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Día Mundial de la Lucha contra el Sida: “Acceso universal y derechos humanos”

Cada año el 1° de diciembre se conmemora el Día Mundial de Lucha contra el Sida. En nuestro país se estima que hay más de 127.000 personas que viven con el VIH/Sida, de los cuales un 60% desconoce que está infectado . Las cifras que nos muestra la realidad de la epidemia al día de hoy, no reflejan un cambio en la progresión de la misma a pesar de las políticas públicas de salud que intentan que, cada vez más personas tengan acceso al testeo voluntario y gratuito, a la atención médica y a la medicación antiretroviral.

El lema de este año es: “Acceso Universal y Derechos Humanos”. Esta reflexión está dirigida a pensar y generar estrategia para lograr que todas las personas puedan acceder a la prevención, al tratamiento, a la atención y apoyo en todos los aspectos que atañen a esta infección.

El derecho a la salud es uno de los derechos humanos básicos. Todas las acciones destinadas a luchar contra el VIH/Sida deberían contemplar la atención integral de la salud y una vida libre de prejuicios, estigmas y exclusión.

La falta de información conlleva a una falta de cuidado
En un sondeo de opinión realizado por el Celsam en el año 2008, basado en los llamados recibidos a su línea de consultas gratuitas, sobre un total de 200 encuestados, el 22% de los mismos nunca había pensado en realizarse el test para determinar la presencia del VIH, y uno de cada cuatro encuestados desconocía la razón por la cual nunca se lo había realizado. Para que las personas puedan acceder a los servicios de salud es fundamental que no solo tengan conocimiento del pleno ejercicio de sus derechos, sino también, en el caso del VIH/Sida, de las medidas de prevención, cuidado, diagnostico y tratamiento.

Se considera que los jóvenes son uno de los grupos más vulnerados. Que solo un 46% de ellos haya declarado haber utilizado el preservativo en la última relación sexual con una pareja no habitual, pone de manifiesto esta suerte de discriminación positiva que tiene un fuerte impacto como facilitadora de la infección. Además el 32% de los encuestados admitió que la principal razón para no realizarse el testo fue asumir que su pareja no podía estar infectada.

¿De qué hablamos cuando hablamos de discriminación?
Según una encuesta realizada por el INADI , las personas con VIH/Sida están terceras en el ranking de discriminación, siendo superadas por los pobres y los obesos.

Hablar de discriminación lleva implícito el prejuicio de pensar en la existencia de dos grupos. Uno que es el aceptado, incluido y seguro. Otro, que es el rechazado, excluido y al que se considera peligroso. Si extrapolamos este concepto a la infección por el VIH/Sida, dentro del primer grupo se incluiría una pareja monogámica, y dentro del segundo, los hombres que tienen sexo con hombres. Resulta absurdo aplicar un prejuicio social como estrategia inconsciente de protección, ya que al mismo tiempo en que una persona se cuida del grupo estigmatizado, deja de protegerse del grupo no estigmatizado, lo que equivale a abrirle la puerta al contagio del virus. Este sería el caso típico en que se asume que una persona conocida, que comparte con nosotros el trabajo o el estudio, que es buena persona, que es un “chico/a de familia” no puede estar infectada . De esta manera el prejuicio aplicado no solo agravia a muchas personas, sino que también deja al “prejuicioso” vulnerable ante la infección del virus. Las infecciones nos hacen susceptibles a todos los seres humanos, situación claramente plasmada en el slogan: “El Sida no discrimina”.

Celsam llama a la reflexión sobre la necesidad de generar nuevas estrategias para luchar contra esta infección que crece día a día en nuestro país y en el mundo. Pensar en el derecho a la salud como un derecho humano básico que lleva implícito el acceso universal a la prevención, el tratamiento y el apoyo y contención de las personas que viven con el VIH y sus familias nos permitirá crecer como una sociedad más justa y equitativa, dándonos la oportunidad de comprender que por el simple hecho de ser humanos somos susceptibles de contraer la infección, a la vez que tenemos la opción de ser solidarios con los demás. Discriminar y ser discriminado aísla a las personas excluyéndolas de la posibilidad de acceder su salud.

Ante cualquier duda puede comunicarse con el CELSAM a su línea de consultas gratuita 0800-888-235726 (0800 888 CELSAM)