En los tiempos que corren, en donde crece ferozmente la competitividad entre empresas y en donde las exigencias de la comunidad apuntan a lograr claridad en la información, perder en el terreno de la comunicación es quedarse rezagado en el camino de acercamiento e identificación con el cliente y el mundo exterior.
La imagen de una institución es considerada su capital más preciado. La cara visible de una empresa es lo que, por sí misma, da a conocer al mundo exterior. El posicionamiento en el mercado y la futura aceptación de los receptores, van a estar estrictamente condicionados y ligados al tratamiento de la imagen.
Los medios de comunicación se han convertido, en las últimas décadas, en factores de poder en sí mismos y en la principal herramienta para construir o perjudicar una imagen pública o un producto.
La llamada sociedad de la información nos compromete con la transmisión y el contacto íntimamente relacionado y condicionado a la opinión pública. En los últimos años, las exigencias de la opinión pública en referencia al desempeño de las gestiones de determinados referentes, llevaron a que se diera a difusión un abanico más amplio de cuestiones que se consideraron imperiosamente necesarias de difundir para ganar credibilidad.
En este terreno altamente competitivo, es una regla imprescindible adaptarse a nuevos objetivos y superarse constantemente en las metas a alcanzar.
Los estrategas en comunicación debemos adaptarnos rápidamente a los terrenos cambiantes que nos presenta la actualidad. Es por este motivo que para aquellas compañías que busquen sumergirse en el camino del desarrollo social y el crecimiento económico, la estrategia de prensa y difusión cumple un papel fundamental en la búsqueda del éxito empresario.
Esta herramienta, adecuadamente planificada, desarrollada e implementada, constituye un eslabón casi fundamental en el proceso de posicionamiento de una empresa en el mercado que se desea conquistar.
Desarrollo integral
Hoy en día, el desarrollo de esta estrategia comunicacional está vinculado a la importancia en la optimización del discurso y la relación con los distintos públicos a los que se quiera llegar, generando una comunicación integral y coherente entre los diversos mensajes que se deseen dar a conocer.
Se puede decir entonces, que las bases de la estrategia de prensa y difusión son la transmisión de ideas, informaciones o mensajes que apunten a proyectar a una empresa y a posicionarla en un determinado lugar a alcanzar. Pero esto no se trata de acciones aisladas; cada pieza depende del armado de una contundente estrategia de comunicación que será la clave para el eficaz desarrollo institucional.
Creo que hoy, el error de muchas empresas radica en el quiebre de comunicación que viven día a día y esto a la larga es fatal para su funcionamiento. Como directora de una agencia de comunicación, defiendo el funcionamiento integral, diseñando estrategias a medida, buscando los puntos a resaltar de cada firma y reforzando aquellos flancos débiles. Cuidar de cada detalle, tanto puertas adentro de una compañía, como en la imagen que se desee reflejar, resultan factores indispensables que deben ser atendidos con especial delicadeza.
En síntesis, la comunicación se constituye hoy como una herramienta estratégica para el crecimiento de la imagen de una institución: tener un canal para escuchar y ser escuchados es una cuestión indispensable. Ser claros en los objetivos, definir un rumbo concreto y darlo a conocer por las vías adecuadas, son las claves del éxito.
