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El reino del azar, ¿cómo manejar una empresa en el caótico mundo digital?

Internet es, probablemente, el ambiente de negocios más curioso de todos los tiempos. Sólo en la web, un veinteañero puede convertirse en millonario de la noche a la mañana (vea los casos de Mark Zuckerberg y Ashley Qualls).

Y sólo en la web, una exitosa empresa puede desaparecer en cuestión de meses ante el surgimiento de un competidor disruptivo que revoluciona las reglas de juego del negocio.

Por lo tanto, las leyes del management tradicional no siempre se aplican en el ambiente competitivo más volátil de la historia. ¿Cómo gestionar una empresa en el reino del caos? Veamos algunos consejos de un artículo de FastCompany…

1) Fracase rápido y siga adelante

En una industria tradicional, los fracasos suelen pagarse caro. El lanzamiento fallido de un nuevo producto puede costarle el puesto al gerente de marketing.

En Internet, los fracasos son la regla. Mientras antes falle usted, antes corregirá sus errores y más cerca estará del éxito. En la web, sólo prosperan empresas con una arraigada “cultura del fracaso”.

2) No pruebe los productos

En las industrias tradicionales, el desarrollo y testeo de un nuevo producto suelen insumir meses o años. Las empresas intentan asegurarse de que el artículo funcione a la perfección antes de lanzarlo al mercado.

En Internet, no hay tiempo (ni dinero) para largos desarrollos y pruebas. Unas pocas semanas de testeo deberían ser suficientes. Deje que los consumidores sean los “testers” y mejore el producto con su feed-back. Si usted se demora en el lanzamiento, seguramente la competencia le ganará de mano.

Google ha comprendido este punto a la perfección y mantiene a todos sus productos en fase de prueba continua (o “fase beta”, como le dicen en el universo digital).

3) Arme un presupuesto que considere la aleatoriedad

En una empresa tradicional, el 95 por ciento del presupuesto queda comprometido al principio del ejercicio y se va ejecutando prolijamente a lo largo del año fiscal.

Pero, en los negocios digitales, usted no puede darse este lujo. Súbitamente, puede aparecer un competidor inesperado que destruya todo su plan de marketing (la situación puede ser particularmente frustrante si este competidor es un adolescente que se dedica a su empresa cuando sale de la escuela).

Por lo tanto, una empresa de Internet necesita la máxima flexibilidad presupuestaria para responder velozmente a los cambios del ambiente competitivo.

El objetivo: dejar el 40 por ciento del presupuesto anual sin comprometer, para utilizarlo como un colchón para una imprevista (aunque inevitable) reorientación estratégica.