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El Conde von Faber-Castell recibe la Orden alemana al Mérito de Primera Clase

El Conde Anton Wolfgang von Faber- Castell recibió la cruz de primera clase de la Orden del Mérito de la República Federal alemana. El Premier bávaro Holst Seehofer se la entregó en una ceremonia llevada a cabo en la Cancillería de Bavaria en Munich el miércoles 15 de septiembre de 2010.

La leyenda expresa: “El Conde von Faber-Castell es un hombre de negocios extremadamente comprometido: a pesar del enorme esfuerzo que pone en su propia compañía, siempre ha dedicado gran cantidad de tiempo y energías al bien común. Él representa la octava generación que encabeza la altamente respetada compañía familiar. Ha sido durante mucho tiempo el epítome de la calidad de las marcas alemanas en el campo de la escritura, el color, el dibujo y el diseño creativo. La compañía es el más antiguo y más grande productor de lápices de madera, tanto en grafito como en color. A pesar de su orientación internacional es un distinguido no sólo por su fuerte arraigo a la región de Nuremberg sino también por las grandes medidas medioambientales y de calidad y el alto grado de responsabilidad social y ética. El castillo de la familia restaurado por el Conde von Faber-Castell es un edificio emblemático que también alberga los archivos de la compañía. Éste y el museo “Vieja Fábrica de Grafito” son monumentos que forman parte de nuestro patrimonio industrial y cultural, accesible al público. Los edificios cercanos que constituyen la fábrica representan una muy moderna planta de producción. Una fundación caritativa dedicada a niños con desventajas alrededor del mundo, una carta de compromiso social que se aplica a todas las subsidiarias de la compañía alrededor del mundo, resume de manera impresionante el intenso trabajo del Conde no sólo en los negocios sino en sus actividades honorarias.”

El Conde Anton Wolfgang von Faber-Castell asistió a la ceremonia con su esposa Mary. “Me siento muy gratificado por esta condecoración”, dijo el CEO de Faber-Castell AG. Sin embargo, él ve su compromiso con las fábricas alemanas en Stein y Geroldsgrün y la calidad a nivel mundial, los estándares sociales y medioambientales en los sitios de producción alrededor del mundo como algo que implica un sólido sentido de negocios. El complejo que se encuentra en Stein cerca de Nuremberg, casa matriz de una compañía que pronto cumplirá 250 años, es para él “no sólo un ejemplo de una historia industrial y cultural exitosa, que se ha abierto al público mediante el tour ‘Faber-Castell Experience’ sino también un símbolo de la tradicional calidad del la industria alemana. Aquí en Stein aún sigo la máxima de mi tátara abuelo Lothar von Faber ‘hacer lo mejor que pueda ser hecho en el mundo’. El próximo año celebraremos nuestro 250 aniversario, en el cual nuestras instalaciones en Alemania serán el centro de atención. Esta distinción es un incentivo adicional para que me mantenga fiel a nuestro precepto básico de hacer cosas comunes extraordinariamente bien”