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El paro desde la vidriera: por menor afluencia de público los comercios vendieron hasta un 50% menos

Las calles vacías complicaron aún más la facturación de los locales de indumentaria. En diálogo con este medio, empresarios explican por qué decidieron abrir y anticipan una fuerte caída en las compras de agosto  


“Tuvimos que abrir igual porque, en un escenario como el actual, no podemos darnos el lujo de bajar la persiana”, se lamentaba un comerciante el jueves a media tarde, cuando ya advertía los efectos del paro sobre las ventas de su negocio.

El dueño del local de calzado explicó a este medio las razones por las cuales se vio impulsado a no colgar el cartel de “cerrado”, a pesar de tratarse de un día que se sabía que sería pobre en materia de facturación.

En primer lugar, “todavía tenemos que colocar toda la mercadería que nos quedó del invierno”, tarea que se tornó prácticamente una misión imposible durante la semana pasada cuando -en pleno agosto- las temperaturas llegaron a superar los 30°.

Por otro lado, las complicaciones que hoy encuentran los dueños de locales para vender no les permiten dejar pasar el tiempo y mucho menos arriesgarse a perder ninguna venta de manos de la competencia.

En este punto, Fabián Castillo, titular de la Federación de Centros Comerciales a Cielo Abierto (FCCA), destaca que “si el empresario cierra, sabe que las personas le compran al de al lado”.

Pero, a pesar de tener las puertas abiertas, este jueves los comercios sufrieron las consecuencias de un día en el que circuló menos gente por la calle y las pocas compras que se hicieron estuvieron concentradas en las cercanías del hogar.

Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Vicente Lourenzo divide el escenario en dos:

• Los comercios barriales, que “tuvieron más afluencia de público, principalmente en el caso de aquellos locales que venden productos comestibles”.

• Los negocios de microcentro y ubicados en zonas habitualmente más transitadas que, según explica el empresario, “fueron los más afectados durante la jornada del paro, dado que su facturación al cierre del día estuvo entre un 40% y un 50% debajo de la de un día común”.

“No sólo hubo más afluencia de público, sino que además la gente se limitó a llevar sólo lo que fuera necesario y las personas intentaron moverse lo menos posible”, dice Castillo.

Los comerciantes destacan que el rubro más afectado fue indumentaria ya que “todas las compras que pudieron postergarse, se postergaron”, resume el ejecutivo de la FFCA.

“Hoy es un día muerto, no entró nadie en toda la mañana”, comentó a iProfesional la empleada de un local de la firma de indumentaria Sora, que cuenta con 4 sucursales en Capital Federal y Gran Buenos Aires.

También desde un negocio que comercializa calzado ubicado sobre la calle El Salvador, en pleno Palermo Hollywood, notaron una merma en las ventas debido a la protesta.

Consultados por este medio, en el local señalaron que “entró muy poca gente hoy, no hay nadie en la calle”.

Pero los argentinos no sólo postergaron la compra de ropa este jueves, sino que también redujeron el consumo en otros rubros.

La encargada de una panadería de Colegiales, ubicada sobre la calle J. Newbery admitió que “hasta el mediodía, no entró casi nadie al local, todo estuvo muerto”.

Los más afectados
Si bien las calles con menos gente se hicieron sentir en todos los locales comerciales, según explican los dueños de negocios el efecto en términos de menores ventas tuvo un impacto todavía más fuerte en el caso de aquellos comercios que están ubicados sobre las grandes avenidas.

“En las calles que habitualmente reciben más afluencia de público es donde más se notó la diferencia de un día común con la sequía que hubo este jueves”, apunta Castillo.

Otra de las razones por las que el golpe a las ventas fue aún mayor tiene que ver con el día de la semana que se eligió para realizar la protesta.

Sucede que “generalmente, jueves y viernes son los días de la semana en que más se vende, a diferencia de lunes, martes y miércoles en que la gente todavía se está recuperando de sus gastos del fin de semana”, señala el secretario de la FCCA.

“Una mancha más al tigre”
Un día de ventas muy flojas no sería algo grave en un escenario de auge en el consumo.

Sin embargo, en un contexto como el actual, en que las ventas vienen cayendo con fuerza -la baja en comercios minoristas fue superior al 9% en el mes de julio, según datos de la CAME- resulta un motivo más de preocupación para los dueños de locales.

De hecho, según información de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), en la ciudad de Buenos Aires se registra un promedio de 1,3 locales en alquiler cerrados por cuadra.

Esta tendencia tiende a acentuarse aún más en el caso de las grandes avenidas tales como la calle Corrientes -en la que disminuyó el 85% de ocupación entre agosto de 2013 y abril de este año- y Santa Fe -en la cual se contrajo un 25% el total de locales-.

En un contexto de retracción del gasto y cierres de comercios, la huelga no contribuyó. “Ya se venía vendiendo menos este año y el paro no nos ayudó”, dice a iProfesional Castillo. Y agrega, en la misma línea, que además este jueves se sumaron otros inconvenientes de tipo operativo, dado que “los bancos no funcionaron y muchos cajeros no entregaban cash”.

Un agosto frío, en ventas
Un jueves de ventas flojas a fines de agosto es un gran problema para los empresarios que vienen arrastrando una fuerte caída.

Sucede que “estamos a fin de mes y se necesita más que nunca recaudar dinero”, destaca en diálogo con iProfesional Lourenzo.

Y señala que otra cuestión que empujó las ventas hacia abajo en las últimas semanas fue el hecho de que “las temperaturas en agosto se ubicaron en promedio entre los 15% y los 20%, lo cual dificultó aún más la colocación de la mercadería de otoño-invierno que está en liquidación”.

Los principales afectados en este escenario, dice el ejecutivo de CAME, fueron “los locales que comercializan indumentaria y calzado”.

Si bien hasta el momento no están cerrados los números de este mes, Lourenzo anticipa que “la caída en ventas fue muy fuerte”.

Es por eso que la medida de fuerza del jueves complicó aún más la situación que padecen los dueños de los locales.

En palabras del empresario, “lo que hizo el paro fue echar aún más leña al fuego”.