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El Perfeccionismo o Autoexigencia

La autoexigencia o el perfeccionismo son aspectos de la personalidad que muchos adultos y niños tienen y ¡padecen!. Si bien pareciera ser un rasgo positivo en la personalidad, y en muchos aspectos lo es, también acarrea un monto de tensión y sufrimiento para quien lo padece. Esta tendencia perfeccionista puede verse aplicada a alguna área de la vida o bien a todas: hay quienes son autoexigentes en la vida laboral y no en otras áreas, hay quienes lo son en su vida afectiva o relaciones sociales y hay quienes lo son el todas las áreas de su vida. Desde ya que cuantas mas áreas de la vida abarque esta característica, mucho mayor es el nivel de tensión. Estas, suelen ser personas con ansiedad elevada y el perfeccionismo es su compañero de ruta.

Pasaremos a describir algunas características de la persona con autoexigencia y le propongo que al leerlas vaya registrando si usted se identifica con esta descripción.

* La persona perfeccionista es alguien que suele fijarse objetivos muy altos, tan alto que suele dificultarse su concreción. O bien, para realizarlos debe dedicarle mucho tiempo, energía y lo hace con un alto grado de tensión. Cuando interrogamos a esta persona, esta no suele darse cuenta de lo desmesurado de su objetivo, pero sus familiares y amigos íntimos si lo notan.

* Otra característica importante es el tipo de pensamiento, que se basa en dos principios básicos: todo-nada y debería-debo. Esto uno lo puede detectar en el discurso, donde podemos encontrar frases como: “todo lo que hago esta mal”, o “debería terminar el trabajo y no llego, lo voy a hacer mal”.

* La percepción de la realidad también se ve influida por un mecanismo selectivo donde se tiende a percibir en pequeños detalles, defectos y errores. Los aciertos, logros suelen pasar desapercibidos o son vividos como insignificantes.

* La persona autoexigente no soporta cometer errores.

¿Por qué hablamos de padecer el perfeccionismo?
Porque si bien podemos pensar que ser perfeccionista nos ayudaría a concretar mejor nuestros proyectos o tareas, esto no necesariamente es así. Al ser tan altos los objetivos propuestos, estos se tornan difíciles de realizar. Al no poder lograrlo, se frustra y como consecuencia la autoestima disminuye, aparecen auto reproches, desaprobación, mal ánimo, frustración. Cuando este circuito se repite, la persona comienza a no querer tomar desafíos nuevos para no sentirse mal y así la vida de va haciendo rutinaria, monótona.

Para desarticular el mandato perfeccionista es importante tener presente que:

* La idea de la perfección es imposible.

* El valor de una persona no depende de sus logros o éxitos. Si bien todos queremos ser aceptados, valorados y queridos, estos afectos no son intrínsecos al éxito laboral, económico etc. Quienes nos quieren, lo hacen por lo que somos, no por lo que hacemos o como nos va.

* Pensar que equivocarse es una parte del proceso de aprendizaje. Se aprende por ensayo y error: desde el aprender a caminar: me caigo y me levanto tantas veces como sea necesario. Equivocarse es humano. Si bien hay errores lamentables, la mayoría de los errores que podemos llegar a cometer en un día, no suelen tener consecuencias trágicas, irremediables. Hay que saber que la gran mayoría de los errores se pueden subsanar, reparar, remediar. Si bien es verdad que a nadie le gusta equivocarse, que puede ser molesto o fastidioso, tenemos que aprender a mirarnos con más cariño y no castigarnos tanto por un error: de los errores también se aprende. Desdramatizar los errores y lo trágico de la realidad. Ser más tolerante con nosotros mismos.

* Centrar mas la atención en las cosas buenas que nos pasan que en rastrear lo mas negativo.

* Eliminar de nuestro vocabulario el “si, pero…”. Prestemos atención y veamos si encontramos frases como: “ la fiesta estuvo linda, pero la comida llego fría”, “en el examen me fue bien, pero tartamudee y transpire mucho al hablar”. Son ejemplos de frases de personas perfeccionistas donde vemos claramente como algo negativo empaña la sensación positiva.

* Hacer una evaluación realista de nuestros objetivos y / o proyectos, y diferenciarlo del deseo y del ideal. No solo por “querer hacer algo” voy a poder hacerlo. Conjuntamente con esta evaluación realista de los objetivos hay que hacer una evaluación realista de los recursos, desde las capacidades y aptitudes personales, hasta las posibilidades económicas, sociales de tiempo y demás. “querer no siempre es poder”.

* Baje la pretensión de sus objetivos: Como? Primero plantee los objetivos tal como le salen espontáneamente, luego en un segundo paso, reste un porcentaje a ello: por ejemplo si se propuso estudiar y leer 100 páginas para el día siguiente, conténtese con leer 80.

* Hay diferentes formas de hacer las cosas: mal, regular, bien, mas o menos, muy bien, excelente. Propóngase hacer las cosas “bien” o “muy bien”, no excelentes.

* A la hora de encarar un proyecto o una tarea, subdivídalo en partes, etapas pasos. Esto le permitirá hacerlos mas posibles, descansar entre intervalos, y pensar en como lo esta haciendo, teniendo tiempo de maniobrar al respecto.

Importante:
La persona auto exigente es una persona que esta muy pendiente de hacer todo lo que tiene que hacer y hacerlo excelentemente bien.

No esta mal desear la excelencia siempre y cuando uno no pierda de vista el sentido de lo que hace y adecuándolo a las posibilidades, recursos y limites de quien lo llevara a cabo.

Propóngase no preocuparse tanto por los resultados, sino estar mas atento al proceso, ponga el acento en el sentido que para usted tienen las cosas y déle a estas la importancia que verdaderamente tienen.