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El vino fino argentino resiste el golpe de la crisis y le roba mercados a Francia e Italia

Mientras usted está leyendo esta nota, consumidores de Estados Unidos están eligiendo, en supermercados y vinerías de Miami y Los Ángeles, botellas de malbec y chardonay.

La diferencia con lo que ocurría en años de bonanza, es que cada vez más estadounidenses dejan de lado las etiquetas provenientes de países tradicionalmente vitivinícolas del Viejo Mundo y se están volcando a varietales provenientes al mercado argentino, que está en pleno proceso de descubrimiento.

Nicolás Perinetti, responsable del departamento de vinos de ProMendoza, confirmó a iProfesional.com que las bodegas nacionales están experimentando un verdadero boom en EE.UU.

“Mes a mes crece la cantidad de de distribuidores de ese país que están sustituyendo importaciones provenientes de Europa por vinos provenientes de la Argentina”, explicó el experto.

En la misma línea, Ezequiel Barros, director de la consultora Caucasia Wine Thinking sostuvo que “la participación de los productos nacionales viene creciendo de manera sostenida, mientras que se está reduciendo la presencia de vinos de Francia e Italia”.

En efecto, el market share de la Argentina en el total importado por EE.UU. fue del 6% en 2008, dos puntos más que el año anterior. Con esta variación, se convirtió en el país que mayor crecimiento experimentó en ese mercado.

Una tendencia que se afianza
Los expertos coinciden en que esta excelente performance se mantendrá firme para todo 2009.

Sucede que, a pesar de que el mercado norteamericano fue el epicentro de la mayor crisis económica y financiera de las últimas décadas, paradójicamente fue allí donde encontraron la llave para sortear el temporal.

Efectivamente, durante el primer semestre las bodegas locales realizaron exportaciones de vino embotellado por más de u$s98 millones, esto implicó un salto de casi 40% en comparación con el mismo período del año pasado.

Como contrapartida, salvo Canadá, que también registró un buen nivel de demanda, el grueso de los mercados internacionales está disminuyendo las compras de vino argentino.

Paladares y bolsillos
Las razones que explican este descubrimiento de la marca país “Argentina” en el selecto universo vitivinícola estadounidense están dadas por el achicamiento de los bolsillos de los consumidores.

“El tipo de cambio hace que nuestros productos sean mucho más competitivos que los europeos”, explicó Perinetti.

Barros coincidió al afirmar que “la relación precio-calidad que ofrecen los productos argentinos son la clave para ganar terreno en este mercado”.

“Antes un consumidor estadounidense estaba dispuesto a pagar diariamente unos 25 a 30 dólares por botella y en ese rango encontraba buenos vinos franceses. En cambio, con la crisis, ahora busca alternativas de entre 10 y 15 dólares y en esa franja la Argentina da opciones excelentes”, agregó.

Perinetti coincidió con Barros al asegurar que “el consumidor de EE.UU. es muy innovador, y si bien nuestro país no es tan conocido como los tradicionales del viejo mundo, lo cierto es que los estadounidenses están cada vez más dispuestos a probar vinos novedosos”.

Así, indicó que “ayudamos a romper el paradigma de que las etiquetas europeas eran de mejor calidad, pero se encontraron con que el malbec, el principal varietal que exporta la Argentina y que ahora consume el estadounidense, es también una excelente opción”.

En este sentido, aseguró que “el malbec ha dejado de ser una moda en ese país para ser la alternativa con mejor calidad y precio para ellos y acá es donde tenemos una oportunidad para seguir creciendo”.

El especialista de ProMendoza destacó que “este es un momento clave, las bodegas argentinas tienen que seguir invirtiendo en la promoción y difusión de sus productos en este mercado, como lo han venido realizando con éxito hasta ahora”.

La otra cara
Los vinos embotellados -que crecieron gracias a la demanda de EE.UU.-, generaron ingresos en el primer semestre por cerca de u$s260 M, un 14% más que en el mismo período del año pasado.

Los responsables de esta excelente performance fueron 324 bodegas que exportaron botellas bajo 1.628 marcas distintas.

Sin embargo, el complejo vitivinícola argentino en general terminó con una caída de las ventas al exterior durante el primer semestre del orden del 34% en volúmenes y del 6% en valores.

Esto se debió a la floja performance del mosto, los vinos a granel y los fraccionados en tetra brik, debido a la caída de la demanda internacional, caída de la producción de uvas y la suba de costos de las bodegas argentinas, lo que les quitó competitividad, una variable determinante en el segmento de bajos precios.

Así, mientras la Argentina se vuelve cada vez más atractiva para los paladares del mundo en los vinos finos embotellados, decrece su participación mundial en los productos de menor calidad.

Según el informe de Caucasia Wine Thinking, “el vino a granel ya había comenzado a mostrar una tendencia decreciente en el último trimestre del año, que en este 2009 se vio fortalecida por la falta de compras de Rusia y China”.

“La coyuntura de precios internos y la baja en la producción han ayudad a esta caída, ya que tanto Rusia como China fueron compradores de vinos de bajo precio”, agrega.

En el caso del mosto, “la mala cosecha generó una importante escasez de producto, y a eso hay que sumarle una coyuntura mundial muy complicada”. En efecto, los cuatro principales mercados demandantes han mostrado una caída en sus compras de entre el 30 y 50%.

Además, el principal sustituto de esta materia prima, que es el jugo de manzana –principalmente el de origen chino-, se comercializa un 50% más barato que el mosto.

Por último, en el caso del tetra brik, la caída de casi 25% en volumen se explica por la menor demanda internacional. Rusia, uno de los principales mercados, reemplazó los vinos de baja gama argentinos por los provenientes de Sudáfrica y España.

Perinetti agregó que a la pérdida de competitividad de la Argentina en estos segmentos, se suman “los altos costos logísticos que tienen nuestros productores. Chile, en cambio, tiene puertos y una estructura de transporte internacional mucho más eficiente”.

Tal es así que, según el experto de ProMendoza, “puede costar más enviar un camión a Valparaíso para salir por el Pacífico que ir vía Buenos Aires”.

De cualquier manera, los cañones siguen apuntando a los vinos finos embotellados, donde, según Barros, “es muy probable que la tendencia positiva se mantenga para el resto del año”.

Incluso, aseguró que “es probable que la tasa de crecimiento de las exportaciones termine dos puntos arriba del 15 por ciento que mostró el primer semestre”.