Tras algunos años de trabajo en relación de dependencia, se decidió a fundar su propia empresa.
Como cualquier emprendedor, no tenía demasiados recursos. Pero, al poco tiempo, alquiló una oficina en Puerto Madero.
“¿Te volviste loco?”, le dijo su esposa, “Esta excentricidad arruinará tu negocio”
“Quedate tranquila”, replicó él, “sé perfectamente lo que hago”.
De hecho, desde una perspectiva más amplia, aquella decisión era perfectamente racional.
Es cierto que, en los primeros tiempos de un negocio, el capital financiero es escaso y debe ser administrado con máxima prudencia.
Pero también es cierto que la empresa carece de activos intangibles fundamentales como una red de contactos, una marca y credibilidad en el mercado.
Fijar la mirada exclusivamente sobre los recursos financieros genera, desde luego, un incentivo a conseguir una pequeña oficina en una zona alejada.
Aunque, por otro lado, esta decisión perjudica las oportunidades de construir credibilidad.
Así, una investigación de Harvard advierte que la elección de la oficina no es una decisión trivial.
En efecto, algunas áreas tienen efectos simbólicos positivos que multiplican velozmente el valor de los intangibles.
Si usted quiere fundar una puntocom en los Estados Unidos, Silicon Valley parece un excelente lugar para instalarse (y no sólo por los derrames de conocimiento ni por la disponibilidad de mano de obra calificada).
Una tarjeta de presentación de Silicon Valley otorga la membresía a un selecto club.
Entonces, cuando usted se entreviste con un potencial cliente, inversor o prestamista, empezará con algunos puntos a favor que no tendrá si sus oficinas están en Nuevo México.
En definitiva, para que se entienda bien, la investigación de Harvard no implica que usted deba salir corriendo a alquilar la mejor oficina que pueda.
Su contribución radica en abrir las perspectivas sobre los distintos activos de un emprendimiento.
La liquidez es, por supuesto, fundamental. Pero también es importante la capacidad de generar velozmente activos intangibles clave para el despegue como la credibilidad y la reputación.
