Inicio Empresas y Negocios ¿Es usted vulnerable a los empleados chupamedias? Averígüelo con este test

¿Es usted vulnerable a los empleados chupamedias? Averígüelo con este test

Cualquier persona en un puesto de responsabilidad dentro de una organización seguramente dirá aborrecer cualquier manifestación de “chupamedismo”. “Conmigo eso no funciona”, dicen los ejecutivos, “Ningún empleado se ganará mi favor a través de la adulación barata”. Sin embargo, del dicho al hecho, hay un largo trecho.

Según el artículo The Favoritism Test de strategy+business, nuestra naturaleza humana suele ser débil ante las constantes manifestaciones de admiración por parte de los subordinados. Tenemos una tendencia inconsciente a privilegiar a quienes nos adulan. En sus prácticas de coaching para ejecutivos, el experto en liderazgo Marshall Goldsmith suele plantear un experimento para demostrar este punto.

Pregúntese: ¿Quién recibe mayor parte de su afecto en su casa?

a) Su pareja

b) Sus hijos

c) Su perro

Sorprendentemente, entre ejecutivos, el perro gana en el 80 por ciento de los casos. ¿Eso significa que los ejecutivos quieren más a su perro que a su mujer e hijos? La respuesta es un rotundo “no”.

¿Cómo se explica entonces que uno quiera más a su mujer e hijos pero dedique más atención a su perro?

Las respuestas más frecuentes son “el perro me brinda un amor incondicional” o “mi perro siempre está feliz de verme”. En otras palabras, sostiene el artículo de strategy+business, el perro es un chupamedias hecho y derecho. Y eso lo convierte en un favorito.

Según Goldsmith, si no tenemos cuidado, podemos terminar tratando a los empleados como perros, recompensándolos por lo bien que nos hacen sentir cuando nos admiran incondicionalmente. ¿El resultado? Los típicos favoritismos corporativos que premian a empleados ineficientes mientras que desmotivan a los mejores trabajadores.

Goldsmith propone otro test para saber si estamos reflejando favoritismo hacia un empleado en particular. Hágase las siguientes preguntas:

1) ¿Cuánto me quiere este empleado? (o cuánto creo que me quiere)

2) ¿Cuál es su contribución objetiva a la empresa?

3) ¿Cuánto reconocimiento le doy al empleado?

Aquí, la clave es comprender la correlación entre las distintas preguntas.

Respuesta 1: mucho. Respuesta 2: poco. Respuesta 3: mucho

Usted padece de un caso de favoritismo. Está recompensando a un empleado, no por su contribución a la empresa, sino porque le manifiesta afecto hacia su persona.

Respuesta 1: poco. Respuesta 2: mucho. Respuesta 3: mucho

Usted está tratando con justicia al empleado, recompensándolo por su contribución al negocio.

Respuesta 1: poco. Respuesta 2: mucho. Respuesta 3: poco

Usted está tratando injustamente a un empleado que produce gran valor para la empresa pero que, como no lo adula, no recibe recompensa adecuada.

En definitiva, como reza el viejo refrán, reconocer el problema es el primer paso para solucionarlo. Este sencillo test sirve para ver qué tan acertada es su percepción sobre la capacidad de los distintos empleados. No se deje engañar por los aduladores.