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El “dólar de Obama” cobra nuevos bríos en el mundo y mete presión al mercado local

El 20 de enero de 2009 no fue un día más ni mucho menos. Tampoco una fecha que haya pasado desapercibida para los gobernantes, ministros y empresarios del mundo entero.

Barack Obama tomó el timón de la principal economía del mundo, ahora sumergida en una de las crisis más profundas de su historia. Y a partir de ese entonces, deberá ser él quien capitanee la turbulencia.

A diferencia de otros mandatarios que en sus primeros discursos buscan inyectar una ola de optimismo y mostrar un panorama alentador, sus mensajes se caracterizaron por la crudeza para pintar el negro panorama que se avecina.

Y, en su afán de convencer a los ciudadanos para que se preparen a ver una de las peores películas de terror, hasta la fecha el mandatario ha mantenido esa línea en el discurso.

“La situación no puede ser más grave”, “La crisis dejó en la calle a 3.000.000 de personas y la mitad de estos empleos se perdieron en los últimos dos meses” y “Si no actuamos rápidamente esta crisis pasará a ser una catástrofe” son algunas de las frases que pronunció Obama a una sociedad acostumbrada a que sus gobernantes les digan la verdad.

En otros países, discursos de este tenor hubiesen provocado una devaluación tal de la moneda local y una corrida cambiaria de semejante magnitud difícilmente resistible.

Pero a pesar de estos mensajes apocalípticos lanzados por el propio presidente de EE.UU. y de indicadores económicos que muestran que el escenario recesivo (caída del 3,8% en el último trimestre) es el peor desde 1982, el dólar se fortalece cada vez más.

En este sentido, los analistas consultados por iProfesional.com coinciden en preguntarse qué pasará con el billete verde cuando Estados Unidos comience a estabilizar la situación, si por estos días -con indicadores que caen como bombas y una crudeza poco vista en el discurso oficial- cotiza entre 1,20 y 1,30 frente al euro y viene bajando desde los 1,622 que llegó a estar a mediados de julio del año pasado.

Dólar: más crisis, más valor
Al respecto, el especialista en temas internacionales, Jorge Castro, explicó a iProfesional.com el porqué de la recuperación de la moneda norteamericana en medio de la crisis más profunda de los últimos años.

“El valor del dólar crece desde septiembre, cuando estalló la crisis internacional. Esto se da por el ingreso de divisas que recibe Estados Unidos de todo el mundo, que en lugar de disminuir fue en aumento”, comentó Castro.

“El sistema financiero mundial se divide entre ese país, que recibe el 75% del flujo de capitales que se mueven a nivel global, y el resto”, añadió.

Para Castro, hay que tener en cuenta que el déficit fiscal norteamericano, que se mide de octubre a octubre, supera los u$s1.2 trillones y entre el 50% y el 60% está financiado desde el exterior.

En tanto, desde la crisis financiera en adelante el dólar se fortaleció no solo en relación al euro sino también a otras monedas como la libra y los dólares canadienses y australianos.

Según los especialistas, para explicar esta apreciación se debe tener en cuenta que:

* En el sistema internacional la moneda de reserva es el dólar estadounidense

* La corrección que tuvo el déficit de cuenta corriente de EE.UU.

* La caída del precio del petróleo

“El dólar se ha venido fortaleciendo mucho debido a que en gran parte el déficit de cuenta corriente se ha venido corrigiendo y lo ayuda la caída del precio del petróleo”, explicó el economista Miguel Kiguel en diálogo con iProfesional.com.

“El período del dólar superdébil terminó. Lo veo estabilizándose en los valores actuales”, aseguró Kiguel.

“El dólar dejo de ser de EE.UU. y se convirtió en la moneda internacional en su condición de unidad de reserva y en su condición de transacción comercial”, sintetizó Castro.

Por esta razón, para el economista Enrique Dentice de la Universidad de San Martín (UNSAM) el dólar va a seguir al alza durante el 2009 frente a la mayoría de las monedas, en especial el euro.

“La moneda europea no tiene una posición demasiado sólida, tiene una posición irreflexiva respecto al comercio y también en nivel interno”, especificó el analista.

Con este pronostico coincidió el ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Claudio Loser, quien al ser consultado vaticinó que el dólar se mantendrá firme y podría fortalecerse respecto al euro.

Ahora es el turno de Europa
Son varios los expertos que consideran que la economía estadounidense ya “desangró”, que las principales empresas y entidades financieras sinceraron gran parte de sus pérdidas, los balances fueron a la baja y que ahora es el turno de Europa, que aún deberá transitar un gran trecho de ese duro camino.

Pero en este caso, la existencia de una moneda en común, con una única tasa de interés – fijada por el Banco Central Europeo (BCE)- válida para los distintos países puede jugar en contra. Ocurre que la situación de cada uno de ellos resulta ser bien distinta tanto en términos económicos como fiscales y comerciales.

El tipo de interés que se regule puede, en consecuencia, resultar conveniente para unos y empantanarle la salida a otros (desde su creación, el euro no ha tenido que toparse, hasta ahora, con una crisis mundial de semejante mangnitud como la actual).

“El hecho de que haya tanta gente que se este yendo a inversiones en dólares hace pensar que tiene bastante confianza en la capacidad de mantenerse fuerte”, determinó Loser, para luego explicar que “Europa con una recesión ampliándose más allá de lo que se pensaba va a hacer que el euro se mantenga relativamente débil”.

El economista de Deloitte Miguel Ángel Arrigoni brindó otra razón para explicar la apreciación de la divisa norteamericana: “El euro se va a seguir devaluando porque es lógico que quieran competir con Estados Unidos y fomentar sus exportaciones”.

Problemas en la mira
Si bien el dólar ha recuperado lugar frente al euro en los últimos meses, esto no aleja a la economía estadounidense de las dificultades, tal como sucedió hasta el momento.

“Hoy no encontró su piso la contracción de la economía, que seguirá en el primer trimestre de 2009. Además, el crecimiento de ese país se basa, el 75% en el consumo individual y los datos de enero ya corroboran que está cayendo”, advirtió Castro.

El economista Orlando Ferreres, titular del estudio que lleva su nombre, estimó que la divisa norteamericana se mantendrá alrededor de u$s1.25 por euro.

Según Aldo Abram, director de la consultora Exante, la recuperación de la moneda norteamericana se explica por el incremento de la incertidumbre internacional. El economista explicó que muchos esperan la baja de tasas del Banco Central Europeo y eso hace que apuesten al dólar.

Dificultades de previsión
Los economistas consideran que el contexto de crisis dificulta la estimación de los tipos de cambio porque dependen de las políticas monetarias que se implanten tanto en EE.UU como en Europa.

“Justamente hoy en día estamos en un marco macro mundial donde tanto la FED como el BCE están haciendo políticas expansivas y activas con objetivo de amortiguar el efecto de la crisis financiera en la economía real”, comentó Diego Giacomini, especialista de Economía y Regiones.

En este escenario, la lógica es que el banco que emita más, genere que su moneda se deprecie respecto a la otra en el largo plazo. “El dólar estaba 1,60 respecto al euro en la segunda mitad del año pasado y esta crisis provocó aversión al riesgo y fly to quality. Es decir, los inversores se fueron a lo más seguro que son el dólar y los bonos del tesoro norteamericano, lo que explica la demanda de ese billete”, desarrolló Giacomini.

Un dato que preocupa a varios analistas internacionales es que, en su búsqueda como refugio, la demanda de bonos del tesoro norteamericano por parte de los inversores ha sido tan tan abrumadora que la tasa de interés que pagan es bajísima, y temen que esto de lugar al estallido de una nueva burbuja cuando decidan mudar sus tenencias a otros activos de mayor rendimiento. (Ver nota: El mundo de las finanzas pronostica el estallido de una nueva burbuja).

Impacto local
Los expertos coinciden que más allá del impacto de la “era Obama”, lo que pase en la Argentina con la moneda está vinculado principalmente al precio de las commodities, a la reducción de las exportaciones y a la falta de confianza.

En este sentido, coinciden que el peso se devaluará y que el dólar flotará entre los $3,80 y $4,10 el resto del año.

Al ser consultados, los analistas consultados por iProfesional.com, hicieron referencia a que la suba del billete verde se dará en tres etapas:

* Un primer trimestre con leve alza

* Un amesetamiento: producto de la liquidación de dólares de los exportadores, en abril y mayo, y al manejo del Central en el período preelectoral

* Un ajuste: tras las elecciones legislativas de octubre, y por las necesidades de esta divisa por parte del Estado para pagar la deuda pública

Vale decir, proyectan una apreciación de la moneda norteamericana (y una presión mayor para que esto suceda) para finales del año en curso, impulsada por las propias necesidades de caja del Gobierno (Ver nota: La suerte está echada a favor de la suba del dólar, pero antes deberá transitar tres etapas).

Gabriel Caamaño, economista de Joaquín Ledesma y Asociado, explicó que en el mercado local es fundamental buscar soluciones al tipo de cambio porque suma presiones recesivas y fogonea la suba de capitales.

“Si el tipo de cambio se hubiera ajustado no habría tanta desconfianza. A corto plazo tendría que estar entre los $3.50 y los $3.60 para que reduzca las presiones recesivas y luego avance a los 3.80 pesos”, comentó.

Por otro lado, agregó que si el dólar se fortalece en el mundo se reducirá el comercio de la Argentina porque tanto en la región (Brasil y Chile), como en Europa, sus monedas se depreciaron.

“Si no permitimos la depreciación local nos encarecemos con respecto a Europa y sumamos más presiones al peso”, señaló Caamaño, en alusión a la política de flotación administrada que realiza el BCRA, no así otros países.

“A nivel local, la presión fuerte fue el año pasado. Si el real se mantiene en estos niveles el peso va a seguir depreciándose para acompañar la inflación que no desapareció”, vaticinó Kiguel.

“El peso no es el tipo de cambio alto del pasado. No es recomendable dejar que se fortalezca demasiado”, aconsejó el economista.

Para Arrigoni y Giacomini, a nivel local el peso se seguirá devaluando pero de manera prudente.

“El Central va a convalidar una depreciación con pies de plomo y el dólar estará en torno a $3.80 a fin de año”, concluyó Giacomini.