Inicio Empresas y Negocios Empresarios se confiesan y revelan qué acciones tomarán para enfrentar la crisis

Empresarios se confiesan y revelan qué acciones tomarán para enfrentar la crisis

El cambio de rumbo de la economía argentina marcó una línea de fuego para muchas empresas. Así, la agenda que tan sólo doce meses atrás era de expectativa y optimismo, actualmente está marcada por el temor y la cautela de los hombres de negocios.

A causa de este clima adverso, muchos proyectos de inversión siguen en pie porque ya estaban planificados, pero aquellos que sí estaban a tiempo de ser suspendidos, se frenaron inmediatamente hasta nuevo aviso.

Una primera señal la dio la automotriz japonesa Honda, quien apenas iniciado el 2009 anunció la postergación de importantes obras en la localidad de Campana, donde levantaba una fábrica aprovechando el viento a favor que soplaba en el sector hasta hace pocos meses.

Así, la percepción actual sobre el clima de inversiones es diferente y los empresarios son más pesimistas tanto en sus proyecciones de desembolso y rentabilidad como en la situación económica general y el nivel de desempleo.

Al respecto, según una encuesta de la consultora Deloitte realizada entre 120 ejecutivos, casi el 50% siente que su situación empeoró en el último año y no espera buenas noticias para 2009, sino que por el contrario, prevé que la situación será aún más difícil.

En este contexto de incertidumbre e inestabilidad legal, como definen los economistas al escenario argentino para hacer inversiones, las grandes firmas tiene que barajar y dar de nuevo, planificando un año donde la palabra cautela ya se hizo presente.

La mira en los salarios
Los aumentos salariales son uno de los primeros temas que deben dirimir las empresas para cerrar los presupuestos. Además, las presiones sindicales comienzan cada vez más temprano y hay que prepararse para negociar.

En este sentido Hugo Moyano, líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), adelantó que para discutir aumentos salariales durante 2009 tendrá en cuenta la inflación de supermercado. Es decir, utilizará como base “el INDEC de las amas de casa” y no la inflación oficial. Con esto también dejó de lado los pisos y techo que tanto preocupan ante las paritarias.

Sin embargo, tal como adelantó iProfesional.com, los empresarios ya tienen un número “mágico” que manejan para el resto del año, que gira en torno del 15 por ciento.

La encuesta de Deloitte lo confirma. El 96.6% de las empresas admite que los salarios de sus trabajadores aumentaron el último año y que el proceso de recomposición continuará en los próximos meses. Pero la realidad es muy diferente a la que pensaron para 2008.

En principio, la mayoría estima que la suba rondará el 15%, mientras que hace un año se planificaba hasta un 25 y 30%. La disminución en las expectativas de incrementos salariales se dio con más fuerza en los últimos meses. “Mientras que en julio de 2008 un 31.2% de los participantes esperaba aumentos salariales superior al 25% durante 2009, actualmente sólo un 11.3% lo sostiene”, comentaron en la consultora.

Además, esta se hará de manera escalonada y cuidando con exceso el presupuesto del año. Marcela Angeli, directora del Área de Capital Humano de Watson Wyatt, explicó que “las primeras subas se darán entre enero y abril y tratando de consumir entre el 50 y el 60% del presupuesto. El resto las empresas se lo van a guardar y que lo vuelvan a utilizar va a depender de tres variables: los sindicatos, cómo va el negocio y el mercado laboral”.

También Javier Tabakman, director de Capital Humano para el Cono Sur de Mercer, había adelantado que las empresas comenzarán aplicando incrementos menores a principio de año. Luego, los aumentos dependerán de la evolución del negocio y la inflación.

Estas subas por partes la confirman las empresas en el informe de Deloitte, donde el 89,8% coincide en que habrá una recomposición a lo largo de los 12 próximos meses, mientras que solo un 40% espera que los sueldos sean más altos en el primer trimestre.

En tanto, Mario Sotuyo, economista de Economía y Regiones (E&R), también señaló que se espera que el aumento salarial interanual caiga más hacia 2009 por el enfriamiento general de la economía y la caída de la demanda y la producción, que derivará en una menor contratación de gente.

¿Tomar personal o reducirlo?
Según datos oficiales, la demanda laboral en las empresas cayó 30% en noviembre. Para un 55% de los encuestados no hubo cambios en la tasa de desempleo, mientras que casi un 40% consideran que la situación sí ha desmejorado.

De cara a 2009 las cosas son diferentes y la mayoría de las firmas líderes del país confirmó que no piensa ampliar su dotación de personal, sólo un 13,6% piensa aumentarla y un 25,4% considera que la cantidad de personal que desempeña funciones dentro de su compañía disminuirá en el transcurso del año.

Mariano Lamothe, economista de Abeceb.com, advirtió que ante una caída de la producción industrial que se proyecta en 1,2%, que quebraría el ciclo de crecimiento inaugurado en 2003, los sindicalistas buscarán defender los puestos de trabajo conseguidos ante el fantasma del desempleo, abandonando los reclamos salariales, lo cual quitaría presión a la inflación por parte de los costos.

“Hoy por hoy la discusión de fondo en las entidades sindicales es cómo conservar los puestos de trabajo, cuando hace unos meses era la profundización de la recuperación del poder de compra del afiliado”, explicó Lamothe.

Producción y precios
De cara al futuro, la recuperación que algunas empresas alcanzaron después de la crisis de 2001 se pone en tela de juicio. Las inversiones de 2008 sufrieron una fuerte contracción en comparación a 2007, que llegó a 45,4% según Abeceb.com. Los anuncios para los primeros once meses de 2008 totalizaron u$s23.380 millones.

Si bien fue un 16,6% más que en comparación con el mismo período del año anterior, la brecha en el acumulado de cada año se viene recortando.

De esta manera, el 2008 dejó graves secuelas y casi el 50% de las compañías de mayor facturación del país admite haber sufrido un deterioro. Sin embargo, la percepción general empeoró aún más y ahora es el 67,2% el total de los encuestados quienes estiman que la situación económica será más crítica en 2009.

También las perspectivas en cuanto al clima de inversiones siguen sin ser positivas y más del 60% espera que empeoren. Esto condiciona los proyectos de las compañías y detiene los planes que aún no se habían anunciado pero que estaban en carpeta.

Con una demanda en picada y con expectativas negativas, también la producción de la empresa encuentra límites y la mayoría sostiene que se mantendrá estable. Solo un 31,1% se inclinó por asegurar que se expandirá en los próximos meses y el 16,1% piensa que va a caer.

En materia de precios hay un cambio importante ya que la proporción de empresarios que espera que sigan creciendo en el futuro se redujo. Mientras que en julio un 78,3% de los participantes esperaba que el precio de los bienes/servicios que comercializa su empresa aumentara en los siguientes 12 meses, en la encuesta actual dicho guarismo se redujo hasta 64.2 por ciento.

Para 2009, la opinión mayoritaria en relación a los precios domésticos es de:

* Entre 15 y 20% para el 37,8% de los consultados
* Entre 20 y 25% para el 29,4%
* Entre 25 y 30% para el 16,0%

Ganancias limitadas
La rentabilidad es una cuestión clave para el futuro de las compañías, la cual no solo ha caído en el último año sino que los empresarios pronostican que seguirá el camino descendente hacia delante.

Según los resultados del International Business Report de Grant Thornton, se espera que la caida de la rentabilidad sea muy importante, tanto que llega a un -43% contra un +16% del 2008. Comparando los resultados con la región, en Brasil y México los resultados fueron optimistas aunque también menores a los de 2008

En cuanto a los factores más amenazante para la estabilidad económica se destacan la inflación y dada su actualidad, la caída en el precio internacional de las commodities (especialmente los agrícolas).

La preocupación de los empresarios por la crisis financiera internacional acaparó el 23.7% de las respuestas. Así, los temores de los empresarios frente a los reclamos salariales quedaron eclipsados por los riesgos que trae aparejada la crisis financiera internacional y la disminución en el valor internacional de los commodities.

Expecativas dañadas
Otro de los datos revelados por Deloitte tiene que ver con el índice de expectativas macroeconómicas de largo plazo (a un año). Este es clave para determinar acciones, sin embargo, se distingue un mayor pesimismo de los empresarios respecto a lo que será la situación económica en el futuro.

También las Pyme advierten un deterioro. Según datos de Observatorio Pyme, el nivel de confianza alcanzó su valor más bajo que se situó, en noviembre pasado, un 44% por debajo del de 2007.

El mismo no se sostiene únicamente por una visión más pesimista sobre las condiciones actuales de sus empresas, sino que tiene que ver con el futuro.

En consecuencia, casi la totalidad (88%) de los industriales Pyme coinciden en que se trata de un mal momento para invertir realizar inversiones en maquinarias y equipos, acentuando aún más la tendencia que se observa desde mediados de 2007.

Por otro lado, la preocupación máxima tiene que ver con la pérdida en los márgenes de rentabilidad de sus firmas. El 64% de los pequeños y medianos empresarios expresó que la rentabilidad de su firma dentro de un año será peor a la actual.

Otras alternativas de escape
En este contexto, según el International Business Report de Grant Thornton, además de las acciones que tomarán las empresas en materia de salarios, empleo y producción, hay otras decisiones que pueden ayudar a paliar la crisis.

Entre ellas se recomienda enfocarse en reducir costos y en mejorar la productividad en el corto plazo. Las decisiones tendientes a reforzar la situación financiera a través de ventas de activos o de obtención de capital nuevo deberían ser el siguiente paso, a medida que las empresas se preparan para la recuperación del clima económico.

Las empresas del sector privado también deben estar alertas a las oportunidades de compra de activos embargados a precios muy bajos, pero sólo cuando esto se ajuste a los objetivos estratégicos de largo plazo.

“Nadie puede predecir cuándo se revertirá la situación mundial, pero podemos estar seguros de que el nuevo ambiente comercial será muy diferente”, explicaron los expertos.

La clave es contar con un plan que sea continuamente revisado y ajustado a medida que las circunstancias cambian.