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Empresarios con el agua al cuello: piden defender de la importación a 300 productos

Hasta el año pasado, de las plantas de Tierra del Fuego salían reproductores de DVD con el emblema “industria argentina”. Sin embargo, el fuerte incremento de la mano de obra derrumbó toda posibilidad de que estos equipos continuaran fluyendo de las líneas de ensamblaje argentinas y pasen a ser importados sin escalas desde Brasil y países asiáticos.

Esta situación, según los industriales consultados, se está viviendo en cada vez más sectores y responde a un mix que combina un dólar bajo y un fuerte aumento de los costos de producción.

De esta manera, los empresarios están en tránsito hacia una situación que consideran crítica: a los temores por el regreso de la bicicleta financiera se suma este cóctel de variables que bombardea las ventajas del tipo de cambio obtenidas tras la devaluación.

A tal punto crecen los temores que ya hablan de una verdadera “avalancha” de productos provenientes del exterior, miedo que se acentuó más aún luego de confirmarse que durante los cinco primeros meses del año las importaciones mostraron un crecimiento de casi 50 por ciento.

Si bien en un principio se habló de los sectores sensibles, tales como calzado, textiles, juguetes y marroquinería, ahora los nuevos rubros amenazados son más complejos y de muy alto valor agregado, como los bienes de capital, es decir, máquinas y herramientas (Ver nota: Cuáles son los sectores más afectados por la pérdida de competitividad)

De este modo, los empresarios argentinos lanzaron una agresiva “campaña” para que la protección de la industria nacional vuelva a dominar la agenda de las políticas públicas, un tema que durante meses había quedado relegado por el conflicto campo-Gobierno.

En este contexto, desde la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) -que nuclea a 56 cámaras-, adelantaron en exclusiva a infobaeprofesional.com que el Gobierno está evaluando un pedido para la protección de más de 300 productos con licencias no automáticas.

Se trata de una propuesta inédita y sin precedentes en materia de iniciativas industriales del sector privado.

“Desde ADIMRA le acabamos de entregar a la Secretaría de Industria un estudio en el que figuran más de 300 posiciones arancelarias de productos que han sufrido una mayor pérdida de competitividad y tienen mayor peligro de ser sustituidos por importaciones dentro del mercado interno”, sostuvo Sergio Vacca, vicepresidente de la entidad –en actual ejercicio de la presidencia tras la asunción de Juan Carlos Lascurain como titular de la Unión Industrial Argentina (UIA)-.

El detalle de los productos, según Vacca, por el momento es confidencial, dado que Industria está en plena tarea de evaluación. Sin embargo, sí aclaró que “este listado lo consensuamos entre todas las cámaras que componen la entidad e incluye bienes de capital, partes y accesorios”.

Dado que cada posición arancelaria –el “código” que se utiliza a nivel aduana para identificar un bien importado o exportado- puede incluir una gran cantidad de derivados de un producto, estas 300 posiciones pueden englobar a un número superior de bienes.

Qué son las licencias no automáticas
Estas medidas, contempladas por la Organización Mundial del Comercio, funcionan como una suerte de grifo que busca proteger a los sectores más “sensibles” de la economía.

Así, cuando el Gobierno considera que el flujo de importaciones pone en riesgo a la industria nacional, simplemente no las autoriza y el grifo se cierra.

Hoy en día en la Argentina se aplican estos instrumentos a juguetes, calzado, papel, artículos para el hogar, neumáticos para bicicletas, motos y pulóveres, marroquinería e insumos para el calzado.

Preocupación por la avanzada industrial
Sin embargo, esta avanzada de los empresarios argentinos contra la ola importadora con ese altísimo nivel de pedidos de licencias está causando sorpresa entre los referentes del sector.

Consultado por infobaeprofesional.com, el presidente de la Cámara de Importadores (CIRA), Diego Pérez Santisteban, sostuvo que “es un dato que nos parece preocupante”,

“Si los pedidos incluyen bienes de capital estamos hablando de una mala señal”, agregó el directivo, aunque estimó necesario “estudiar el listado de productos para sacar más conclusiones”.

Tendencia proteccionista en aumento
En diálogo con este medio, fuentes de la Secretaría de Industria confirmaron que “hay una tendencia por parte de la industria a pedir más medidas”.

“Al crecer la economía, aumentan las importaciones. Esto le da al empresario una mayor sensación de peligro y competencia que en algunos casos no pueden enfrentar por problemas de competitividad e inversión”, explicaron.

Por su parte, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Internacional y miembro del Comité Académico de la Fundación Standard Bank aseguró que “en la medida en que se vean afectados, va a haber mayor cantidad de pedidos de medidas antidumping y licencias no automáticas”.

“El protagonismo de la Secretaría de Industria va a aumentar, no hay dudas, porque en algunos sectores hay un achicamiento de márgenes, producto de la presión inflacionaria”, agregó Ochoa.

Un cóctel explosivo para la industria
Recientemente, en el marco de la Segunda Jornada de Debate sobre Coyuntura Económica y Política industrial, el titular de la UIA, Juan Carlos Lascurain, puso el énfasis en el tipo de cambio y encendió el alerta al asegurar que, “prácticamente, estamos al nivel del 1 a 1”. (Ver nota: Industriales, en peligro por el regreso de la temida “bicicleta financiera”)

Al trazar una radiografía del problema que viven los industriales, estas son las principales señales de alarma:

1-Inflación, el enemigo público número uno
El aumento de los costos laborales comienza a preocupar a los empresarios en un escenario donde las ventajas que habían encontrado tras la salida de la convertibilidad, comienzan a licuarse.

Tal como señala un reciente artículo de infobaeprofesional.com, los datos del mercado son contundentes. Mientras que en los últimos cinco años el salario por hora trabajada aumentó 224%, desde el cuarto trimestre de 2001 la productividad avanzó sólo 23 por ciento.

Para tener una noción del problema que enfrenta la industria:

* Entre el primer trimestre de 2007 y el mismo período de 2008, la suba de costos directos de producción de las pequeñas y medianas empresas fue del 50 por ciento.

* En este contexto, según un informe del Observatorio Pyme, el 93% de las empresas industriales registró incrementos en sus costos directos de producción por unidad de producto entre enero y marzo de 2008.

* Así, durante los tres primeros meses del año, casi el 70% de las compañías se vio obligada a incrementar los precios de sus productos por no poder absorber las subas.

* Sin embargo, este problema también impacta en las grandes compañías. Recientemente, Acindar, una de las mayores siderúrgicas del país, perdió exportaciones por 100.000 toneladas en lo que va del año a causa del aumento de costos.

* Arturo Acevedo, presidente de la firma que provee insumos a los sectores agrícola, industrial y de la construcción, aseguró que los cortes de energía, el aumento en los costos por ajustes salariales y un alza en el precio del mineral de hierro, fueron los principales factores que golpearon a la actividad.

2- Un tipo de cambio en apuros
Frente a este problema, mientras que los industriales hace meses afirmaban que era necesario un dólar de $4 para desalentar las importaciones y sostener la competitividad de los productos nacionales, ahora desde la UIA aseguran que los empresarios se conformarían con un tipo de cambio de $3,10-$3,15.

Sin embargo, esta “concesión” tiene su precio: como contrapartida le pidieron al Gobierno una inflación real en torno al 10% o menos, una meta compleja cuando son cada vez más los analistas que trazan un nivel para todo 2008 de entre un 25 y un 35%.

Por su parte, el director ejecutivo de la consultora Ecolatina, Ricardo Delgado, sostuvo que el dólar no está en los “niveles deseables para una economía que necesita retomar el impulso de crecimiento”, y juzgó incomprensible el actual tipo de cambio, en torno a los 3,04, “dentro de un modelo que se dice que protege a los sectores nacionales y que promueve la sustitución de importaciones”.

Desde la devaluación, el tipo de cambio fue la “barrera artificial” más efectiva para garantizar cuota del mercado interno a los productos nacionales.

Sin embargo, la suba de costos anteriormente detallada, sumado a la política del Banco Central (BCRA) que alienta un dólar “barato”, atentó contra ese colchón.

“Evidentemente, se diluyó gran parte de la ganancia que se logró al dejar el 1 a 1”, sintetizó Aldo Abram, director de la consultora Exante.

La principal víctima de esta escalada de costos es el Tipo de Cambio Real, que mide el precio relativo de los bienes y servicios de la Argentina con respecto a todos los países con los cuales se realizan transacciones comerciales.

Ochoa calculó que a fin de año el peso argentino se apreciará a tal punto que quedará en apenas $1,20 por cada dólar. Con respecto a la canasta de monedas, del $2,10 que calcula Ecolatina hoy en día, se pasará a 1,65 pesos.

Según Pérez Santisteban, “los subsidios cruzados que dio el Gobierno permitieron que algunos insumos y servicios no aumentaran tan rápido, pero ahora se están registrando subas y aquellas empresas que no aumentaron su competitividad van a sentir que vuelven al punto de partida, a la época del uno a uno”.

“Algunos sectores aumentaron su competitividad, pero está claro que otros ´aprovecharon la volada´ y no utilizaron la ocasión para invertir y ahora se les está acabando ese margen de maniobra”, agregó el especialista.

3-Consecuencias: boom importador
La consecuencia final de este cóctel es el aumento sin precedentes de las importaciones.

Desde ADIMRA aseguran que la industria nacional perdió el 20% del mercado y que, de continuar esta tendencia, otro 20% rápidamente quedará en manos de bienes importados.

De esta manera, alegan, se acabaría el fenómeno de sustitución de importaciones, uno de los caballitos de batalla de las administraciones Kirchner. Las señales más preocupantes son:

* Según un estudio del IERAL, la Argentina, a pesar de tener una moneda que continúa subvaluada, es uno de los emergentes monitoreados con mayor crecimiento de sus importaciones.

* El país se encuentra en el segundo puesto, con un crecimiento de 46% interanual de las importaciones en lo que va de 2008 respecto de igual período de 2007. De este modo, se encuentra muy por encima de emergentes tales como Chile, India e incluso China.

* Por otra parte, según Ecolatina, en el primer trimestre del año 63% de las importaciones corresponden a sectores en los que existe producción nacional.

* Frente a estas variables, el sector manufacturero argentino se encamina a cerrar este año el peor déficit de la balanza comercial de su historia.

* Según datos de la consultora Ecolatina, en 2007 el rojo alcanzó los u$s21.500 millones, con un incremento del orden del 40% respecto a 2006.

* Y, a la hora de las proyecciones, desde Ecosur Consultores, calculan que el déficit en 2008 trepará hasta los u$s27.000 millones, es decir, un 28% más que el año pasado, debido a cada vez más jugadores que quedan fuera de competencia.

Una mala señal
A modo de síntesis, Ochoa aseguró que las empresas solicitan protecciones ante “la pérdida de competitividad externa vía inflación y la jugada del BCRA de aplanar el dólar y secar la plaza en pesos, sumado a las perspectivas de recesión a corto plazo”.

Pero que la industria pida protección para más de 300 productos para el especialista es una mala señal: “Indica que no hay a mano otras medidas, un plan, y por eso los empresarios tratan de cubrir la coyuntura y evitar que no se comprometan más los márgenes”.

Sin embargo, Ochoa no dudó en asegurar que el dique que con tanto esfuerzo se intenta resguardar, “ya está roto”.