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Exportación récord de aceite de Oliva

La Argentina se transformó en los últimos años en el principal productor de aceite de oliva de América del Sur, situación que se tradujo en un récord de exportaciones durante el 2006 y dejó atrás una larga crisis que la llevó al sector al borde de la extinción.
La actividad olivícola argentina, que se inició en 1562 cuando Don Francisco de Aguirre plantó los primeros ejemplares que trajo del Perú en las tierras áridas de Cuyo, vivió un período negro entre los ’70 y comienzos de los ’90.
El descrédito que recibió el aceite de oliva por su supuesto alto contenido de colesterol y el menor precio de los aceites de girasol y maíz provocó su reemplazo casi total en el consumo argentino, recordó José Luis Marginet Campos, de la Dirección Nacional de Alimentos.
Sin embargo, a mediados de la década pasada, las sequías en la Cuenca del Mediterráneo -región donde están los principales productores mundiales- y las excelentes condiciones del mercado mundial aumentaron el precio internacional del aceite e impulsaron el resurgimiento del sector.
En la Argentina, se sumó además la aplicación de la Ley 22.021 de promoción del sector, que favoreció la radicación de capitales en zonas marginadas a través del diferimiento en el tiempo del pago de los impuestos nacionales.
Esto impulsó en los últimos años la implantación de más de 30 mil hectáreas de nuevos olivares, con riego por goteo y cosecha mecánica, superficie que permitiría superar las 350 mil toneladas de aceituna aceitera cuando concluya esta década.
Pese a que la producción olivícola argentina aún carece de relevancia mundial, a fines de esta década o mediados de la próxima, superaría las 100 mil toneladas, y la Argentina se consolidaría como uno de los primeros 10 productores, estimó Marginet Campos.
El crecimiento en la producción de aceitunas fue acompañado por un desarrollo integral de la industria extractora de aceite y por su redistribución en el país, destacó, y aclaró que el cambio tecnológico implicó un aumento significativo en la capacidad de molienda y un cambio en el tipo de proceso.
De acuerdo a un relevamiento de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA) en los últimos años se abrieron 52 fábricas nuevas, que se suman a las 20 correspondientes a la olivicultura tradicional, con lo cual la actual capacidad de producción supera las 150 mil toneladas de aceite por temporada.
Según la Dirección de Industria Alimentaria, en 2015 la producción nacional de aceitunas de mesa superará las 250 mil toneladas de producto elaborado. A medida que la producción de aceites aumente serán cada vez mayores los saldos exportables, y en los próximos años la Argentina podría transformarse en el quinto exportador mundial, estimó Marginet Campos.
No obstante, las exportaciones argentinas de aceite de oliva ya se ubican en valores históricos, al alcanzar en 2006 casi 57 millones de dólares FOB, según datos de la Secretaría de Agricultura.