cinco años de un nivel grave de pérdida de noción de los precios”, alerta a iProfesional.com Juan Manuel Primbas, country manager de la consultora de consumo Kantar Worldpanel Argentina.

Y confiesa que descree del “Plan Freezer” en cuanto a que los argentinos de clase media “puedan estar llevando un verdadero control de lo que ocurre en los súper”.

Según los especialistas, a la pérdida de valores de referencia se suma la existencia de fuertes variaciones de precios entre las cadenas, lo cual distorsiona aún más el panorama.

También, influye el hecho de que los tickets que emiten algunos supermercados ofrecen información menos precisa y más confusa de los artículos que facturan.

En este contexto, los consumidores están desorientados y ya no saben cuál es el valor real de los productos que compran, al tiempo que se preguntan hasta qué punto funciona el acuerdo de precios.

El consejo oficial: “Guarde su ticket”
En los últimos meses, el Gobierno -que lleva tiempo peleándose con las organizaciones de consumidores- parece haberse erigido como el gran defensor de los derechos de los compradores.

Esto podía advertirse en un discurso oficial de fines del año pasado, en el que la misma presidenta Cristina Kirchner instaba a los clientes a no adquirir aquellas marcas que subieran los precios.

Un tiempo después, en los primeros días de febrero, tras darse a conocer el “Plan Freezer”, la subsecretaria de Defensa al Consumidor recomendaba a los argentinos guardar sus tickets de compra para poder así denunciar cualquier irregularidad o aumento.

Sin embargo, desde las ONG de consumidores advierten que son pocos los argentinos que se toman el trabajo de acumular comprobantes y luego hacer la comparación.

“El consumidor de clase media, generalmente, no se fija en esto”, señala Primbas.

Pero, aún queriendo hacerlo, existe un inconveniente para poder determinar y “documentar” las diferencias: no todas las cadenas de supermercados están consignando en los tickets la información detallada.

Sucede que los consumidores empezaron a notar que ciertos súper a eliminaron de los comprobantes algunos datos esenciales para poder realizar el control como, por ejemplo, la marca de los artículos.

“En la descripción del ticket me aparece sólo la palabra ‘galletitas’ o ‘productos de limpieza'”, se queja una clienta de una de las principales cadenas de retail.

La omisión de este dato en el documento respectivo disimula posibles incrementos de precios, ya que dentro de cada categoría se agrupa una gran cantidad de marcas y variedades de productos.

Esto puede observarse en los tickets que se muestran a continuación, que fueron entregados por una de las cadenas líderes en pleno acuerdo de precios, donde se aprecian artículos englobados en grandes categorías como “galletitas”, en tanto que algunas hasta resultan confusas, como es el caso del genérico “limpiador”:

“Esto es nuevo en algunas grandes cadenas y es para que los compradores no puedan hacer un seguimiento de los precios”, asegura en diálogo con este medio Susana Andrada, responsable del Centro de Educación al Consumidor (CEC).

Y agrega que “hasta ahora, los supermercados siempre informaban las marcas de los productos y sólo algunos autoservicios asiáticos ponían en el ticket la categoría general de los artículos. Pero ahora, no les conviene dar información más precisa”.

En tanto, Héctor Polino, titular de la asociación Consumidores Libres, señala que si la idea es que los mismos compradores evalúen si se cumple o no el acuerdo, los comprobantes tendrían que ser lo más detallados posible.

“La marca, al menos, debería figurar en todos los tickets”, afirma.

Consumidores desinformados
Los expertos en consumo consultados por este medio coinciden en que, lejos de tratarse de un tema secundario, la desorientación que experimenta la clase media en los supermercados es un problema que afecta a la economía cotidiana de los argentinos.

En este sentido, describen cuál es el escenario que, a su entender, se les pesenta a la hora de enfrentarse con las góndolas:

• Valores de referencia:

Los organismos de defensa al consumidor hacen hincapié en que, como consecuencia de la inflación, se hace cada vez más difícil saber cuánto cuesta un producto.

“Hoy no existe un precio de referencia de los artículos, ni valores que sirvan de guía”, señala Andrada desde el CEC.

• Diferencias de precios entre cadenas de supermercados:

Según la experta, los argentinos se encuentran con precios distintos de acuerdo con el punto de venta al que se acerquen. Las diferencias se dan no ya entre distintas empresas, sino también entre sucursales de una misma cadena.

• Falta de información en los tickets:

En la actualidad, tal como se explicó anteriormente, determinadas cadenas de retail y comercios de origen asiático no precisan en los comprobantes que emiten por cada compra cuál es la marca de los artículos, lo cual dificulta el control de los precios por parte de los consumidores.

“Si la gente no tiene esos datos, muchas veces se pierde en los números”, advierte Andrada.

Y agrega que, inclusive, “hasta para devolver un producto en el supermercado es importante tener ese dato puntualizado en el ticket”.

• Restricción sobre publicación de ofertas:

Esta medida, implementada a partir del congelamiento de precios, contribuye a la falta de información de los consumidores sobre las promociones y descuentos vigentes actualmente en el mercado.

Así lo asegura Martín Leal, profesor de Finanzas de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE): “El hecho de que las cadenas no publiquen sus ofertas hace que la gente esté aún más desinformada”.

En la misma línea, Polino destaca que, de esta forma, “al comprador se le quita un punto de referencia que le permitía orientarse y decidir a qué supermercado le conviene ir”.

• Ausencia de un listado oficial de precios “congelados”:

Desde las entidades de defensa al consumidor remarcan que una de las principales dificultades con que se topan los argentinos al intentar controlar si los precios realmente se mantienen es que no existe un catálogo oficial en el que se indique a qué valor se “freezaron” los artículos.

“Como no se publicó un listado el día en que se inició el congelamiento y no se sabe cuáles son los valores de referencia, los consumidores no tienen idea de en qué casos se mantienen los precios de los productos y sólo les queda la opción de guardar todos los tickets”, explica Polino.

En este contexto, el experto advierte que “lo único que puede hacer el comprador es conservar los comprobantes e ir luego al mismo supermercado y llevarse mercadería de la misma marca para poder comparar”.

Una medida anunciada a “destiempo”
Los expertos afirman que, como el acuerdo de precios se anunció una vez ya implementado, esto no dio tiempo a los consumidores a detectar un aumento previo a su aplicación.

No obstante, Polino asegura: “En enero de este año hubo un incremento de precios mucho más fuerte que en el mismo período de 2012”.

En este contexto, los especialistas consultados por iProfesional.com sostienen que hay que recordar que la pérdida de referencia en el supermercado no es un problema nuevo, sino que es un fenómeno que se fue acentuando en el país con el correr de los años.

“Hoy se perdió la idea de los valores de los artículos en las góndolas”, menciona Primbas.

“Es prácticamente imposible que la gente siga la evolución de los precios”, remarca a su vez Andrada.

En tanto, Fausto Sportorno, economista jefe del Estudio Ferreres, indica: “Lo clásico siempre fue un control en el cual se publicaban listados de valores de referencia, para que así la gente pudiera hacer un seguimiento y para que se mantuviera operativo el acuerdo con empresas proveedoras. Pero, en este caso, no hay listas. Es todo muy confuso y muy oscuro”.

Así las cosas, en un escenario en el cual los argentinos recorren las góndolas con poca información disponible, no tienen a mano los avisos sobre promociones y ofertas y hasta -en algunos casos- reciben tickets con información no muy detallada, se hace complejo llevar algún tipo de control acerca de cómo evolucionan los precios de los productos.

Y si bien se les pide que denuncien, critiquen y se defiendan, los expertos concluyen que actualmente para los argentinos esto es casi una misión imposible.