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El humor como clave del engagement

El humor inteligente es un bien preciado que, bien empleado, puede ayudar a la marca a salir airosa de una situación comprometida


Si una imagen vale más que mil palabras, una imagen que sea capaz de arrancar una sonrisa a su destinatario tiene un valor incalculable. Una sonrisa inesperada, una carcajada irreprimible, son la consecuencia del humor, el valor más apreciado en la comunicación.

La risa genera empatía, complicidad; valores que se atribuyen al emisor del mensaje. El humor ha sido considerado siempre un ingrediente muy importante dentro de la publicidad. Su aplicación se ha trasladado a las redes sociales.

Las redes sociales son un escenario abierto al humor. Los propios usuarios comenzaron a emplearlo, y han sido las marcas quienes han secundado esta iniciativa, aunque todavía con cierto reparo.

Sin embargo, este tipo de actuaciones no deja de generar controversia ¿hasta qué punto es adecuado adoptar este tono en la comunicación. El ansia por generar el deseado efecto viral no debe empañar la calidad en la comunicación, ni poner en entredicho la efectividad de la estrategia.

En cambio, son muchas las situaciones en las que se puede emplear el humor para conectar con el cliente, sin poner en peligro por ello la imagen de la empresa; ni correr el riesgo de que el cliente no entienda la postura de la marca, generando con ello el tan ansiado engagement; un acercamiento entre ambos mundos.

El humor inteligente es un bien preciado que, bien empleado, puede ayudar a la marca a salir airosa de una situación comprometida, además de denotar profesionalidad y saber hacer por parte del departamento de Social media. No se trata de ser Borges, ni Groucho Marx, pero sin duda ayudaría mucho seguir su ejemplo. Su particular visión de la realidad nos ayudaría a empatizar, a conectar con el cliente, y a ganarnos su confianza.

Por tanto, rompamos una lanza en favor del humor, una apuesta por la sonrisa frente a la rigidez que hasta ahora ha caracterizado a las empresas. En definitiva, una voluntad de acercamiento, una preocupación por satisfacer al cliente, por mejorar su experiencia con la marca, desde un punto de vista más humano.