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El crac no se toma vacaciones y golpea las costas de Punta del Este

La incertidumbre económica no se toma vacaciones y, en el caso de los argentinos, viaja con ellos a los destinos elegidos para el siempre anhelado descanso. Los tradicionales puntos de veraneo locales exhibieron esta tendencia en lo que va de la estación más cálida del año, pero los síntomas de la crisis también dicen presente fronteras afuera.

En el vecino Uruguay, Punta del Este sufre las esquirlas del crac que se siente por estas tierras, y el segmento inmobiliario aparece como uno de los espacios que explicita la coyuntura negativa. La disminución en el caudal de turistas argentinos –que alcanzaría al 15% esta temporada– y el freno en las transacciones representan una realidad que permite prever un febrero, cuanto menos, complicado.

“Hay menos operaciones inmobiliarias que en el mismo período del año pasado. El comportamiento de los visitantes argentinos es cauteloso y éstos hacen extensivo a Uruguay lo que sucede en la Argentina. Los turistas trasladan la incertidumbre propia de su país”, explicó a iProfesional.com, desde la costa esteña, Juan Carlos Sorhobigarat, director de Terramar Servicios Inmobiliarios.

El ejecutivo sostuvo que, como contracara a la baja en las transacciones, “las consultas aumentaron alrededor de 25%”. “Los argentinos se acercan con cautela al negocio inmobiliario, pero sin perder de vista que es una opción valiosa para quienes buscan diversificar su capital líquido”, dijo.

Los alquileres también fueron alcanzados por la prudencia: hasta julio ostentaron los mismo valores que en el verano 2008, pero ya a partir de octubre sufrieron una depreciación del 20%. Aun así, la ocupación hasta el momento dista de ser completa.

“La demanda de alquileres está muy segmentada, pero lo cierto es que Punta del Este funcionó con menor cantidad de plazas que el año pasado. En la zona de La Barra hacia José Ignacio la ocupación está en un nivel cercano al 75%, mientras que ya en el mismo José Ignacio es del 70%. Se dio que a raíz de la crisis internacional esta vez vinieron más propietarios”, argumentó el entrevistado.

Quienes sí se animaron a invertir en Punta del Este colocaron capital en locaciones que, según Sorhobigarat, “aparecen como espacios únicos y diferenciales”. “Se buscan la calidad edilicia y la ubicación irremplazable. Lo mismo sucede con los terrenos y las chacras: siempre la apuesta está del lado de la cosa única. Pero antes que todo eso primó la consulta y la duda ante qué es lo que puede suceder en el futuro a nivel económico”, comentó.

Identidad
El ejecutivo comentó que en paralelo a la baja de visitantes argentinos, cercana al 15% según estimaciones del Ministerio de Turismo y Deporte de Uruguay, “es notorio el crecimiento en la participación de turistas europeos y brasileños”.

“Los europeos vienen creciendo a un ritmo sostenido del 25% anual, y los brasileños al 15%. La caída en la afluencia de argentinos comenzó con la temporada 2004-2005 y los cortes de puentes que se han sucedido desde entonces”, precisó.

El flujo de argentinos, que en promedio supera los 90.000 turistas por temporada, ahora se ve secundado por los europeos –que se hacen fuertes entre el 20 de diciembre y el 15 de enero– y los visitantes brasileños, que atraídos por el carnaval uruguayo cobran predominio durante la segunda quincena a febrero.

Emprendimientos
Respecto de las iniciativas que desafían los pronósticos negros, Sorhobigarat (foto, arriba) mencionó “iniciativas edilicias que, de entre 4 y 17 pisos, se desarrollan en la zona de la Península de Punta del Este”. “Se trata de emprendimientos frente al mar, con precios que oscilan entre los u$s300.000 y u$s1 millón”, comentó.

El ejecutivo también destacó el surgimiento de distintas propuestas en Punta Ballena y José Ignacio. “Se trata de una oferta que antes no existía: condo-hoteles como Las Piedras y Hotel Fasano (foto, abajo), el cual comprende una villa ubicada en un campo de 500 hectáreas y dotada con el mismo equipamiento de un hotel”, aseguró.

Otra alternativa similar es Villalagos (foto, abajo) que, de acuerdo a Sorhobigarat, “consiste en un proyecto con casas minimalistas ubicadas sobre 100 hectáreas cerca de Punta Piedras”. “Las chacras dan sobre lagos y también poseen vista al mar. En esos casos, hablamos de propiedades de entre u$s3 millones y u$s3,5 millones”, dijo.

Confluencia
Consultado sobre el área que hoy concentra las principales transacciones inmobiliarias en Punta del Este, Sorhobigarat, sostuvo “hay un redireccionamiento hacia espacios no tan desarrollados como la faja costera que va de La Barra a San Ignacio”.

Asimismo, el ejecutivo destacó la presencia de inversores procedentes de provincias argentinas como Santa Fe, Córdoba y Tucumán.

“Es una tendencia que ha crecido en los últimos cuatro años. Promueven desarrollos intermedios, no muy caros, y por lo general orientados a clientes y turistas de esas mismas provincias. Se trata de gente que dejó de invertir en la Argentina y, como tantos otros, buscan protección en otro país. En ese caso, la estabilidad institucional de Uruguay garantiza esa seguridad”, concluyó