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Dubai avisó, la burbuja sigue y comienza a gestarse la “versión 2.0” de la crisis

Lo de Dubai fue un aviso. En ese lugar se quiso armar un verdadero paraíso terrenal, con proyectos inmobiliarios faraónicos, hotel siete estrellas, majestuosos edificios, islas convertidas en ciudades. Todo eso con dinero de los “petrodólares”.

Hasta que la burbuja explotó y el holding estatal anunció que no podía pagar su deuda.

Claro está, que sus efectos no son comparables con los de la crisis de hipotecas ocurrida en los Estados Unidos.

Sin embargo, por más que el impacto sea menor, siempre ha ocurrido que este tipo de anuncios fueron seguidos de un ajuste correctivo en los precios de algunas monedas y materias primas.

En general, los inversores vuelven al dólar y abandonan otras tenencias. No obstante, el efecto “Dubai” no produjo eso, al menos este viernes.

Los analistas contemplaban – con gran asombro – como hubo apenas una pequeña corrección a la baja, que duró un rato, para luego volver retomar su sendero alcista.

”Aquí no pasó nada….. siga, siga”, parecían gritar los inversores que quieren que la fiesta de precios, que involucra a varios activos, continúe.

El escenario es el siguiente:

* El dólar está barato, y va a seguir así durante un largo tiempo, hasta que la economía de los Estados Unidos recupere su fortaleza.

* La tasa de interés de referencia, que fija la autoridad monetaria de ese país (Fed), “está obligada” a permanecer en valores cercanos a cero.

* Entonces, las grandes empresas, compañías bursátiles, fondos comunes y asesores de inversión, entre otros, tienen el negocio servido en bandeja: se endeudan en esa moneda y apuestan a lo que sea, commodities, otras divisas, desarrollos inmobiliarios en otras latitudes, etc.

* Como resultado de esta “ventaja” que ofrece un billete verde diezmado se estima, según datos de Barclays Capital, que las commodities se han convertido en un objetivo prioritario de inversión y los montos involucrados sumarían cerca de u$s 240.000 millones (captaron u$s 60.000 millones en lo que va de 2009).

* La cifra supera con creces el récord de 2006 y es mayor a las revalorizaciones registradas en las principales bolsas del mundo.

* ¿Cuál es el problema y porque se habla de burbuja? Porque no existe la suficiente demanda que justifique semejante escalada de precios, tal como la ocurrida en estos últimos meses. Sí existe, la especulación apalancada en el fondeo barato.

La magnitud de las cifras en juego hace que muchos expertos ya estén adelantándose y estimando el daño que podría causar el colapso en el mercado de las materias primas.

Cuando se habla de commodities, se incluye a las energéticas (petróleo), metales preciosos (oro, plata, platino), industriales (cobre, aluminio) o alimenticias (soja, trigo, azúcar, maíz, etc.).

Y el tema cobra relevancia porque el destino de muchos países depende, en gran medida, de que a ellas les vaya bien.

“Con tasas cercanas a cero, la Fed inyectó grandes cantidades de dinero en la economía, que fue utilizada por muchos inversores para adquirir activos en el mercado accionario como así también deuda soberana y commodities de países”, sostuvo el economista Darío Epstein, de Research for Traders.

“Los precios de muchos activos, como el petróleo y el oro, fueron impulsados y posiblemente inflados como consecuencia del fondeo barato”, sostuvo.

Cifras que asombran
Las materias primas están siendo una dura competencia para los mercados accionarios a la hora de atraer el dinero de los inversores, a pesar de las advertencias sobre posibles burbujas. Esta inyección masiva de fondos impulsó decididamente sus precios.

En cifras:

* El oro –que es utilizado como refugio pero también como un activo especulativo – ya superó su récord alcanzando por primera vez en la historia, los u$s1.180 la onza.

* Una canasta tomada como referencia, compuesta por 24 commodities (S&P GSCI Index), acumula en lo que va de año una suba de casi el 50%, en contraste con el 43% del desplome del pasado año.

Hasta el azúcar pasó a ser parte de movida especulativa, al triplicar su precio. Este incremento fue seguido por el del oro y la plata. Más aún, si se comparan los últimos valores con los de hace dos años se desprende que, en todos los casos, se registran crecimientos frente a los mínimos en un rango que va del 60 al 95 por ciento.

* El oro y el azúcar aumentaron el 23% y el 50% frente a los máximos del 2008.

¿Está el mundo en vísperas de una subprime.2?
En su artículo del Financial Times, Gillian Tett, una de las pocas analistas que alertó sobre la burbuja financiera que estalló en 2008, ahora volvió a alertar sobre la gestación de una nueva que, en su opinión, puede ser incluso peor que la anterior.

“Quienes eligen este tipo de apuestas corren el riesgo de una crisis estilo subprime 2. Es decir, una repetición del conflicto con activos de alto riesgo, que explotó en 2007 y derivó en un derrumbe global”, escribió desde Londres Johan Bergtheil, un analista de mercado del Citigroup.

“Miles de inversores siguen aumentando sus posiciones en productos básicos especulativos – acumulando una cantidad histórica – con la creencia de que el dólar colapsará”, alertó Bergtheil.

Para Marcelo Justo, de BBC Mundo, “la formación de una nueva burbuja económica global es el fantasma que recorre hoy los despachos gubernamentales y marca los análisis económicos”.

Alcance
La actividad especulativa se extiende a todo el frente financiero: bonos, mercados emergentes, materias primas y propiedades.

Según The Wall Street Journal “los mercados emergentes y las materias primas serán los protagonistas de una nueva burbuja y asigna, según un sondeo, una probabilidad cercana al 36% a que este escenario ocurra en los próximos dos años.

El prestigioso medio consultó a varios expertos para identificar en donde ellos veían las mayores posibilidades de gestación.

Veinticuatro señalaron a los mercados emergentes, 20 a las commodities, 13 a los mercados bursátiles y 11 a los bienes raíces.

Los premio Nobel de Economía Paul Krugman y Joseph Stigliz la temen, en tanto que el “analista estrella” de estos tiempos, Nouriel Roubini, opina que es un riesgo palpable y los gobiernos se persignan en silencio para que no vuelva a ocurrir.

“Como toda burbuja, se hace cada vez más grande hasta que en algún momento revienta”, dijo Roubini.

Esta preocupación encuentra su fundamento en que, nuevamente y tras la forzosa pausa del año anterior, los mercados financieros continúan con su fiesta.

Jugar a comprar mientras el dólar no está
Parafraseando el cuento de jugar en el bosque mientras el lobo no está, casas bursátiles, corredores de bolsas e inversores del mundo se divierten comprando y especulando, mientras el billete verde está dormido.

Pero los analistas comienzan a preguntarse qué pasaría si surgen otros casos como los de Dubai, o cuando comiencen a retirarse las millonarias inyecciones de dinero utilizadas para salvar a bancos y empresas, o si llega un ajuste en las tasas de interés que ahora son las que permiten el fondeo barato. ¿Qué pasaría si estos, u otros factores, despiertan al por ahora dormido “lobo verde”?

Al respecto el Citigroup delineó su “hipótesis de pesadilla”, que se iniciaría con una fuerte suba de las tasas de interés.

Su efecto inmediato sería que la economía mundial vuelva a caer en una recesión. En este escenario, la recuperación de las materias primas sería socavada, señaló la entidad en un informe.

La aparición de esta nueva versión 2.0 de la crisis “demostraría que los inversores no aprendieron nada de las ondas de choque que impactaron sobre la inversión global”, alertaron desde el Citigroup.

El efecto tasa de interés y el dólar débil
En Estados Unidos la tasa de interés está entre el 0 y el 0,25%. En la Eurozona en el 1%. En el Reino Unido en el 0,5 por ciento.

“Con el precio del dinero tan barato es difícil evitar un vértigo especulativo, impulsado por el hecho de que los grandes bancos pueden apostar sabiendo que tienen las espaldas cubiertas por el fisco”, señaló Graham Turner, director de la consultora GFC y autor de “No Way to Run”.

“Ahora mismo, todo el mundo, incluido yo, es pesimista con el dólar. Esto provoca un rally de compras, independientemente del tipo de activo que sea”, explicó Jim Rogers, gurú que anticipó el rally de la última década de las materias primas.

En el mercado local, el analista de mercados Agustín Cramo sostuvo a iProfesional.com: “La tendencia devaluatoria del dólar hace que los inversores busquen nuevos refugios y sin dudas están yendo fuerte a las materias primas y a los metales preciosos”.

El problema de este movimiento alcista, es que sigue y sigue inflándose cuando no está sustentado en una demanda genuina de estos bienes, que justifiquen una escalada tan empinada de precios”, alertó Cramo, quien además alertó que “los inversores está sobrecomprados”.

“Una de las diferencias entre la burbuja que se está generando en materias primas y los metales, es que puede crear un problema inflacionario y esto es algo que se tendría que evitar rápidamente”, concluyó.

Burbuja también en alimentos
En la última Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria (FAO) los expertos allí reunidos consideraron que la recuperación económica mundial, prevista para 2010, incrementará el riesgo de una nueva burbuja, en este caso, para los alimentos.

En este contexto, los inversores especulativos tendrán una participación estelar y, al mismo tiempo, surgirán importantes riesgos para el abastecimiento de alimentos en los países menos desarrollados, con potenciales conflictos sociales al final del recorrido.

Para los analistas, los elementos que provocaron la disparada de los precios en 2008 se están reuniendo otra vez y las cotizaciones de las commodities vuelven a tomar el ascensor.

Esto lleva a los especuladores a “oler” que la rentabilidad podría volver a tocar niveles récord en poco tiempo y esto se ve reflejado en las agresivas posiciones compradoras que están llevando a cabo los distintos fondos de inversión.

No obstante, comienzan a aflorar datos que ya ponen bajo sospecha la conveniencia de seguir apostando, sin selectividad, a diversos activos que sólo pueden explicar el repunte en sus precios en el exceso de liquidez que impera en el sistema, pero no en una mayor demanda.

El exceso de dinero barato es, por ahora, el encargado de escribir este nuevo capítulo de la historia.

Pero, como todo ciclo, tiene un fin. Y el endurecimiento en las condiciones actuales podría ser el eje central del próximo capítulo, pinchando los precios actuales de algunos activos.

El problema radica en que nadie puede determinar a ciencia cierta cuándo termina un capítulo y se inicia el otro.

La última crisis de hipotecas que sorprendió al mundo es un fiel reflejo de esto. ¿O acaso alguien – por ese entonces – hubiese imaginado que empresas como General Motors irían a la bancarrota o desparecería del mundo una institución como Lehman Brothers?