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El INV insiste en junio para liberar los vinos

El presidente del INV, Raúl Guiñazú, insistió ayer en que no hay razones para modificar el criterio técnico de la fecha de liberación de los vinos nuevos, que está establecida para el 1º de junio próximo: “Prima el criterio técnico enológico y no hay razones comerciales que justifiquen un cambio de esa mecánica, que le agrega previsibilidad al sistema”, dijo el funcionario. Guiñazú respondió así a los requerimientos de entidades de viñateros de San Juan y del Este mendocino que insisten en que debiera postergarse la salida de los vinos de la última cosecha, para promover una restricción en la oferta y por ende una recomposición de los alicaídos precios de los vinos básicos escurridos.

Sobre el grado alcohólico de comercialización de los vinos nuevos, anticipó que “habrá que esperar el chequeo de final de cosecha”, pero también será -dijo- “una determinación estrictamente técnica y no de manejo político”.

Guiñazú llamó a conferencia de prensa para precisar algunos datos sobre la superficie implantada con viñedos en el país, a raíz de lo que definió como “dispares interpretaciones” de las estadísticas sobre la evolución de cepajes y viñedos de los últimos días, en el marco del planteo de planificar o limitar la implantación de nuevas viñas.

Los datos difundidos por el titular del INV son los mismos que anticipó a DIARIO de CUYO el 10 de abril último, en ocasión de la visita del Secretario de Agricultura, Javier de Urquiza.

Guiñazú reiteró ayer que “no hay razones para la alarma, aunque es razonable que se haga un chequeo y se planifique una política sobre la superficie implantada y adoptar las medidas que más nos convengan”.

Viñedos
Hasta fines del 2005 había 218.590 hectáreas en producción, lo que implica un crecimiento del 3,9 % respecto de 1990 y del 8,6 5 % sobre el 2000. Estimó que -provisoriamente hasta el chequeo que se hará luego de concluida la actual cosecha- la cifra al 2006 rondará las 221.709 hectáreas.

Los datos, de todas maneras serán precisados ahora, al terminar la cosecha, para depurar los padrones a los días actuales.

Guiñazú aclaró que “se está discutiendo un plan de consenso sobre viñedos, no para prohibir lisa y llanamente, sino para planificar la evolución de los viñedos, en función de nuestras estrategias que toda la vitivinicultura se ha dado en el PEVI y de la evolución de los mercados y de las propuestas de integración, en la mesa en la que estamos sentados todos los sectores involucrados en la vitivinicultura, públicos y privados, gobiernos provinciales y organismos técnicos”.

A fines del 2005, Mendoza tenía 152.927 hectáreas registradas y San Juan 48.030. Anticipó que inmediatamente de terminada esta cosecha habrá un chequeo de depuración para ajustar las cifras a la superficie actual, por los nuevos viñedos que entran en producción y para dar de baja a los que ya no producen. Destacó el proceso de reconversión con una clara mejora de las variedades finas de vinificar y una notable baja de las variedades más rústicas.

Por ejemplo, según Guiñazú, la superficie de variedades de alta calidad enológica era en 1990 del 36 % del total y que en el 2005 llegó a 60 %. En Mendoza, las de alta calidad sumaban el año pasado 95.247 hectáreas y en San Juan 17.092.