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El recambio de heladeras, frenado

“No queda nada; tendrían que llegar, pero nos enteramos por los diarios.” Esa es la respuesta con la que hoy se encuentran los interesados en comprar alguna de las heladeras del plan de renovación del Gobierno. Más conocido como “plan canje”, consiste en la entrega de ese tipo de electrodoméstico usado a cambio de uno nuevo, de bajo consumo, a un precio de 1440 pesos.

Los refrigeradores que existían al momento del anuncio, realizado por Cristina Fernández de Kirchner el 18 de diciembre, fueron comprados en pocos días. Desde entonces hubo pocas reposiciones, que desaparecieron en horas de los negocios.

Claro que esta situación se da en las cadenas comerciales de las principales ciudades. En el interior, y principalmente en los pequeños comercios, las heladeras del plan están demoradas. Sucede que las fábricas priorizan a sus clientes más importantes a medida que cuentan con stock.

Según los fabricantes agrupados en la Cámara Argentina de Industrias de Refrigeración y Aire Acondicionado (Cairaa), a mediados de febrero se normalizará el abastecimiento de estos productos en toda la Argentina. El ente representa a las seis marcas participantes en el programa: Briket, Philco, Patrick, Gafa, Bambi y Columbia.

“Esta medida nos encontró en medio de feriados y vacaciones. Pero estamos haciendo un gran esfuerzo, tanto fabricantes como proveedores, para adaptar rápidamente nuestra producción y cubrir la demanda”, dijo a LA NACION el presidente de Cairaa, Roberto Lenzi.

Otros empresarios que pidieron reserva de su nombre relataron que, al momento del anuncio, las fábricas necesitaban al menos 20 días para preparar la producción. La respuesta del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, fue tajante: “Lo tienen que largar ahora”, les contestó.

A cargo de la empresa rosarina Briket, Lenzi destacó que en un mes fueron vendidas más de 6000 unidades y que el anuncio movilizó el interés de la gente que tenía heladeras usadas, pero que no se conoce aún el efecto que el plan tendrá en el sector.

“Es muy apresurado pensar que va a solucionar nuestros problemas, porque todavía no sabemos si se generarán nuevas ventas o se sustituirán las de verano, nuestra mejor temporada”, expresó.
Dudas y preocupaciones

Carlos Odisio, gerente de Bambi, consideró prematuro sacar conclusiones, aunque destacó que están en una mejor situación que la prevista en 2008. “Hoy estamos en un nivel aceptable, pero proyectamos un achicamiento para marzo o abril, derivado de una posible baja del PBI. El modelo que entra en el canje no tiene una incidencia determinante en la producción.”

La preocupación de Odisio y de otros empresarios pasa por el ingreso de productos importados de China y Brasil. De hecho, en los negocios del centro de Buenos Aires recorridos por LA NACION se promocionaban heladeras importadas a valores similares o más bajos que los del plan.

Para Lenzi, surgieron problemas por falta de coordinación. “Hay cierta desprolijidad. Sabemos de comerciantes que ofrecen productos brasileños como si fueran del plan de renovación simplemente para reducir su stock”, deslizó.

También se modifican algunos modelos existentes para acercarlos al precio del canje. En Rodó, por ejemplo, una heladera Gafa que antes se vendía a 1680 pesos, se ofrecía sin accesorios a $ 1440 de contado.

El objetivo es vender y evitar que se vaya el cliente. “La gente no compra otras marcas, espera que lleguen las del plan: no hay producto que compita en precio y financiación”, opinó uno de los responsables de ventas de la sucursal Florida de Garbarino. Mario Molina, gerente industrial de Philco, observó: “Después de la baja en las ventas de noviembre de 2007 y los problemas de distribución durante el conflicto del campo, hoy suponemos que muchos dejaron de comprar esperando la heladera del canje, que cuesta entre 500 y 700 pesos menos”.

De todos modos, los directivos evitaron hablar de una disminución de las operaciones similar a la que se produjo con el plan de autos durante diciembre.

También niegan que se estén “abaratando costos” para que las heladeras se ajusten a los 1030 pesos a las que son vendidas a los comercios.

“Trabajamos sobre las plataformas existentes, sin modificar componentes; las reducciones pasan por quitar accesorios y calcomanías de publicidad”, argumentó Ricardo Canevaro, directivo de Columbia.