La ministra de Industria y Turismo, Débora Giorgi, firmó una resolución por la cual se suspende por tres meses la aplicación de licencias no automáticas para los neumáticos utilizados en las ruedas de camiones y de maquinaria agrícola.
La misma medida determina también la agilización en los trámites para ingresar al país al resto de los modelos de neumáticos.
“La cosecha que se aproxima generó la necesidad de que quienes trabajan en la recolección como en el transporte de los granos, cuenten con los elementos en tiempo y forma”, dijo Giorgi. Para la presente cosecha gruesa se estima que se generarán más de cuatro millones de fletes en camión.
La ministra explicó que la Secretaría de Industria de la Nación continuará con el monitoreo del flujo de las importaciones de neumáticos para autos y camionetas a través de las Licencias No Automáticas, pero –a partir de la resolución que se publicará esta semana en el Boletín Oficial- se permitirá que las empresas que importan neumáticos logren una logística más ágil.
La titular de Industria y Turismo afirmó que la agilización de la gestión de las LNA surgió en consenso con todos los integrantes de la cadena del sector de neumáticos y a partir “de la excelente reacción del sector automotriz en el contexto de la recuperación económica de Argentina después de la crisis internacional”.
No obstante de la resolución, Argentina sigue adelante con una investigación antidumping contra la importación de neumáticos provenientes de China.
Reclamos
La aplicación de estas medidas provocó fuertes diferencias dentro del sector empresario.
De hecho, en abril de 2009, Fate (cuyos dueños también controlan Aluar) se separó de la Cámara de la Industria del Neumático, conformada además por las internacionales Bridgestone y Pirelli.
Sucede que, si bien las tres empresas fabrican en el país, únicamente Fate concentra todo el negocio en la Argentina.
El problema que surgió es que las firmas japonesa e italiana tuvieron numerosos inconvenientes para ingresar neumáticos importados, de modo que Fate fue la gran beneficiada.
El problema es que los dueños de Fate, al ser también dueños de Aluar, tras la estatización de las AFJP tuvieron al Estado como socio.
Los competidores de la firma se quejaban de que no se podían reglamentar licencias y al mismo tiempo una empresa relacionada con la esfera oficial fuera la única beneficiada.
